Los Bills dejaron a los Jets sin postemporada en la última semana de competencia de la temporada regular. Con esta derrota además, Rex Ryan se la cobró a su ex equipo y los Steelers pasaron a playoffs.
Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).- El encuentro entre Jets y Bills, sin duda, fue el plato fuerte de la última jornada de la temporada regular de la NFL, al grado que para los de Nueva York era casi un partido de playoff. No había muchas opciones para los de la Gran Manzana: si ganaban estabán dentro y si perdían lo más lógico era que se quedarn fuera. Y así ocurrió.
El hecho de llamarlo partido de playoff pudiera sonar exagerado de inicio. Para empezar el otro equipo tiene que jugarse la vida también, y en el caso de los Billsm, estos no llegaban a tanto al haber renunciado a sus aspiraciones de postemporada semanas atrás. No obstante, nada haría más feliz a Rex Ryan que evitar que su antiguo equipo pruebe las mieles del éxito tras su marcha. De igual manera, nada haría más feliz a la afición de los Bills que hundir a un enemigo natural, un rival de conferencia. Nada, en definitiva, sería tan celebrado este año en Buffalo como acabar con los Jets.
Los Jets, por su parte, dependían de sí mismos para jugar en postemporada. Sin embargo, al final, una derrota 17-22 se encargó de acabar con el sueño de los neoyorquinos.
Un montón de venganzas fueron cumplidas en el Ralph Wilson Stadium esta tarde; pero, en términos prácticos, la mayor parte de la culpa de esta derrota, que se puede calificar de histórica por las connotaciones que arrastra, la cargará Ryan Fitzpatrick, ya que cuando el partido entró en su fase decisiva tres de sus balones fueron interceptados. Los últimos tres acarreos de los Jets acabaron así.
Acaso el más relevante fue el que menos lo pareció sobre el campo. Los Bills ganaban 19 a 17 y quedaban más de siete minutos. Los Jets estaban en la red zone y, en lugar de que Fitzpatrick asegurara y buscara el touchdown, encontró a Leodis McKelvin, el cornerback de Buffalo, en un pase dividido.
Quedaba una eternidad y los Bills o habían hecho gran cosa en ataque en toda la segunda parte, así que no parecía para tanto. Pero lo que sucedió es que el tiempo restante iba a tener que ser jugado en contra de la comodidad y la naturalidad de los de New York: a tumba abierta. Y ahí son poca cosa.
Buffalo marchó durante cinco minutos a través del campo y en ese viaje anotó todos los terceros downs que se le presentaron, con los Jets incapaces de parar a Buffalo en los momentos decisivos. Esa fue la gran clave del encuentro. Para agregar mayor desgracia, para entonces Muhammad Wilkerson, el mejor en la defensa de los Jets, se había retirado lesionado del encuentro.
En el otro lado, la defensa de los Bills amargó a Fitzpatrick en esas terceras oportunidades downs. Con la carrera anulada, la única salida del quarterback de los Jets fue buscar a Marshall y Decker, pero eso era demasiado obvio en terceros y largo y ahí pereció el ataque.
Tras esos cinco minutos de acarreo los de Rex Ryan anotaron un gol de campo y pusieron la diferencia en cinco puntos. De nuevo, la incomodidad se instaló en el ataque de los Jets. Porque ya no les valía una patada sino que estaban exigidos en el touchdown. Mala combinación con sus problemas ofensivos en los downs claves. Así, Manny Lawson cogió un balón a la nada, lanzadfo así por culpa de la presión de Marcell Dareus sobre Fitzpatrick. La tercera de las intercepciones sólo fue el punto final a la desesperada intentona de New York de salvar una temporada que se les escapaba de las manos como si fuese líquida.
Esa es la gran tristeza de este año en la franquicia, que habiendo llegado hasta la meta con todo a su favor, acabaron pareciéndose demasiado a lo que esperábamos en la hora de la verdad: poco fiables con el viento en contra, parables en tercer down y con un mariscal de campo inconstante.
Ningún partido debe darse por ganado en esta la NFL. Ningún equipo está derrotado antes de empezar. Y menos si hay en juego un montón de egos e historias personales. El Bills-Jets ha vuelto a demostrar estas verdades, como tristemente siente, ahora mismo, toda la famila Jet.
–Con información de AS México