Andrea fue agredida cuando salía de su casa para tomar el transporte público en la capital de Puebla, ella narró que dos hombres se acercaron a ella, le rociaron una sustancia corrosiva en el rostro y escaparon. En México sólo siete entidades federativas han tipificado los ataques con ácido o con sustancias corrosivas, a pesar de que este tipo de violencia en el país ha ido en aumento.
Puebla, 2 de agosto (Periódico Central/SinEmbargo).– Andrea, de 28 años, fue atacada con ácido en Puebla y resultó con quemaduras de primer grado. La joven ya había denunciado ante la Policía Cibernética una serie de amenazas que recibió, pero la investigación no avanzó.
La joven relató que dos hombres le arrojaron un químico la mañana de este lunes en la colonia Galaxia La Laguna, pero con ayuda de sus familiares corrió a lavarse. Aún así resultó con quemaduras de primer grado.
Andrea guardó su ropa en una bolsa para presentarla como prueba cuando denuncie la agresión ante la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE).
“Anteriormente me habían amenazado por Facebook. Me mandaban mensajes de que me cuidara, fui a Policía Cibernética pero ya no siguió el caso”, dijo en entrevista con el medio local Cinco Radio después de que fue atendida por médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Clínica número 1.
El ataque con ácido en el que Andrea resultó herida ocurrió cerca de las 7:30 horas. De acuerdo con su versión, cuando estaba sacando cosas para vender afuera de su casa dos tipos hombres llegaron en una motocicleta de color blanco.
“Me dijeron que iba a pagar con lágrimas de sangre y que tuviera cuidado algo así, me arrojaron el líquido y empecé a pegar de gritos. Entré a mi casa corriendo y como pude, mi hermana y mis sobrinitos me ayudaron para quitarme la ropa y meterme a la regadera. Estuve como 20 minutos dentro del agua porque no aguantaba el ardor”, relató Andrea.
Por el ataque con ácido, Andrea sufrió quemaduras de primer grado en los brazos, piernas, pecho y cara. El químico también le cayó en los ojos. Los médicos la enviaron a otro Hospital del IMSS en La Margarita para que un especialista le revisara los ojos.
“En un ojo no estoy viendo bien. No pasó a mayores porque tuve la respuesta inmediata de meterme al agua que si no, hubieran sido quemaduras más graves”, dijo Andrea.
El 25 de mayo de 2022 se reportó un ataque similar en las oficinas del Servicio de Administración Tributaria (SAT), ubicado en la zona de Angelópolis, en San Andrés Cholula.
Las autoridades de Puebla investigaron los hechos como un supuesto ataque con ácido a una mujer que realizaría un trámite y quien en redes sociales dio a conocer los hechos.
El ataque le provocó una quemadura de segundo grado a la víctima; sus familiares señalaron que ella bajaba de su automóvil cuando se le acercaron dos hombres en una bicicleta y le arrojaron el químico. A pesar de esto, no habría denunciado los hechos.
Un ataque similar que sí fue investigado ocurrió el 2 de diciembre de 2018, cuando una mujer y su hija fueron atacadas con ácido por un grupo de hombres cuando salían de su casa en el fraccionamiento Misiones de San Francisco, en el municipio de Cuautlancingo.
A través de WhatsApp, los familiares de las víctimas alertaron a sus vecinos después de que las mujeres de 43 y 24 años de edad sufrieran el ataque durante un asalto.
Según explicó un familiar, las mujeres iban a trabajar cuando uno de los tres hombres que intentaron asaltarlas, les arrojó un líquido que les quemó la cara, pecho y manos. Este hecho sí fue denunciado ante la Fiscalía de Puebla.
ATAQUES CON ÁCIDO EN MÉXICO
La agresión a Andrea se suma a una serie de casos similares registrados en los últimos años. En México sólo siete entidades federativas han tipificado los ataques con ácido o con sustancias corrosivas, a pesar de que este tipo de violencia en el país ha ido en aumento, de acuerdo con activistas.
Jalisco, donde Luz Raquel Padilla Gutiérrez fue víctima de agresión con una sustancia química previo a su asesinato, cuenta con una iniciativa que hasta el momento no se ha aprobado. La madre cuidadora ya había sido atacada con sustancias químicas en mayo pasado, sin embargo, las lesiones en su pecho no fueron suficientes para que las autoridades dieran celeridad a su denuncia y buscaran a sus agresores.
Activistas y especialistas en la materia han denunciado que el crimen contra Luz Raquel muestra nuevamente cómo las autoridades minimizan este tipo de casos, a pesar de que siguen en aumento.
“Esto solamente es la punta del iceberg de un problema muy grave y muy complejo que apenas se empieza a reconocer en México. […] y, aunque el problema lleva ocurriendo desde hace al menos tres décadas en el país, la verdad es que puedo decir con mucha seguridad que ha habido un aumento muy significativo de este tipo de casos en los últimos años y que es producto de la impunidad social y del Estado; de las redes de complicidad y de la falta de castigo”, indicó Ximena Canseco, investigadora de la Fundación Carmen Sánchez, organización que ha documentado ataques con ácido y ha hecho labor para visibilizar e impulsar legislaciones en contra de estas agresiones.
En México se han registrado al menos 33 ataques con ácido, sin contar las agresiones con otras sustancias corrosivas, los cuales datan desde 1988, de acuerdo con la Fundación Carmen Sánchez. En Jalisco, al menos una mujer transgénero ya había sido atacada con ácido, en octubre de 2020.
De los ataques sólo con ácido documentados por Fundación Carmen Sánchez, dos se registraron en el año 2012. Los años 2014 y 2015, registraron un caso respectivamente. Para el año 2016, hay dos casos registrados. Para el año 2017, la cifra creció a tres casos y en el 2018, a cinco casos.
En tanto que en el 2019 se contabilizaron al menos tres víctimas y cuatro en el año 2020; sin embargo, el año anterior, 2021, la cifra se disparó a nueve casos: dos en la Ciudad de México, dos en Coahuila y en Puebla. En tanto que, en Veracruz, Michoacán, Quintana Roo y Jalisco, se registró uno en cada entidad federativa.
–Con información de Edmundo Velázquez, Periódico Central, y Sugeyry Romina Gándara.