A pesar del avance de la variante Ómicron en el mundo, los casos suelen presentar una enfermedad más leve. De igual forma, parece ser que los síntomas más comunes en otras variantes difieren respecto a esta nueva.
Madrid, 3 de enero (Europa Press).- La pandemia de COVID-19 está evolucionando. Estamos inmersos en una auténtica explosión de casos de una nueva variante del SARS-CoV-2 llamada Ómicron, que comparte mutaciones con sus predecesoras, y que parece, según los estudios preliminares, más contagiosa, pero causante de una enfermedad más leve en los vacunados.
Según recuerda la vocal de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) la doctora Yvelise Barrios, durante una entrevista con Europa Press, esta variante fue detectada a finales del mes de noviembre, con lo cual, todavía tenemos pocos datos clínicos para conocerla a la perfección. “Parece que los estudios indican una menor capacidad de reproducción en el pulmón, y afectaría más a las vías respiratorias superiores”, indica como una de sus características.
Sostiene también que esta variante, frente a las anteriores, registra casos con un aumento de mucosidad, con sequedad de garganta, de dolor e irritabilidad de garganta, tos, fiebre, y una menor afectación pulmonar. Asimismo, y aunque los datos son escasos por el momento, la vocal de la SEI sostiene que parece que no hay tanta sintomatología de falta de gusto y de olfato, como con las variantes anteriores, “es menos relevante con esta cepa”.
Además, recuerda que los CDC norteamericanos también recogen nuevos síntomas como los sudores nocturnos, si bien advierte de que no hay publicaciones científicas rigurosas al respecto por el momento. “Parece que va a ser una enfermedad más leve en vacunados en general con la variante Ómicron”, insiste la especialista, aunque pide precaución frente los vulnerables, los grupos de riesgo, para quienes esta enfermedad sigue siendo peligrosa.
LOS SÍNTOMAS SERÁN MÁS LEVES EN LOS VACUNADOS
En esta línea, la doctora Barrios recuerda que nuestra población cuenta con tasas de vacunación muy altas, por lo que siempre insiste en que se deben distinguir los síntomas entre las personas vacunadas y las no vacunadas, en quienes remarca que los síntomas serán mayores.
“En las personas vacunadas, aunque hayan descendido los títulos de protección de anticuerpos, la inmunidad celular sigue resistiendo a esta variante Ómicron y sabemos que en las vacunadas todos los síntomas serán menores. De hecho, se está viendo claramente con esta variante que va a haber un desdoblamiento entre la curva de contagios ahora disparatada con la de hospitalización y con formas que llegan a la UVI”, subraya la vocal de la SEI.
Dice que Ómicron parece menos patogénica y además estamos protegidos frente a ella, según destaca, porque nos hemos vacunado, “incluso en aquellas personas que no se han hecho el refuerzo de la vacuna (tercera dosis) se ve que siguen manteniendo la protección de brazo celular de la inmunidad”.
En otra entrevista con Europa Press, Nieves López, médico especialista en Medicina preventiva y Salud pública con formación en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y actual jefa de servicio de Medicina Preventiva y Gestión de Calidad del Hospital Gregorio Marañón de Madrid reconoce que en la revisión de historias clínicas que realizan desde su centro hospitalario de todos los casos que ingresan o no y con sintomatología COVID se comprueba que en todos ellos se presentan síntomas típicos de infección de vías respiratorias altas, con dolor de garganta, malestar general, mialgias, fiebre, dificultad respiratoria en casos graves, o cansancio, principalmente.
“Es verdad que se refleja menos los síntomas de disgeusia (alteraciones en el gusto), ageusia (ausencia o pérdida del gusto total), o anosmia (pérdida de olfato), que era un poco más relevantes al principio de la pandemia”, sostiene la también docente en el Máster Universitario en Gestión de la Seguridad Clínica del Paciente y Calidad de la Atención Sanitaria de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Dice esta experta que también hay muchos casos asintomáticos y con sintomatología muy leve, “es una buena señal”, según aprecia. “Hay mucha transmisión pero la mayor parte de los casos son leves y esto sí que es cierto que es un dato para la esperanza muy importante. Hay mucha población vacunada y es esperable que en caso de infectarse la repercusión sea menor”, resalta la doctora López.
Ahora bien, advierte de que no se puede hablar de síntomas específicos de esta sexta ola, “no los hay”, y simplemente dice que sí se están notificando casos más leves, y después los graves son similares a los de olas anteriores.
¿POR QUÉ EN VACUNADOS SE DAN CASOS GRAVES?
Por otro lado, y preguntada sobre el hecho de que por qué en personas vacunadas pueden seguir dándose casos graves, la doctora Yvelise Barrios, vocal de la Sociedad Española de Inmunología confiesa que con las vacunas, como con cualquier otro tipo de intervención terapéutica, estas pueden no ser 100 por ciento eficaces dadas las comorbilidades de los pacientes, como la obesidad, el hecho de ser varón que parece que influye en ocasiones a la hora de desarrollar enfermedad grave, o el ser diabético, por ejemplo.
“Aunque la vacuna funciona de forma global siempre tiene que existir la consideración de que no sabemos cuál es el riesgo total de cada persona, fundamentado en el background genético y en sus circunstancias, al mismo tiempo que la respuesta vacunal de forma individual”, añade, señalando que siempre existirán excepciones, como en cualquier patología y tratamiento.
LOS TEST DE ANTÍGENOS SÍ SON EFECTIVOS SI SON POSITIVOS
Por otro lado, Barrios destaca que otro de los mensajes que hay que combatir en esta sexta ola es que los test de antígenos sí son efectivos si son positivos. Es más, insiste en que en caso de contar con una prueba positiva, esta no se debería confirmar con una PCR. “El test de antígenos cuando da negativo sabemos que se correlaciona bastante bien con una carga viral alta, con capacidad de contagiar, pero se han visto casos de antígenos negativos y PCR positivas a las pocas horas, o incluso antígenos positivos a las pocas horas”, advierte.
En su opinión, y de cara a las reuniones navideñas, hacernos de manera aislada unos antígenos para quedarnos tranquilos “no es procedente”, aporta “falsa seguridad” y cree que lo mejor es comportarse con responsabilidad e intentar mantener las medidas que funcionan como son la ventilación, el empleo de las mascarillas, la distancia de seguridad, y proteger mucho a los vulnerables, a pesar de estar vacunados, porque siguen siendo susceptibles de tener formas más graves de la enfermedad.
¿ACORTAR CUARENTENAS ES SEGURO?
En cuanto a las recientes decisiones del Gobierno de Estados Unidos de recortar las cuarentenas de asintomáticos positivos de COVID a cinco días, o del Gobierno español a siete, desde la SEI, la doctora Barrios recuerda que a día de hoy no hay evidencia científica del número de días que contagia Ómicron sea menor y considera que esta medida puede corresponderse más con intereses económicos de los diferentes países.
“Los pacientes de COVID tienen que tener claro que, aunque se acorten las cuarentenas y los aislamientos a cinco días, los otros cinco hay que estar muy prudente, llevar FFP 2 de buena calidad y bien ajustada, y los cinco posteriores al cumplimento del aislamiento reducir lo más que podamos nuestras interacciones sociales y sobre todo proteger a los vulnerables que tengamos alrededor porque aunque hayamos cumplido correctamente el aislamiento de cinco días sabemos que el resto de días son importantes para no transmitir más la enfermedad. Todavía podemos contagiar”, remarca la experta.
Puntualiza, eso sí, que estos cinco días de aislamientos en Estados Unidos y los siete en España ser proponen siempre para personas sin síntomas; si tenemos síntomas ese número de días debe ser superior. “Tenemos que esperar a no tener síntomas para cortar el aislamiento”, sentencia la doctora Barrios.