¿Eres fan de Red Hot Chili Peppers? Entonces, ya tienes libro y película

03/01/2015 - 12:05 am
Un emblema reconocible y respetado. Foto: Facebook
Un emblema reconocible y respetado. Foto: Facebook

Ciudad de México, 3 de enero (SinEmbargo).- Una banda que tuviera un cantante como Anthony Kiedis, un bajista como Flea, un baterista como Chad Smith y un guitarrista como John Frusciante no podría nunca haber fallado.

Se trata de la confluencia de cuatro talentos naturales que en plena adolescencia mostraron sus altas capacidades para la música y, tal vez, sus ineficacias para cualquier otra actividad que no fuera andar desnudos por las playas de California, tomar drogas duras hasta quedarse ciegos, surfear, tatuarse y, por supuesto, expresarse mediante un funk rock original y casi perverso que poco a poco fue dándoles fama mundial.

Aun así, no estamos diciendo que la historia de Red Hot Chili Peppers, una de las agrupaciones más longevas y exitosas del rock contemporáneo, fue sencilla. Por el contrario, la tragedia estuvo siempre al pie de guerra, desafiando la continuidad del proyecto y rompiendo el corazón de los integrantes.

Nacida en 1983 en California, de la unión fraternal de Kiedis y Flea, apodo del bajista y trompetista australiano Michael Peter Balzary, RHCP picó piedra a fuerza de rap, saltos gimnásticos en el escenario y mucha frescura sonora, con músicos que ya no pertenecen a la agrupación.

La banda hoy, con los cincuentones y energéticos Kiedis y Flea. Foto: Facebook
La banda hoy, con los cincuentones y energéticos Kiedis y Flea. Foto: Facebook

Hillel Slovak fue el guitarrista fundacional y uno de los que empezó la historia, tal como lo remarcó Flea cuando la banda fue inducida en 2012 al Salón de la Fama y el músico de origen israelí fallecido en 1988 a causa de una sobredosis de heroína cuando apenas tenía 26 años fue honrado también por los organizadores, al igual que Frusciante, que a esas alturas tampoco integraba ya los RCHP.

“El hecho de que honren a Slovak y lo reconozcan nos parece hermoso, no es que nosotros no lo honremos y adoremos todos los días, pero se siente maravilloso que lo incorporen, así como a John Frusciante, claro, quien nos dio tanto y rockeó tanto con nosotros”, dijo entonces el bajista.

Jack Irons fue el baterista inicial y tampoco está. Se trata de un viejo rockero, muy reconocido, formado al lado de Joe Strummer, que llegó a formar parte también de Pearl Jam y Eleven y quien hoy timonea una sólida carrera en solitario.

Lo cierto es que desde el primer tema, “Out in L.A.”, apunte para lo que sería la reinvención geográfica de una ciudad que fue cambiando y mostrando sus mejores atuendos, expresión de la pérdida de complejos frente a la siempre atildada Nueva York, RHCP le puso sexo, drogas y rock and roll al fin del siglo XX y a los inicios del tercer milenio.

De hecho, el disco Californication, salido en 1999, es un trabajo de referencia para esa transformación planetaria que se manifestó no sólo desde el almanaque. Aunque no nos adelantemos.

Hablar de los Peppers es hablar de Flea, Kiedis, Smith y Frusciante, cuatro artistas prodigiosos y complejos que recuperaron las consignas del rock germinal de los ’60 y explicaron a las nuevas generaciones de que se trataba eso de ser rockero.

Pagaron un precio muy alto por ello y a menudo su propia vida estuvo en peligro a causa de los excesos, como si la muerte de Slovak no hubiera bastado para alejarse de la heroína.

Aunque si se lo piensa bien, el adorado Hillel ha funcionado todos estos años como un verdadero ángel guardián que guardó a Anthony, John, Flea y Chad para que hayan llegado hasta hoy libres de pecado y en plena forma artística, lo que es casi un milagro por donde se lo mire.

El precio alto que pagaron se ha visto compensado por discos importantísimos que hoy son valorados como clásicos irrefutables de la música contemporánea. Desde el impresionante Blood Sugar Sex Magic de 1991, hasta el no menos trascendental y ya citado Californication.

Desde el potente By the way, de 2002, al reciente, ya sin Frusciante, I’m with you.

Desde el álbum tal vez menos querido por los fans de hueso colorado, One Hot Minute (1995), el único en el que participa el guitarrista de Jane’s Addiction, Dave Navarro, hasta el experimental y valorado por músicos de otros géneros, Stadium Arcadium, de 2006.

LA ERA DEL FANDEMONIUM

De Red Hot Chili Peppers hay mucho para contar y lo primordial siempre confluye en una certeza unánime: Es una de las bandas que reina en el top ten, muy arriba, de la historia del rock contemporáneo, capaz por otro lado de compartir cima con leyendas como Led Zeppelin, Pink Floyd y King Crimson, por decir algo sin temor a exagerar.

Algunos han llegado a decir que este cuarteto fue tan grande en los ’90 como llegó a serlo el de Liverpool en los ’60, pero no agitemos aguas ya de por sí embravecidas y destaquemos mejor que gran parte de la permanencia de la banda la deben sus integrantes a sus fans, que nunca se quebraron y pusieron lo que había que poner cuando los músicos parecían estar doblegados y dispuestos a hacer el corte final.

Anthony Kiedis y su Fandemonium. Foto: Facebook
Anthony Kiedis y su Fandemonium. Foto: Facebook

Es verdad. Son cosa seria los fans de Red Hot Chili Peppers.

Una muestra valiosa de esa fidelidad y sobre todo de la gran personalidad que ostenta cada uno de los millones de seguidores de la agrupación californiana (no podía ser menos tratándose de los Peppers) es el reciente libro Fandemonium, a cargo del fotógrafo oficial de la agrupación David Mushegain, impulsado a su vez por el cantante Anthony Kiedis, alguien que nunca niega deberle muchos de sus regresos a la música al entusiasmo y la lealtad de los fans.

Se trata de un recorrido visual impresionante por continentes y países diversos y lejanos entre sí, unidos no obstante por una pasión única y de larga data: el amor a los Peppers.

Registrado está allí el músico argentino afincado en México Andrés Medina, líder fundador de la disuelta banda Timmy O’Tool (que promete volver pronto), baterista y diseñador de profesión, fan irredento de los Red Hot Chili Peppers a la que siguió en reciente tour por Europa y los Estados Unidos.

Es uno de los directores de TGI Social; dirige Loco x el Cine, tuvo mucho que ver con el nacimiento de Sónico, antes de que fuera una red social y fue administrador del sitio Rock Under.

Andrés Medina, el baterista de Timmy O'Tool, tal como aparece en el libro Fandemonium. Foto: Especial
Andrés Medina, el baterista de Timmy O’Tool, tal como aparece en el libro Fandemonium. Foto: Especial

Conocido como Rana Fonk, este muchacho sensible, inquieto e imparable, tiene una larga historia que lo liga a la agrupación californiana. De hecho, estuvo a cargo de un disco tributo titulado Ajiputaparió, que vio la luz en Argentina en el 2003, con la participación de 14 bandas independientes de dicho país sudamericano.

“Algunos quisieron variar las versiones originales, otros se dedicaron a conservarlas pero siempre plasmando su toque personal, hasta se arriesgaron a cantarlas en español, y para cada uno de los participantes fue un desafío, una meta que musicalmente lograron alcanzar”, informa la página web del álbum.

Los pampeanos de Rey Momo abren el disco con “Road Trippin”. Timmy O´Tool no le tuvo miedo a “Around The World”. Andiscos eligió “Blood Sugar Sex Magic”. Ritual ofrece una versión salvaje de “Suck My Kiss”, así hasta llegar a 14 versiones peppers.

UN AMOR DE LARGA DATA

El amor por Red Hot Chili Peppers le nació a Andrés Medina, de 38 años, en el ‘89/90. Los descubrió por la televisión por cable de la época, cuando casi no había Internet y rastrear la historia de una banda nueva no era asunto sencillo.

Al poco tiempo salió  Blood Sex Sugar Sex Magic con dos singles mortales: “Under the bridge” y “Give at away”, temas que le facilitaron al adolescente que era Rana Fonk en esos momentos hacerse devoto absoluto de la banda, que comenzó a brillar cuando también vivía la MTV su máximo esplendor.

“Ese disco me cambió totalmente, me hizo ver incluso influencias que tenía ocultas”, dice Rana Fonk en entrevista con SinEmbargo.

Llegó a la oficina para mostrarnos su Fandemonium, pero fundamentalmente para hablar del nuevo proyecto alrededor de Red Hot Chili Peppers que lo tiene absorbido: un documental que trae como protagonistas principales a muchos de los seguidores que tiene la banda en todo el mundo y que lleva por título A fanatic by Choice.

En YouTube ya se puede ver el primer tráiler y en febrero o marzo se estrenará en México, vía redes sociales.

–Red Hot Chili Peppers es una banda muy ligada a sus fans, que son millones

–Sí, pese a lo cual, y se ve en este proyecto de documental, hubo una época en que se habían alejado bastante de sus fans, se habían aislado. Por una cuestión de miedo, tal vez…no lo sé, pero se perdieron bastante durante un tiempo, sobre todo el cantante.

–¿Crees que los fans evolucionaron al ritmo de la banda?

–Lo de los fans es raro, porque abarcan varias generaciones y eso lo vi en el reciente tour de cuatro meses por Europa, donde incluso había niños desde los 5 años en algunos shows, hasta personas de 40 y 50 años, disfrutando de la misma manera. Se nota que hay siempre nuevas generaciones de fans, pero también estamos los de la vieja escuela, por decirlo así. Con respecto al sonido de la banda, no sé qué es una evolución en la música, sí es cierto que la banda ha ido cambiando mucho con el paso del tiempo…

Andrés Medina, más conocido como Rana Fonk, al frente del documental sobre los fans de los RHCP. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Andrés Medina, más conocido como Rana Fonk, al frente del documental sobre los fans de los RHCP. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

–Y con las idas de Frusciante…

–Es verdad, algo que los fans reclaman mucho. Hay muchas viudas de John Frusciante en Red Hot Chili Peppers. A ver, Frusciante hizo el disco que más me gusta que es Blood Sugar… Hizo Mother’s Milk, que es uno de mis favoritos, obvio Californication, que es un discazo. A mí no me gustan tanto By the way ni Stadium Arcadium

–Uy, By the way es un discazo para mí

–Me gusta más en vivo, pero las mismas canciones en el disco no me llenan tanto

–En cambio defiendes un disco como One hot minute, frente al que soy bastante escéptica, la verdad

–Lo que pasa es que me fascina cómo toca Dave Navarro y también me gusta mucho Jane’s Addiction. Si bien es un disco diferente en la historia de los RHCP, Flea y Smith tocan más que en cualquiera de los otros discos. One hot minute refleja el momento por el que pasaban los cuatro músicos, es cabal en eso. Los tipos se sacaron, hicieron algo diferente y rockearon más que nunca. Lo bueno de ellos es que tratan de hacer algo diferente todo el tiempo. Después de ese disco volvieron a Frusciante, por ejemplo. No se quedan en una fórmula y la repiten hasta el cansancio.

–Aunque todo parece girar alrededor de Anthony, en lo que a concepto musical se refiere…

–Sí y no. Stadium Arcadium, por ejemplo, es un disco en el que Frusciante está muy presente, como que el resto de los integrantes se adaptaron un poco a él.

–Para mimarlo

–Sí, creo que sí, pero también eso hizo que la relación se desgastara mucho entre ellos

–Fueron muchos años de pedirle, casi de rogarle, a John para que se quedara en la banda. Además, con el lastre tremendo de la trágica muerte de Slovak, Frusciante concentró mucha energía y atención por parte del resto…

–De hecho, no se murió de casualidad. Lo sacaron de la casa cuando ya estaba de última, lo metieron a recuperarse y se salvó de milagro.

–¿Qué opinas de Josh Klinghoffer? Se dice que imita a John

–Bueno, Frusciante es uno de sus maestros. Es un gran músico, es un gran guitarrista, pero creo que los fans, las viudas de Frusciante, no le permiten de alguna manera expresar todo lo que tiene. A través de esta última gira, ha habido una evolución de Josh. Si te fijas bien, al principio su guitarra estaba mucho más baja y ahora sus solos son tremendos. Creo que sonará mucho más en el disco que la banda prepara para 2015.

–La impresión es que ellos están en su mejor forma, ¿lo sentiste así luego de acompañarlos durante tanto tiempo?

–Están muy bien. Chad Smith toca cada día mejor, es el motor de la banda, la edad no le impide tocar cada vez más fuerte y romper varios palos en los shows. Flea está a la altura de Kiedis en cuanto a frontman y es él el que maneja el show. Es por otro lado el que interactúa más con el público, algo que no hace Anthony Kiedis.

A esta Rana no se le pasa el amor por los Peppers. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
A esta Rana no se le pasa el amor por los Peppers. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

–Kiedis, como buen escorpiano, es más taciturno, una estrella reticente, diríamos

–A mí me encanta que sea así, aunque mucha gente le critica esa reticencia. Me pasa por ejemplo con Dave Gröhl, que es un tipo que me encanta, pero que hay un punto en el que no creo que sea tan cercano, como que hay cierta demagogia en eso. Mira que amo a Gröhl, pero es demasiado amable. Lo de Kiedis me resulta más interesante y auténtico, siempre fue así. Está a sus 51 en un estado físico increíble, al igual que Flea, cantando muy bien. Josh tiene apenas 35 años, así que Red Hot Chili Peppers está mejor que nunca.

–¿Por qué el documental?

­–Porque es mi manera humilde de devolverles algo de lo mucho que ellos me dieron. Sin conocerme me dieron valores morales y artísticos, me hicieron músico, toco la batería por haberlos escuchado. Surgió también de la necesidad de mostrar algo que constaté al acompañarlos en la gira: somos una gran familia planetaria unida por el amor a los Peppers.

–¿Cuándo se estrena el documental?

– En febrero o marzo por los canales digitales y es probable que hagamos una premiere en algún cine de arte como el Tonalá, por ejemplo. Hay testimonios de Italia, Japón, Irlanda, Argentina, Chile, y todos te llegan al corazón.

Los 10 temas favoritos de Rana Fonk

“Power of equality”. El mejor arranque de un disco en toda la historia. El que me cambió la vida.

“Under the bridge”. Una letra insuperable, un himno de mi generación.

“Good Time Boys”. El inicio de John Frusciante en RHCP. ¡Fueron buenos tiempos!

“Deep Kick”. El rock y la locura desenfrenada junto a Dave Navarro.

“Warped”. Lo más atrevido y oscuro de la banda. Delicioso y caliente.

“Sir Psycho Sexy”: la letra, el groove, los arreglos vocales y el final de la canción hacen que se convierta en mi favorita.

“Suck my kiss”: pura potencia funk metal con unos cortes alucinantes

“Taste the pain”:  la canción con la que los conoci. Imborrables nuevos sonidos en mi vida.

“Blackeyed blonde”: esa línea de bajo y ritmos funk freakys que solo ellos pueden brindar.

“Organic anti beat box band”: locura en estado salvaje en el mejor jam hollywoodense

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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