El análisis muestra que las tormentas magnéticas “severas” ocurrieron en 42 de los últimos 150 años ciclos solares, y las “grandes” súper tormentas ocurrieron en 6 de los 150. Por lo general, una tormenta puede durar sólo unos pocos días, pero puede ser muy perjudicial para tecnología moderna. Las súper tormentas pueden causar apagones, apagar satélites, interrumpir la aviación y causar una pérdida temporal de las señales de GPS y las comunicaciones de radio.
Madrid, 3 de febrero (EuropaPress).– Una tormenta magnética lo suficientemente grande como para causar una interrupción significativa en nuestros sistemas electrónicos y de red se produce en promedio una vez cada 25 años.
Al analizar los registros de campo magnético en los extremos opuestos de la Tierra (Reino Unido y Australia), los científicos de la Universidad de Warwick y el British Antarctic Survey han podido detectar supertormentas que se remontan en los últimos 150 años.
Este resultado fue posible gracias a una nueva forma de analizar datos históricos, iniciada por la Universidad de Warwick, de los últimos 14 ciclos solares, mucho antes de que comenzara la era espacial en 1957, en lugar de los últimos cinco ciclos solares utilizados actualmente.
El análisis muestra que las tormentas magnéticas “severas” ocurrieron en 42 de los últimos 150 años, y las “grandes” súper tormentas ocurrieron en 6 de los 150. Por lo general, una tormenta puede durar sólo unos pocos días, pero puede ser muy perjudicial para tecnología moderna. Las súper tormentas pueden causar apagones, apagar satélites, interrumpir la aviación y causar una pérdida temporal de las señales de GPS y las comunicaciones de radio.
La autora principal, la profesora Sandra Chapman, del Centro de Fusión, Espacio y Astrofísica de la Universidad de Warwick, dijo en un comunicado: “Estas súper tormentas son eventos raros, pero estimar su probabilidad de ocurrencia es una parte importante de la planificación del nivel de mitigación necesario para proteger la infraestructura nacional crítica.
“Esta investigación propone un nuevo método para abordar los datos históricos, para proporcionar una mejor imagen de la posibilidad de ocurrencia de súper tormentas y qué actividad de súper tormentas es probable que veamos en el futuro”.
La tormenta de Carrington de 1859 es ampliamente reconocida como la súper tormenta más grande registrada, pero es anterior incluso a los datos utilizados en este estudio. El análisis dirigido por el profesor Chapman estima qué amplitud se necesitaría para estar en la misma clase que las otras súper tormentas y, por lo tanto, con una posibilidad de ocurrencia que se pueda estimar.
El clima espacial es impulsado por la actividad del sol. Las tormentas más pequeñas son comunes, pero ocasionalmente ocurren tormentas más grandes que pueden tener un impacto significativo.
En 2012, la Tierra evitó por poco los problemas cuando una eyección de masa coronal del Sol perdió la Tierra y se fue en otra dirección. Según las mediciones satelitales, si hubiera golpeado la Tierra, habría causado una súper tormenta.