Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– El Presidente Enrique Peña Nieto reconoció esta tarde desde Palacio Nacional, luego de que ayer se entregara el Tercer Informe de Gobierno al Congreso de la Unión, que su gobierno vive una crisis de credibilidad y que, por distintos eventos –entre ellos los cuestionamientos por corrupción o conflicto de interés–, hay indignación y molestia social. Ofreció, y le aplaudieron, que no habrá nuevos impuestos: “El gobierno tiene que gastar menos y gastar mejor”.
Pero dijo que, a mitad del camino, no es para empezar de cero sino para realizar ajustes y consolidar sus reformas. “Continuaremos edificando sobre las bases que hemos cimentado en la primera mitad”, expresó. “Hoy puedo decir, de frente a la Nación, que estamos cumpliendo”.
Aprovechó el espacio para lanzarse contra “la intolerancia, la demagogia y el populismo”. Dijo que fomentan el odio. Reconoció que “hay frustración y pesimismo” y alertó de que, en ese ambiente de incertidumbre, “el riesgo es que en su afán de encontrar salidas rápidas, las sociedades encuentren salidas falsas. Me refiero al riesgo de creer que la demagogia, la intolerancia o el populismo son las soluciones”.
Casi al final de su mensaje, el Presidente anunció otro decálogo. Medidas similares han sido lanzadas por el mandatario desde que era candidato presidencial. Varios de ellos no han sido cumplidos, como el “Manifiesto para una Presidencia democrática”, donde se comprometió a transparentar la relación con los medios.
Su nuevo decálogo fue llamado “10 medidas para nuevos desafíos”.
Hoy, en Palacio Nacional, el mandatario se hizo rodear del Gabinete legal y ampliado; de invitados especiales (empresarios, embajadores, representantes de medios) y de gobernadores; de su familia, su madre y su esposa Angélica Rivera, y los hijos de ambos.
Peña Nieto inició su discurso hablando de las elecciones federales de 2015 que, dijo, fueron en paz; agradeció al Instituto Nacional Electoral (INE). Luego pasó directamente a eventos lamentables que, “causaron molestia e indignación a la sociedad mexicana”. El Presidente reconoció que ha sido un año difícil para México por las movilizaciones causadas por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, por la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y por actos de corrupción en todos los niveles de gobierno así como por los señalamientos de conflicto de interés en los que se le ha señalado y por el bajo rendimiento económico.
“El último año ha sido difícil para México. Nuestro país se vio profundamente lastimado por una serie de casos y sucesos lamentables. Los hechos ocurridos en Iguala o la fuga de un penal de alta seguridad nos recuerdan situaciones de violencia, crimen o debilidad del Estado de Derecho. Señalamientos de conflictos de interés que incluso involucraron al titular del Ejecutivo así como denuncias de corrupción en los órdenes municipal, estatal y federal y en algunos casos en el ámbito privado han generado molestia e indignación en la sociedad mexicana”.
Reconoció enseguida que hay una crisis de confianza internamente, mientras que en el exterior hay una turbulencia que afecta a la economía. Pero “vamos a seguir moviendo a México”, acotó. “Vamos a responder con visión de Estado, con claridad de rumbo y compromiso; vamos a demostrarnos a nosotros mismos que somos una Nación con proyecto y rumbo”.
Inmediatamente después, dijo que la violencia ha bajado. Dio distintas cifras. El Jefe del Ejecutivo federal destacó que en su administración se han aprobado 90 reformas, “de las cuales 13 son transformadoras”. Habló sobre la disminución de los índices de violencia. Aseguró que la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes se ha reducido. Destacó la estrategia nacional antisecuestro y, como nunca antes en un informe, habló de atacar a las estructuras criminales y de la captura de los principales capos de la droga.
Durante tres años, el Gobierno federal quiso eliminar del discurso público cualquier mención sobre la violencia que vive México. Pero no pudo sostenerse en ello debido a la gran cantidad de casos que, como Tlatlaya, Apatzingán, Ostula, Iguala y otros, tuvieron resonancia a nivel internacional.
En ese contexto, el Presidente hizo un amplio reconocimiento a las Fuerzas Armadas, lo que mereció un pronunciado aplauso de su auditorio. También reconoció a la Procuraduría General de la República (PGR), a la Policía Federal y el Consejo Nacional de Seguridad (CNS). “Nuestras fuerzas armadas son símbolo de lealtad a los mexicanos… somos una sociedad que reconoce la valentía, pasión y entrega de nuestros soldados y marinos. Por eso desde aquí expreso mi reconocimiento a nuestras Fuerzas Armadas”.
El Presidente no hizo mención a los casos como Tlatlaya y Tanhuato, donde se vincula a elementos del Estado con ejecuciones sumarias.
Habló de la política social. Dijo que se está abandonando la política asistencialista por una de impulso productivo. Dio cifras. Se refirió al “éxito” de la Cruzada contra el Hambre. De 2012 a 2014 se redujeron “todas las carencias sociales”, afirmó.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó el 23 de julio que el número absoluto de mexicanos en pobreza aumentó de los 53.3 millones que había en 2012 a 55.3 millones a 2014. Es decir, los pobres aumentaron dos millones durante la Presidencia de Peña Nieto.
El mandatario removió recientemente a Rosario Robles como titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y hoy, en el evento en Palacio Nacional, apareció en una orilla entre los invitados; tiene una cartera menor. Su puesto fue ocupado por José Antonio Meade.
“La medición de la pobreza en México en 2014 del Coneval reportó que, no obstante el adverso contexto internacional, 100 mil mexicanos superaron la pobreza extrema. En 20 entidades federativas hay menos personas en personas extremas, destacando el caso de Guerrero donde el número de personas en condiciones de pobreza extrema disminuyó 22.7 por ciento. A pesar de estos avances, reconozco que según esta misma medición de Coneval de 2012 a 2014 el número total de mexicanos en condiciones de pobreza aumentó en 2 millones”.
Sobre esos dos millones de nuevos pobres, prometió que en la próxima evaluación México saldrá mejor.
El mensaje fue ampliamente promovido, en Twitter, desde cuentas oficiales:
Otra ronda de aplauso fue para las “medidas necesarias” en Oaxaca, donde casi se disolvió la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). “Uno de los mayores desafíos fue liberar a la educación pública en Oaxaca de los intereses particulares que la mantenían cautiva desde hace décadas. Por eso en un esfuerzo conjunto con el gobierno del estado se tomaron las medidas necesarias para transformar el Instituto Nacional de Educación Pública de Oaxaca [sic] recuperando así la rectoría de la educación en esa entidad”.
“No habrá marcha atrás; a pesar de las dificultades, la Reforma Educativa llegará a todos los rincones del país”, dijo. Más aplausos. “Desde aquí les digo: la evaluación no es una medida que afecta a los maestros”, señaló.
Detalló ampliamente su Reforma Educativa. Le dedicó varios minutos. Apenas días antes, el Jefe del Ejecutivo federal nombró a su Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Aurelio Nuño Mayer, como nuevo Secretario de Educación Pública. Algunos opinan que Nuño podría ser al menos precandidato presidencial por el PRI, partido del mandatario, para 2018.
También detalló las cinco reformas estructurales: de la Fiscal y Laboral dijo que redujo la informalidad y creció la base de contribuyentes. Habló de la de Energía, la Financiera y la de Telecomunicaciones. Peña hizo allí una pausa. No hubo aplausos.
“Ante la caída del petróleo, no vamos a aumentar impuestos, ni a endeudar al país. Le toca al Gobierno apretarse el cinturón. Gastar menos, y gastar mejor”, dijo. “Uno de los propósitos fundamentales de la reforma energética es generar ahorros para las familias y las empresas de México”.
Expertos y activistas han dicho que Enrique Peña Nieto no sólo no resolvió las cuestiones de seguridad que heredó, sino las agravó. También han criticado que no se han materializado sus promesas hechas a los mexicanos sobre el desarrollo social y económico que triarían las reformas Energética y Fiscal.
Un revisión realizada por SinEmbargo encontró que Peña Nieto sólo ha cumplido el 10.52 por ciento de los compromisos que firmó ante Notario Público durante su campaña electoral en 2012. En los primeros 18 meses de su gestión, el Jefe del Ejecutivo había entregado 4.5 por ciento y al completar dos años, había alcanzado el 4.8 por ciento de sus promesas.
Peña Nieto envió ayer al Congreso de la Unión, a través del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, su Tercer Informe de Gobierno, el cual fue recibido por la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión que inició su periodo ordinario.
Chong ofreció un breve discurso de unos tres minutos de duración, en donde informó que el Presidente decidió no enviar ninguna iniciativa preferente. Dijo que los desafíos que tenemos por delante no son menores, “pero es mayor la capacidad de los mexicanos para hacerles frente, si privilegiamos lo que nos une por encima de lo que nos divide”.
En contraste, el primer Diputado independiente en la historia del Congreso de la Unión, Manuel Clouthier Carrillo, aseguró que la sociedad mexicana está indignada “por tanto abuso de poder y por tanta irresponsabilidad” de la clase política, por lo que “clama a gritos” que se respeten los derechos fundamentales en una sociedad democrática, y se “dejen de hacer negocios con los bienes de la Nación.
“El país, mis amigos, ya no puede seguir sosteniendo la tesis de que las funciones públicas son lo mejor. Ya no se debe seguir ejerciendo el poder en México con criterio patrimonial”, aseveró el legislador independiente en la máxima tribuna del país.
En este sentido se expresaron ayer los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace casi un año en Iguala, Guerrero. Al rendir su contra informe, los familiares de los estudiantes señalaron que el Gobierno federal ha conducido al país a una crisis de derechos humanos, de la que el ataque a los estudiantes de Ayotzinapa significa “la peor y más indignante atrocidad” en la historia reciente.
Este Tercer Informe de los seis que Peña Nieto presentará durante todo su mandato se da además en un contexto de marcada desaceleración económica, en el que el Banco de México rebajó el pasado 12 de agosto su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) a un intervalo de entre 1.7 y 2.5 por ciento para 2015.
Este cálculo supone una rebaja frente a las estimaciones previas, cuando la institución vaticinaba que México crecería entre 2 y 3 por ciento. Los nuevos datos se desmarcan también de las estimaciones del propio Gobierno, que se mantienen entre 2.2 y 3.2 por ciento. En 2014, la economía mexicana creció 2.1 por ciento, muy lejos de la estimación inicial del Gobierno, que era de 3.9 por ciento.
Asimismo, el tercer informe llega en un momento en que sólo 44 por ciento de los mexicanos aprueba la gestión de su Presidente, lo que representa un descenso de siete puntos respecto a 2014, de acuerdo con un sondeo del centro de estudios Pew publicado el pasado 27 de agosto en Washington.
La encuesta, efectuada en abril, revela un creciente escepticismo sobre la labor del mandatario en temas clave de su agenda, como el combate al crimen organizado. En este campo, sólo 35 por ciento de los mexicanos avala su gestión, un descenso de 18 puntos respecto a 2014.
En el tema específico de la lucha contra el narcotráfico, apenas 39 por ciento de los mexicanos considera que Peña Nieto está logrando mermar el poder de los capos, lo que implica un nuevo descenso respecto al 45 por ciento de 2014.