En los últimos treinta años se ha dado prioridad al modelo de gestión productiva neoliberal, que confía más en los privados que en el Estado. En este periodo de transición, el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador y su equipo energético han planteado, por el contrario, uno nacionalista con empresas públicas competitivas que generen soberanía energética.
Analistas aseguraron que se han instalado funcionarios “amigos” que, además de carecer de “visión estratégica”, propician la corrupción “con sus intereses partidistas”. Esto, dijeron, ha generado los “boquetes” en la Comisión Federal de Electricidad, empresa pública que demanda más gastos del erario público que ingresos aportados, revelan datos de Hacienda. “Son recursos mal invertidos”, determinó Abraham Vergara, especialista en finanzas públicas.
Ciudad de México, 2 agosto (SinEmbargo).– En el primer semestre de este año, el mayor gasto público se dio en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y, a la vez, la hoy Empresa Productiva del Estado, fue de las instancias públicas cuyos ingresos cayeron más, por lo que en el balance financiero hubo una pérdida por 76 mil 304 millones de pesos, de acuerdo con el último informe de finanzas públicas de la Secretaría de Hacienda.
Analistas económicos y políticos aseguraron que, durante las administraciones pasadas, la corrupción y “falta de visión” de los titulares “cuates” la ha llevado al borde de la quiebra, lo que afecta a los consumidores con las tarifas.
Estas cifras llegan cuando en el país persiste la polémica por la propuesta de Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo, para situar a Manuel Bartlett Díaz como director general de la empresa eléctrica. Sus razones, dice AMLO, parten de que Bartlett Díaz –a quien se le achaca haber cometido el fraude electoral de 1988, que marginó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y le dio el triunfo a Carlos Salinas de Gortari– ha sido opositor por más de 15 años a las reformas que dieron pie a la privatización del sector energético y, además, urge combatir la corrupción en la CFE, por lo que se necesita a una persona que no tenga ligas con los grandes corporativos en la industria.
Durante enero a junio, el gasto público en esta Empresa Productiva del Estado fue de 237 mil 670 millones de pesos frente a los 170 mil 107 millones de pesos egresados en ese periodo de 2017, lo que implicó un aumento de 33.1 por ciento entre el gasto programado para 2018 y el realmente operado. Por el contrario, durante los primeros seis meses del presente año, los ingresos generados por la CFE subieron de 170 mil 125 millones de pesos en ese periodo de 2017 a 171 mil 303 millones de pesos en este semestre de 2018. Pero de lo programado a lo realmente recibido cayeron 4 mil 291 millones de pesos, un 4 por ciento menos.
“Son recursos que vienen del gobierno que están mal destinados; mal invertidos y se diluyen no hacia la modernización para generar energía en formas no tradicionales, sino en mantener a un elefante blanco. La CFE debería ser autosustentable, pero no es rentable ni competitiva, y nos cuesta a todos los mexicanos, pues esos recursos vienen de los impuestos o de la emisión de deuda”, sentenció el especialista en finanzas públicas, Abraham Vergara. “La solución no es perdonar las deudas del pasado a partir del 1 de julio porque entonces de dónde sacará recursos”, agregó.
Los analistas dijeron que en esta oferta de modelos del neoliberal al nacionalista, el perfil político del Senador Manuel Bartlett, aunque “duro”, no es el idóneo para enfrentar tanto su situación financiera –que él mismo denominó “desastre verdaderamente espeluznante”– como el fenómeno de la “puerta giratoria”, es decir, tener información relevante del gobierno para la toma de decisión en concesiones y licitaciones y pasar a la iniciativa privada para ejercerlo a su beneficio.
Este miércoles, Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), llamó al candidato ganador a “hacer nuevas reflexiones” para “presentar mejores perfiles que den mayor certidumbre a la próxima administración” respecto a las propuestas para dirigir la CFE y Petróleos Mexicanos (Pemex). Por su parte, Bartlett –contrario a su discurso de 2013– dijo que la Reforma Energética continuará en cuanto al sector eléctrico porque “está funcionando”.
Esta semana el virtual Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en conferencia de prensa que “una de las empresas con más corrupción en el país es la Comisión Federal de Electricidad”, la cual planea colocar en Tuxtla Guitérrez, Chiapas.
“En el periodo neoliberal, se cerraron de manera deliberada las plantas de la CFE para comprar la energía eléctrica a empresas extranjeras a precios elevadísimos. Todo eso se va a corregir y necesitamos a una gente como Manuel Bartlett”, declaró. “Que los conservadores no sigan saqueando a México” con esos negocios en “contubernio”.
“Se ha destruido la industria eléctrica y petrolera”, aseveró y evocó que hace 20 años el país era autosuficiente en la generación de energía eléctrica, pero ahora “la CFE está comprando el 50 por ciento de la energía eléctrica que consumimos a precios elevadísimos”.
Asimismo, se comprometió a que no subirá la tarifa eléctrica de manera marcada, solo en línea con la inflación. “Vamos a ahorrar, porque si se siguen dando estas concesiones y subsidios jugosos a las empresas, pues entonces va a seguir padeciendo el consumidor pagando cada vez más por la luz”, determinó López Obrador.
El economista Abraham Vergara, de la Universidad Iberoamericana, advirtió que pese a la propuesta de ajustar el gasto público, “no cuadran las cifras” para obtener los recursos necesarios, para, en este caso, rehabilitar las plantas como sugiere el equipo energético de López Obrador y demás proyectos planteados.
Esta “quiebra”, coincidió el politólogo Juan Luis Hernández Avendaño de la Iberoamericana, “es resultado de un modelo neoliberal en el cual no se confía tanto en empresas estatales, sino en las funciones del mercado y que sean privados quienes generen energía eléctrica, lo cual desestima la importancia de las empresas públicas”.
En contraste, la posición de López Obrador es recatar esas empresas productivas del Estado para que generen soberanía energética en la cual México no depende del todo de energía comprada a otros países, explicó Hernández.
“MANOSEADA POR INTERESES”
Actualmente, la Comisión Federal de Electricidad, que cumple ocho décadas, es dirigida por Jaime Francisco Hernández Martínez tras la salida de Enrique Ochoa Reza, quien será Diputado priista plurinominal.
El Consejo de Administración, responsable de definir las políticas, lineamientos y visión estratégica de esta empresa, lo componen el Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell y el Secretario de Hacienda José Antonio González Anaya como propietarios.
Como Consejeros del Gobierno federal están Luis Alberto Amado Castro, ex académico en la UNAM; el Secretario de Economía Ildelfonso Guajardo; y el Secretario de Medio Ambiente Rafael Pacchiano. Como independientes están Rubén Filemón Flores García (CRE); el economista itamita Luis de la Calle Pardo; el ingeriero Octavio Francisco Pastrana Pastrana, también Consejero en el Nuevo Aeropuerto y, para trabajadores, el líder sindical Víctor Fuentes del Villar, señalado de presunto enriquecimiento ilícito.
“La CFE es una empresa corrupta como lo es Pemex y otras estatales que durante décadas han sido manoseadas por intereses partidistas y políticos, en donde cada gobierno coloca a sus cuates”, aseguró el analista político Enrique Toussaint.
“Sirve para condonar grandes sumas de dinero que no llegan a las arcas de la CFE porque hay acuerdos importantes con distintos sectores que puede ir desde los ayuntamientos, gobiernos y empresas. Al final, se recarga en los consumidores cautivos para poder asegurar su operación, pero está en términos reales quebrada con un déficit altísimo y con un pasivo en los 43 mil millones de pesos (morosos que no han pagado)”.
Aunque ha habido un manejo político de la CFE, agregó Toussaint, “eso no justifica que se opte por un perfil ilegitimado y sin credibilidad como lo es Manuel Bartlett. No confío en que vaya a convertirse en una especie de ‘hombre de hierro’ para luchar contra la corrupción al interior. Por el contrario, será un empleado directo del Presidente y hará lo que le diga”.
Si quieren mandar un mensaje anticorrupción, consideró que eso implicaba apostar por un perfil independiente, de carácter técnico y con una visión de la soberanía energética, no solamente “duro”, como lo calificó el politólogo Juan Luis Hernández Avendaña.
El economista Abraham Vergara evaluó que los titulares de la CFE han carecido de una visión de corto plazo y siguen haciendo negocios tradicionales. Además de la corrupción, dijo que el problema de esta empresa es la falta de una renovación del tipo de electricidad.
“No podemos seguir generando electricidad a través de hidroléctricas. Hay otro tipo de energías renovables que son más ambientales y no se ha logrado invertir en ello. Si a eso le sumamos el descuido en las hidroeléctricas, es decir, que se vuelvan viejas y poco funcionales, lleva a la situación en que está la CFE principalmente en el tema de deuda: tiene un boquete de pasivos que será un reto”, afirmó sobre la propuesta de Bartlett de rescatar las plantas hidroeléctricas.
La CFE reportó en sus estados financieros que en el segundo trimestre del año (abril-junio) tuvo pérdidas por 28 mil 458 millones de pesos, en el marco de un ajuste a su metodología de tarifas eléctricas.
“Vemos una toma de decisión de corto plazo en donde hay empresas privadas que se benefician con eso, y la población es lo que lo padece. No es posible que Coca Cola llegue a las regiones más alejadas del país y la CFE no tenga la capacidad de dar luz a las comunidades”, cuestionó el economista de la Iberoamericana, Abraham Vergara.
La implementación de esta medida tarifaria, que se ajustará durante el año, derivó en menores ingresos por venta de energía eléctrica por 7 mil 332 millones de pesos respecto al mismo trimestre del año anterior. Los costos de operación en el segundo trimestre de 2018 tuvieron un incremento de 15 por ciento respecto al mismo periodo de 2017, por las ventas de combustibles a terceros asociados al incremento en ventas.
Al final, la utilidad de operación de la CFE en este periodo, es decir aquella que se obtiene al calcular las ventas menos los costos de operación, fue negativa por 9 mil 535 millones de pesos. La empresa asoció estos números negativos a la depreciación de la moneda y los costos laborales.
“Las empresas productivas del Estado se han vuelto brazos operativos de las administraciones y de los partidos políticos. El gobierno de Enrique Peña Nieto se puso esta máscara de tecnócrata e impulsar a los técnicos en los puestos más importantes para profesionalizar”, afirmó el analista político Enrique Toussaint.
En la primera quincena de julio, la inflación estuvo en 4.85 por ciento, y la electricidad tuvo un aumento quincenal de 0.71 por ciento. Manuel Bartlett, propuesto para subdirector de la CFE en el próximo sexenio, expuso en entrevista con Grupo Fórmula que, por justicia social, desde el primero de julio comenzarán perdonando las deudas de algunos consumidores.
“Esa empresa está moribunda, es una situación muy grave. Se dedica más a comprar energía que a generar; una empresa de clase mundial no puede convertirse en un comprador de electricidad”, aseveró Bartlett en la entrevista radiofónica.
El analista Enrique Toussaint dijo que deberían aclarar cuántos morosos son de carencias de recursos y cuántos de empresas grandes. Cada que el gobierno ha necesitado dinero, evocó, en lugar de promover una reforma fiscal para cobrar impuestos a grandes fortunas, “exprimen” más a Pemex y CFE y los dejan en este déficit “inmanejable”.
“Candidatos técnicos no hemos tenido en México en materia energética y petrolera. Siempre ha habido una visión excesivamente partidista, incluso en el caso de Bartlett, que sobre todo tiene trayectoria política y vínculos de lealtad con Andrés Manuel”, concluyó Toussaint