Con una representación de censo electoral del 14.3 por ciento, la comunidad hispana en Estados Unidos está en constante crecimiento, significando así, un sector clave para que candidatos demócratas o republicanos ganen estos comicios intermedios.
Madrid, 2 Nov. (EUROPA PRESS).- A tan sólo una semana de que se celebren las conocidas midterms, los comicios realizados en Estados Unidos a mitad de mandato y que sirven de consulta sobre la gestión del Presidente, el voto de la comunidad hispana se ha vuelto decisivo en casi una decena de estados de todo el país.
Con un electorado en constante crecimiento y más joven que el general, está previsto que unos 34.5 millones de estadounidenses de origen hispano participen en las elecciones del 8 de noviembre, según un estudio realizado por la agencia LSG.
La población hispana representa ya el 14.3 por ciento del censo electoral de Estados Unidos, una cifra que ha aumentado significativamente durante las últimas décadas. En 2008 representaban el 9.2 por ciento de la población con derecho a voto.
Los votantes hispanos, que se han caracterizado tradicionalmente por presentar una tasa de participación especialmente más alta que otros grupos de votantes, se concentran principalmente en estados como Nuevo México, California, Texas, Arizona y Florida, entre otros, y se han vuelto una pieza clave para hacerse con un mayor número de escaños.
La mayoría procede de países como México, El Salvador, Cuba y República Dominicana y centran sus preocupaciones en la economía, la sanidad, la educación, la violencia y la seguridad. Varias encuestas señalan que tres de cada cuatro votantes hispanos se han mostrado insatisfechos con el actual liderazgo, mientras que un 50 por ciento ha expresado su desaprobación a la Administración del presidente, Joe Biden.
ESTADOS CLAVE
California cuenta con un 32 por ciento de votantes hispanos, una cifra que lo sitúa como el estado con mayor proporción de electores de dicho origen, solo superado por Nuevo México. El voto de este sector poblacional será decisivo en la región dado que los comicios podrían estar muy reñidos.
El estado es considerado un blue state, de mayoría demócrata, por lo que no se esperan grandes sorpresas a la hora de elegir al próximo gobernador. No obstante, la distancia entre los candidatos demócratas y republicanos es significativamente menor en la lucha por hacerse por los escaños.
Texas también cuenta con aproximadamente un 32 por ciento de votantes hispanos, si bien se ha registrado recientemente un giro hacia el Partido Republicano. Más allá de su impacto concreto en los resultados electorales, que será muy elevado, el comportamiento del voto hispano en Texas podría constatar nuevas tendencias en determinados distritos.
Al contrario que California, es considerado un feudo republicano donde la formación rara vez ha perdido influencia. Los demócratas lograron hacerse con el apoyo de estos grupos en los comicios de 2020, aunque el margen se redujo significativamente.
En Arizona, que cuenta con un 25 por ciento de votantes hispanos, la victoria no está clara. En 2020, Biden ganó solo por 10 mil votos y gracias al apoyo de los sectores hispanos, que favorecieron mayoritariamente a los demócratas.
No obstante, el Partido Republicano ha cosechado avances desde entonces y ha logrado reducir la ventaja de los demócratas.
El peso del electorado de origen hispano en Florida es uno de los más grandes históricamente hablando. Al igual que en Texas, se ha producido paulatinamente un cambio en el voto, que favorece ahora a los republicanos.
En 2020, los republicanos aseguraron su victoria en el estado reduciendo en gran medida el apoyo por parte de grupos hispanos a los demócratas, un respaldo que buscan incrementar de cara a la próxima semana.
Nevada, con un 21 por ciento de votantes hispanos, también depende del voto hispano, que puede resultar determinante. En este estado Biden logró hacerse con un 2,39 por ciento de votos más que el expresidente Donald Trmump. El apoyo de los votantes hispanos fue fundamental para que pudiera hacerse con este estado.
En esta línea se sitúan también otras zonas como Pensilvania y Georgia, donde a pesar de que el voto hispano presenta una proporción mucho menor, dicho electorado desempeña un papel fundamental ante unos márgenes de victoria mínimos para los principales candidatos.