La batalla que el abogado mexicano Ulrich Richter emprendió contra, nada más y nada menos, Google, ha cumplido más de dos años.
Y aunque aún no se determina si la empresa incurrió o no en daño moral contra el litigante, en el proceso, el caso va dejando precedentes para los mexicanos que pudieran sentirse agraviados por las grandes empresas tecnológicas. Ante la pregunta: ¿a quién se reclama?, las autoridades mexicanas podrían dar una respuesta concisa, y esa dependerá de lo este 6 de diciembre determine la SCJN, que sentaría un precedente para que un civil pueda enfrentar al gigante.
Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).- “Pelear contra una máquina”, así define su batalla contra el gigante tecnológico Google el abogado mexicano Ulrich Richter Morales, el litigante que enfrenta a “la máquina”.
Hace poco más de dos años que Richter Morales decidió demandar a Google por un blog en el que se le acusa de lavado de dinero. En una primera instancia, el abogado solicitó se bajara el contenido porque le ocasionaba un daño moral.
La empresa respondió que consideraba que el contenido de ese blog obedecía más a un mensaje satírico, pero al respuesta no satisfizo a Richter, quien decidió iniciar una demanda por daño moral en contra de Google Inc. y Google México S. de R.L. de C.V., por omisión “dolosa y culposa”, por haber “permitido y tolerado” el contenido de ese blog que tuvo la intención de hacerse pasar como real, además del uso indebido, “desautorizado y doloso” de retratos o imágenes, suplantando y usurpando la identidad de los agraviados, según dicta la demanda interpuesta ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Actualmente, si se ingresa el nombre del abogado en el buscador de Google, la leyenda “Ulrich Richter Morales y sus chingaderas” es el primer resultado que arroja.
Desde ese primer momento, Google recurrió a varias tácticas y una de ellas, recordó el abogado, fue argumentar que el caso no tenía competencia en México porque aquí no tenía oficinas, por lo que el caso tendría que llevarse en Estados Unidos.
El caso se llevó a tribunales, el agraviado demostró la dirección de Google en México (Montes Urales número 445) y se decidió otorgar el amparo de competencia. Sin embargo, Google no conforme, llevó que el caso llegara a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y se discutirá en el pleno el próximo 6 de diciembre.
El resultado de ese debate sentaría un precedente inédito para demostrar la competencia en cualquier demanda que hubiera contra daño moral en contra de cualquier empresa tecnológica o de redes sociales, principalmente Google.
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“Lejos de que fuera un argumento jurídico lógico, lo que sucede es que estoy peleando contra un algoritmo y entonces, quien contesta que no hay oficinas en México y con una declaración jurada, es el algoritmo que prepara Google para evitar ser sometidos a la jurisdicción de algún país. Descubrí que con quien peleamos es una máquina que contesta con sus algoritmos por más ilógico que pudiera parecer”, comentó Ulrich Richter en entrevista con SinEmbargo.
El abogado explicó que la primera fase del litigio fue el tema de la competencia, ya que si un ciudadano mexicano resulta afectado por la Internet y por el motor de búsqueda Google, puede ir a la Suprema Corte mexicana y denunciar el problema.
Google presentó ante el Secretario del Consejo de Administración del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) su declaración jurada sobre la ausencia de oficinas en México y argumentó que en México no hay establecimiento, ni sucursal ni oficina que los represente. Con eso, la empresa buscó demostrar que un juez mexicano no era competente.
Pero, la octava sala del Tribunal Superior de Justicia determinó que sí lo era y que sí podía ser juzgada ante los jueces mexicanos.
“Se le dice a Google que aunque señalen que tienen oficinas en Estados Unidos, no resulta suficiente para sostener la competencia, ya que aquí, un ciudadano mexicano, recurrió a un tribunal mexicano y solicitó la reparación y restitución de sus derechos fundamentales que son violados por un blog ilegal que está en su plataforma”, detalló.
Con el fallo, continuó el abogado, vienen dos choques de trenes: uno, el principio del Artículo 1 constitucional, que es el principio de los derechos fundamentales, contra el algoritmo de Google, que hoy trata de decir que el caso se tiene que ir a Estados Unidos
Las leyes mexicanas, sostuvo, lo impiden porque este caso es sobre la dignidad de las personas, que es un derecho fundamental que debe el Estado mexicano de proteger y de juzgar aquí.
Ulrich reiteró que la parte fundamental del asunto es el precedente que puede asentar el caso para que cualquier ciudadano pueda acogerse al mismo criterio para la defensa de sus derechos fundamentales.
El segundo punto, es que -ya con el asunto resuelto de la competencia- se pasaría al tema sobre la existencia o no del daño moral.
LA APARICIÓN DE GOOGLE L.L.C.
“Nosotros llevamos el asunto ante la SCJN, que en abril de 2017, consideró que se actualizaban los requisitos de importancia y de trascendencia. Eso ha motivado que, a raíz de que ya está listado el asunto en la corte, en Google haya cierta inquietud e implemente nuevas estrategias, porque el día de mañana, cualquier ciudadano va poder demandar a Google ante cualquier inconformidad o cualquier situación que pudiera vulnerar su derecho de dignidad humana. Se podrá someter a juicio a Google Inc, que es una empresa con un valor en la Bolsa de Valores de Estados Unidos altísimo y la coloca así a nivel mundial”, sostuvo Ulrich.
Google ya tomó previsiones, ahora en sus políticas aparece una nueva persona moral americana que es Google L. L. C.
Richter señaló que con esta táctica, Google Inc busca traer otra empresa para que se haga responsable del motor de búsqueda, “ahora tienen otro jugador para tratar de contener o de ponerlo como muro de contención para no llegar con la empresa que es la joya de la corona de este gigante tecnológico. Hoy en el portal de condiciones aparece esa empresa como prestadora del servicio y así hacen a un lado a la empresa que lleva el juicio con nosotros. Este nuevo tirador, este nuevo muro, tiene muchas implicaciones que también van a salir en camino, porque no es tan fácil traer una tercera empresa cuando el motor de búsqueda, todo mundo sabe, es Google Inc.”.
Google L.L.C., explicó el litigante, no es una empresa que cotice en la bolsa, no se sabe su valor, qué activos tiene y cómo puede responder ante una controversia jurisdiccional como la que hoy acontece con Google Inc.
El abogado expuso que “intereses oscuros” se encuentran detrás del caso y ejemplificó que el juez que en un inicio llevó el caso implementó prácticas dilatorias en el juicio, por lo que se le solicitó excusarse. Hoy, el Juez Octavo de lo Civil es investigado por el Consejo de la Judicatura Federal por retardar o entorpecer la administración de justicia en este caso.
“Se va a llegar hasta las últimas consecuencias. Tenemos ya el precedente y ante la negativa de Google de retirar el blog, acudimos a los tribunales y tenemos toda la paciencia y ya se avanzó. Si tenemos que esperar otros dos o tres años, esperaremos y no dejaremos que quede impune ninguna conducta que pueda generar alguna responsabilidad”, advirtió Richter Morales.