Aunque el Transiberiano une Moscú con Vladivostok puedes combinar esta ruta con el Transmongoliano o el Transmanchuriano para llegar hasta Pekín. El Transiberiano lleva en marcha desde 1916 y con sus 9 mil 289 km es el trayecto en tren más largo del mundo.
Por Roberto Ruiz
España, 2 de octubre (SinEmbargo).- Pocos viajes en tren hay más míticos que el gran Transiberiano. Montarse en él es como vivir un pedacito de la historia de Rusia, viendo pasar infinitos paisajes desde las ventanillas y viviendo una experiencia sobre raíles única, larga y diferente a cualquier otro viaje que puedas imaginar.
Con una distancia de 9 mil 289 km de Moscú a Vladivostok el Transiberiano puede presumir de ser el trayecto en tren más largo del mundo, una conexión que lleva en marcha desde 1916. Pero no es solo eso, sino que el Transiberiano comprende toda una red de ferrocarriles que conectan la capital rusa con el más lejano oriente del país. Y eso es algo que muchos grandes viajeros no se quieren perder.
Aunque hoy en día tenga un alto atractivo turístico por ser uno de los viajes en tren más espectaculares del mundo, en realidad el Transiberiano es un tren práctico, el utilizado por rusos, mongoles y chinos para salvar las enormes distancias asiáticas, además de una verdadera obra de ingeniería. Aquí no existen las prisas, el objetivo no es llegar sino disfrutar lo viajado, aprovechando además para hacer unas cuantas paradas por el camino.
EL TRANSIBERIANO, EL TRANSMONGOLIANO Y EL TRANSMANCHURIANO
Es importante tener esto claro, el Transiberiano une Moscú con Vladivostok, sí, pero además hay otros ramales que pueden llegar más allá. El Transmongoliano y el Transmanchuriano son los principales, pero hay incluso más, como el BAM, que se adentra aún más al norte y llega hasta Sovetskaya Gavan, en la costa del Pacífico.
El Transmongoliano nace en una de las paradas del Transiberiano, en Ulán Udé a 5.655 km de Moscú, y desde ahí se desvía para adentrarse en Mongolia, pasar por su capital, Ulán Bator, y continuar hasta atravesar el país mongol por completo y llegar a Pekín, en China.
El Transmanchuriano hace algo similar, pero se desvía del Transiberiano pasado Chitá, a 6.312 km de Moscú, y se adentra en China bordeando Mongolia hasta llegar y finalizar también en Pekín. Es decir, puedes atravesar Asia de punta a punta en tren, aunque para ello debas haber dejado primero las prisas en casa.
LOS BOLETOS DEL TRANSIVERIANO, CÓMO SON Y DÓNDE SE COMPRAN
No puedes pensar en el Transiberiano como si fuera un Interrail, es decir, un billete único con el que te vas subiendo y bajando de los trenes a tu antojo, sino un trayecto para el que deberás comprar diferentes billetes, con asiento o cama asignada, para ir uniendo las paradas que quieras hacer. Sí, puedes comprar un billete directo de Moscú a Vladivostok y en 6 días y 22 horas habrás completado el viaje, pero te perderías todo lo que hay por medio, así que no interesa mucho.
Para comprar los billetes tienes dos opciones, o en las estaciones o por internet, y dada la alta demanda que pueden tener lo mejor es que lo hagas a través de la web oficial de ferrocarriles rusos, porque si no es probable que te quedes en tierra.
Por tanto, lo primero que debes hacer es definir tu ruta, saber dónde quieres parar y cuánto tiempo pasarás en cada lugar, para así comprar los diferentes billetes acorde a esa agenda. Con eso claro, ya puedes comprar los billetes que unen esas paradas, cada uno con su fecha, su hora y su plaza asignada, y así ir completando tu viaje. Si quieres improvisar puedes hacerlo allí sobre la marcha, pero te arriesgas a que no queden billetes para el siguiente tren, tengas que esperar al día siguiente y se te trastoque todo el calendario. Si no tienes problema con eso libre eres de elegir esa opción, si por fechas necesitas llevarlo todo atado lo mejor es que lo compres con la máxima antelación posible.
Pero hay más cosas que necesitas saber antes de comprar los billetes del Transiberiano, porque no hay un solo tipo de tren, sino varios, y en cada uno de ellos también hay diferentes clases. Aunque hay más, e incluso existen divisiones dentro de cada uno de ellos, los trenes del Transiberiano son los siguientes:
Trenes Firmeny: Son trenes dormitorio, los más populares entre los turistas, hacen menos paradas y son más rápidos. Disponen de 1ª, 2ª y 3ª clase.
Trenes Skory: Son los más numerosos pero son menos modernos que los Firmeny. Hacen más paradas y son más lentos. Disponen de 2ª y 3ª clase.
Trenes Passenger: Son los más lentos y económicos, paran prácticamente en todas las estaciones y hay más pasajeros locales que turistas. Disponen de 2ª y 3ª clase.
Los precios pueden variar, y no solo entre las clases, sino incluso dependiendo de cuándo lo compres, tal y como pasa con los billetes de avión. Por eso es importante hacerlo cuanto antes y saber las diferencias entre las clases:
-Primera clase: Un compartimento cerrado con dos camas.
-Segunda clase: Un compartimento cerrado con cuatro camas (dos literas).
-Tercera clase: Un vagón abierto, sin compartimentos, con literas a uno de sus lados.
Si buscas la opción más lujosa posible te gustará saber que hay dos trenes que no tienen nada que ver con los demás, el Golden Eagle y el Tsar’s Gold. Tienen sus propio itinerario y un confort de auténtico lujo, aunque su precio sea tan elevado como su exclusividad.
LAS MEJORES PARADAS DEL TRANSIBERIANO
Casi 10 mil kilómetros dan para mucho, pero si aún así crees que necesitas más, y además no te quieres perder una de las joyas de Rusia, igual te interesará comenzar tu viaje en San Petersburgo, dedicarle un par de días, y luego viajar fácilmente a Moscú en tren para empezar allí oficialmente el Transiberiano. Una vez que comiences en la capital rusa, tienes mucho que ver por delante.
Moscú (km 0)
Moscú es una ciudad de arte, música, teatro y ballet, pero además el Kremlin y la Plaza Roja no deberías pasarlo por alto. Es una ciudad fantástica como punto de inicio.
Kazan (km 820)
Una ciudad con una interesante mezcla cultural entre musulmanes, cristianos y ortodoxos. La mezquita de Qolsharif no te la puedes perder.
Ekaterimburgo (km 1.816)
Una parada obligatoria, ya en los Urales y al comienzo de Siberia, que hace de frontera entre Europa y Asia. Solo su arquitectura ya merece una visita.
Novosibirsk (km 3.335)
Es la tercera mayor ciudad de Rusia, en plena Siberia. Una ciudad con mucha vida que ha sabido dejar atrás su lado gris soviético para convertirse en un lugar de restaurantes, bares y cafés.
Irkutsk y el lago Baikal (km 5.185)
Irkutsk es la parada necesaria para visitar el lago Baikal, el lago más profundo del mundo. Un verdadero espectáculo de la naturaleza al que puedes llegar en minivan o taxi colectivo desde Irkutsk.
Ulán-Udé (km 5.642)
Es el punto donde nace el Transmongoliano, por lo que se vuelve una para obligatoria si vas a tomar esa dirección. Además, aquí se encuentra el mayor busto de Lenin del mundo.
Vladivostok (km 9.289)
Es la meta final de quien hace el Transiberiano. Una ciudad que vive actualmente una nueva juventud, en la que deberás detenerte a admirar su Cuerno de Oro y su espectacular puente colgante.
Ulán Bator (Transmongoliano)
La capital de Mongolia es, además de los paisajes, el mayor atractivo de quien se decanta por hacer el Transmongoliano.
Pekín (Transmongoliano y Transmanchuriano)
La capital de China vive un ritmo frenético pero hace de fantástico punto final para quienes se han embarcado en esta aventura sobre raíles. Tiene tanto que ofrecer que merece unos cuantos días de tu tiempo, donde puedes incluir una visita a la muralla china.
LOS VISADOS, UN TEMA IMPORTANTE
Para viajar a Rusia, a Mongolia y a China es necesario obtener un visado con antelación, no es posible solicitarlos una vez en la frontera, sino que tendrás que tramitarlos antes de comenzar tu viaje, y te recomendamos que al menos con un par de meses de antelación.