Dos granjas porcinas de GENA y PROAN en Jalisco vierten sin permiso aguas residuales no tratadas e incumplen con el Registro de Emisiones, por lo que contaminan estanques con excrementos y orina de más de 89 mil cerdos, lo cual genera emisión de metano, óxido nitroso y dióxido de carbono, documentó Igualdad Animal México con apoyo del sobrevuelo de drones. Por ello denunció a ambas granjas ante la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente para que sean clausuradas.
Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo).– Dos cerdos yacen sobre la tierra frente a un trailer en una granja de Jalisco, uno de los estados de mayor producción ganadera. Las hélices del dron giran y el vuelo inicia. Desde el cielo, la organización Igualdad Animal México documentó en las granjas Pozos Morados y La Calma los suelos dañados y mantos freáticos contaminados, así como una gran acumulación en estanques con excrementos y orina que generan metano y óxido nitroso, un gas contaminante hasta 300 veces más poderoso que el dióxido de carbono.
“Las condiciones extremas en las que viven los animales en las granjas intensivas para abaratar el costo de la producción es a costa de su bienestar y del medioambiente”, concluyó el informe “El enemigo del planeta”, cuya evidencia se recabó en septiembre y diciembre del 2019 en las granjas con más de 89 mil cerdos de las empresas mexicanas GENA Agropecuaria y Proteína Animal, ubicadas en los municipios de San Miguel El Alto y Lagos de Moreno. Pese a no respetar normas ambientales, el Gobierno de Jalisco les permite seguir operando.
Además de gastar millones de litros de agua potable (12 mil litros por kilo de carne de cerdo), la industria porcícola contamina los mantos por el mal manejo y la falta de tratamiento de las orinas y heces de los cerdos. Estos estanques contaminados, observados desde los drones, emiten gases de efecto invernadero (1,330,000 kilos de metano al año, por ejemplo) y son un caldo de cultivo de enfermedades, ya que en un gramo de excremento porcino pueden concentrarse hasta 100 millones de bacterias.
La investigación enfatiza que las descargas de estos desechos fecales a cielo abierto que llegan a terrenos aledaños, a través de bocas de tormenta, provocan que las partículas se infiltren en el subsuelo contaminando campos de cultivo y aguas subterráneas. En épocas de lluvias estos daños se maximizan pues las descargas sobrepasan los depósitos y los excrementos se distribuyen a los cauces naturales de agua contaminando de forma aún mayor el ecosistema alrededor de las granjas.
LAS DENUNCIAS
Igualdad Animal México presentó cuatro denuncias ante la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROEPA) de Jalisco y a la Federal (Profepa) por hechos, actos y omisiones de ambas granjas de GENA Agropecuaria y PROAN que pudiesen producir desequilibrio ecológico y daños al ambiente, para así solicitar su clausura definitiva, la revocación de los permisos, licencias y autorizaciones de operación, así como la reparación del daño. La organización está esperando la respuesta de PROEPA.
“Se considera que ambas granjas vierten sus aguas residuales de proceso incluso sin tratamiento previo o con tratamientos no suficientes para cumplir con los parámetros establecidos en la Norma Oficial Mexicana 001 y 003 Semarnat de 1996 y 1997”, dice el informe.
La directora de Igualdad Animal México, Dulce Ramírez, añadió vía telefónica que las granjas no cuentan con una Cédula de Operación anual para medir y reportar sus emisiones ni con la Licencia Ambiental Única; tampoco tienen Título de concesión para el aprovechamiento de aguas nacionales ni del permiso de descarga de aguas residuales y además incumplen con el Registro de Emisiones y Transferencia de contaminantes al aire, agua, suelo y subsuelo, “lo cual es alarmante”
En el caso de Proteína Animal (PROAN), no cuenta con una Evaluación de Impacto Ambiental, por lo que no tiene ningún dictamen favorable, tampoco reporta el volumen y manejo de aguas residuales del ciclo completo de producción porcícola, y tiene acumulación de impactos ambientales por todos los años que ha operado, documentó la organización.
Por su parte, GENA, que es la que produce más cerdos, carece de un plan de manejo de residuos especiales vigente (cadáveres, medicinas veterinarias, heces…) y reporta datos que se presumen falsos sobre la carga de desechos.
Ambas empresas no se han puesto en contacto con Igualdad Animal México.
Ramírez recordó que en las granjas porcinas se les suele aplicar anestesias a los animales, y las cerdas en periodo de gestación viven su vida en extremo confinamiento al grado de que en ocasiones aplastan a las crías recién nacidas.
“La ganadería industrial está poniendo en jaque al planeta por el calentamiento global”, afirmó la directora de Igualdad Animal México. “Muchas veces como consumidores finales desconocemos el impacto que tiene lo que consumimos”.
A través de las denuncias la organización exigió que se aplique el Principio de Precaución para la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente; se inspeccionen las instalaciones de las granjas y se revise que las empresas cumplan con los instrumentos regulatorios en materia ambiental; y en caso de que la Procuraduría estatal tenga conocimiento de actos u omisiones que constituyan delitos en contra del ambiente, formule ante el Ministerio Público la denuncia correspondiente.