El escritor Hernán Lara Zavala habló con SinEmbargo sobre la idea del carnaval que remora a la fiesta de la carne, la fiesta de los carros alegóricos, “la fiesta de los madrazos entre las pandillas, de los jefes, etcétera”, una expresión que tenía algo de pintoresco y algo de color.
Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).– “La primera revolución global no fue, en mi opinión, política sino musical, el tipo de música que se escuchaba durante la época de los 40 y principios de los 50, fue una revolución que no se llama revolución pero lo fue”, planteó el escritor Hernán Lara Zavala, quien refirió en entrevista que el género al que se refiere es el rock and roll, que impulsó “el primer movimiento global juvenil”.
Lara Zavala habló con SinEmbargo con motivo de su novela El último carnaval (Alfaguara), una historia que recorre los años de formación de Adrián, desde su adolescencia en la década de los 50 en Colonia la Del Valle, de la CdMx, pasando por su etapa de universitario en la UNAM, hasta llegar al descubrimiento de su vocación como escritor y su vida como joven adulto.
En todo este trayecto, Adrián vivirá diversos momentos que lo marcarán: la amistad, los primeros encuentros sexuales, el rock, la Literatura, pero ninguno como el haber conocido a Magdalena y su experiencia con el amor. Al rememorarlos, el narrador dará vida así a una época que marcó el devenir de la modernidad en México.
“Mi novela trata de la historia de una generación, trata de reflejar los elementos fundamentales de mi generación en México: el rock y el movimiento estudiantil 68, incluso, el anhelo por una mayor libertad, pero lo que yo veo es la generación que yo viví, yo soy del año de 46. O sea los años 50 del corrupto de Miguel Alemán, pero que mucha gente curiosamente piensa que él le dio entrada a México, como era el primer Presidente que no había sido militar, que le dio un respiro a México, pero se infló de dinero como poca gente”, expresó el autor.
Hernán Lara Zavala compartió que la idea del carnaval remora a la fiesta de la carne, la fiesta de los carros alegóricos, “la fiesta de los madrazos entre las pandillas, de los jefes, etcétera”, una expresión que tenía algo de pintoresco y algo de color, pero el carnaval, señaló, va avanzando en su historia y llega hasta las “perradas” en CU que “eran algo realmente fuerteporque te vejaban, había la consigna de ‘si te pones perro te toca madrina maestro’, porque, además, no era uno contra uno, era muchos contra unos cuantos” hasta que choca con Tlatelolco en 1968.
“El peor de todos es Tlatelolco, porque eso ya no es un carnaval, eso ya es una masacre, al protagonista no le toca, afortunadamente, sino a lo mejor ni siquiera hubiera podido escribir la experiencia, pero lo que sí, es que fuimos muchos, muchos, los que padecimos el 68 y finalmente nos vencieron pero a la mala. Díaz Ordaz no se dio cuenta que estaba matando a su juventud y los anhelos de una juventud, los anhelos de una juventud”, criticó.
Al recordar esa época, Lara Zavala expuso que “el arte tiene la la facultad maravillosa de transportarse a otras épocas, en la literatura, en todo”, como un momento en donde señaló se dio una rebelión hacia lo que representaba la autoridad.
“El movimiento (que inicia en los 50), yo le llamaría de rebelión juvenil, se manifestó y algo, lo digo también en la novela, en el cine, se manifestó principalmente en la música, después en el cine, también en el en el arte y en la pintura, y en las películas”, comentó al recordar filmes como Rebelde sin causa de James Dean; El salvaje, de Marlon Brando; El rey criollo, de Elvis Presley; Dino, de Sal Mineo. “Eran una serie de películas que lo que expresaban era una disidencia con el statu quo, esa disidencia era hormonal”.
“Se fue concatenando la parte de la rebeldía sin causa a la que yo le llamaría la rebeldía con causa, y cuando digo rebeldía con causa ya es con un elemento más mental, o sea, que ya habíamos leído, además de haber visto las películas de estas que te digo, de haber oído música y todo, de pronto empezamos a leer a Jean-Paul Sartre, Albert Camus, a Frantz Fanon, a Paul Goodman, había una serie, además de todos los que ya estaban en la onda en favor de la droga, como Allen Ginsberg, todo eso fue influyendo al grado tal, y cuando llega entre la Revolución Cubana, la guerra de Vietnam, la corrupción en México, el 68, que para mi generación, para mí fue el gran parteaguas, más que cualquier otra cosa, por una razón muy sencilla porque fui consciente de que nuestro país requería algo mejor y ese algo mejor era destruir al PRI “.