El exmandatario fue internado luego de una descompensación que sufrió en la prisión en donde cumple su condena.
LIMA, 2 de octubre (AP) — El encarcelado expresidente peruano Alberto Fujimori permanecía el sábado en un hospital privado de Lima luego de que la víspera sufrió una descompensación que provocó su traslado desde la prisión donde cumple condenas por asesinato y corrupción, informó su abogado.
César Nakazaki tuiteó que Fujimori fue llevado a la clínica limeña Centenario “por serio problema de saturación de oxígeno, según entiendo, que no superó pese a atención” en la cárcel donde es el único preso, ubicada dentro de un cuartel policial en la zona este de Lima.
Alejandro Aguinaga, un legislador de su partido político, dijo al diario peruano El Comercio sobre Fujimori que “hace por lo menos unos cuatro meses tiene momentos en que le baja mucho la saturación y está prácticamente oxígeno-dependiente al término de la tarde”.
Las autoridades de salud de Perú no han declarado al momento las razones médicas del traslado de Fujimori a la Clínica Centenario donde el expresidente ha sido llevado con frecuencia en años anteriores.
El suceso ocurre luego de que el Gobierno de Perú oficializó un trámite para solicitar a Chile que Fujimori sea juzgado por otros seis delitos, adicionales a los que sirvieron de base para su extradición.
En 2007 Fujimori fue extraditado desde Chile donde fue apresado tras llegar desde Japón. Fujimori vivía en el país asiático desde el 2000 cuando huyó de Perú en medio de los escándalos de corrupción de su gobierno (1990-2000).
El Ministro de Justicia Aníbal Torres ha mostrado interés reciente por cambiar de prisión a Fujimori y afirma que el expresidente está “en una cárcel dorada” en comparación con otros presos.
El exjefe de espías de Fujimori, Vladimiro Montesinos, fue cambiado de cárcel en agosto, luego de estar preso 20 años en una prisión militar.
Fujimori cumple una condena de 25 años de cárcel luego de que fue declarado culpable de ser el autor intelectual de los asesinatos de 25 peruanos, entre ellos un niño de 8 años, ejecutados por un escuadrón de militares en 1992 que aplicaban métodos de guerra sucia con el conocimiento del entonces Presidente para luchar contra los terroristas de Sendero Luminoso.