El nuevo nosocomio sustituirá al que resultó afectado luego de la inundación de septiembre del año pasado porque se desbordó el Río Tula, lo que dejó 14 muertos.
Ciudad de México, 3 de febrero (SinEmbargo).- El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dio a conocer que el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) será construido en el terreno donde se estaba edificando la fallida refinería de Tula, en Hidalgo.
Durante su conferencia de prensa matutina, el mandatario resaltó que el servicio médico estará disponible para derechohabientes del IMSS, pero también para la población abierta mediante el IMSS Bienestar.
“En la refinería frustrada de Tula, no se construyó porque no era esa la idea, se compró el terreno, se hizo una barda, se ejerció un presupuesto, ahora estamos estableciendo comunicación con el Gobierno de Hidalgo, porque queremos que esté un Hospital del IMSS-Bienestar no sólo para derechohabientes, sino también para población abierta”, señaló el Presidente en la “mañanera” desde Hidalgo.
AMLO estuvo acompañado por Omar Fayad, Gobernador del estado, y su Gabinete de Seguridad en las instalaciones del C5.
Además, el Presidente aseguró que Zoé Robledo, director del IMSS, ya visitó el terreno y se le dará uso en beneficio a la población al edificar la unidad médica.
El director del IMSS ha dicho que el nuevo nosocomio sustituirá al que resultó afectado luego de la inundación de septiembre del año pasado porque se desbordó el Río Tula, lo que dejó 14 muertos.
“Tenemos que hacer de nuevo el hospital de Tula que se inundó y se perdió todo, y se está buscando un terreno, incluso ya se fue a ver el terreno, ¿se acuerdan, que se compró para hacer la refinería?, ahí puede ser que esté el hospital”, comentó anteriormente el Jefe del Ejecutivo.
El terreno previsto para la Refinería Bicentenario tiene una superficie de 700 hectáreas y fue adquirida en la administración del exgobernador Miguel Ángel Osorio Chong.
COSTO DE LA REFINERÍA DOS BOCAS
El proyecto de la mega refinería de México, Dos Bocas, costará un 40 por ciento más de lo estimado y es poco probable que se termine antes de la fecha límite del Gobierno este 2022, lo cual pone en duda si el país podrá cumplir pronto el objetivo de producir su propia gasolina, de acuerdo con una publicación de Bloomberg News.
En un reportaje, los periodistas Amy Stillman, Lucia Kassai y Max De Haldevang, señalaron que la instalación, ubicada en el estado de Tabasco, es crucial para los planes de Petróleos Mexicanos (Pemex) que busca detener las exportaciones de este recurso en 2023 como parte del objetivo nacionalista del Presidente Andrés Manuel López Obrador, con el que se espera que el país sea autosuficiente en el consumo de combustible.
Sin embargo, expusieron que los obstáculos para el proyecto se producen en medio de las críticas sobre la capacidad de Pemex para refinar su propio crudo debido a la disminución de la producción, la falta de mantenimiento de sus refinerías y su pesada carga de deuda, que es la más alta de cualquier compañía petrolera.
En el texto, señalaron que que se proyecta que la construcción de la planta Dos Bocas de 340 mil barriles por día cueste alrededor de 12 mil 500 millones, según personas con conocimiento de la situación que pidieron anonimato nal no ser pública dicha información, pues la cifra es mucho más alta que el cálculo de ocho mil 900 millones de dólares que dio el director ejecutivo de Pemex hace unos 15 meses, lo cual deja ver los retrasos en la construcción, el aumento de los costos de los materiales y un presupuesto que puede haber sido poco realista desde el principio.
“Es posible que el proyecto no produzca un sólo galón de gasolina en 2022 y podría producir cantidades limitadas de combustible durante varios años después, según algunos analistas”, indica el reportaje, en el que además, compartieron que los representantes de Pemex y la Secretaría de Energía no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre el tema.
El proyecto Dos Bocas no es la única planta donde Pemex terminará gastando más de lo que dijo inicialmente. La compañía pagó más de mil 500 millones de dólares para hacerse cargo de una refinería en Deer Park, Texas, que adquirió de Shell, más del doble del precio anunciado en mayo en el acuerdo.
La refinería originalmente tenía un presupuesto de ocho mil millones, una cantidad que los contratistas internacionales consideraron inadecuada para el alcance del proyecto, lo que provocó que muchos se negaran a participar en su construcción en 2019.