México

Estudiantes de la UACM acusan a 31 maestros por un desfalco de millones: “cobran y no trabajan”

02/07/2017 - 12:05 am

El modelo de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México se distingue del de otras instituciones educativas por, desde su fundación en 2001, trabajar con normas internas que sean acordes a los objetivos planteados desde un inicio, como la atemporalidad en los estudios y en la toma de decisiones entre directivos, profesores y alumnos.

Pero como lo dice su lema “Nada humano me es ajeno”. Estudiantes han documentado que en los últimos cinco años, 31 profesores han encontrado una puerta para no cumplir con los estatutos y no concluyeron su proceso de año sabático, lo que podría significar un desfalco a la UACM por cerca de 25 millones de pesos.

Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).– Estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), tienen documentación que comprueba que 31 profesores de la institución no entregaron proyecto final como producto del goce de año sabático; esa falta representa un desfalco al presupuesto por 25 millones de pesos y varios órganos de gobierno de la Universidad, que van desde el Rector hasta los coordinadores de los tres colegios están al tanto de esta práctica.

Con base en información obtenida a través del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (InfoDF), se sabe que son 31 profesores que de 2011 a 2016, están bajo esta irregularidad. Al respecto, la Universidad ha contestado a los estudiantes que no puede sancionar por no hay normatividad para hacerlo.

En entrevista con SinEmbargo, Roberto López, estudiante de la UACM, explica que aunque efectivamente no hay normatividad, aplica la Ley Federal del Trabajo, el Contrato Colectivo de Trabajo de los Profesores y la Patronal.

Este último, en la cláusula 78, establece las características del año sabático: “Durante el periodo sabático, el profesor quedará liberado de la obligación de asistir a las instalaciones de la UACM y de cualquier carga de trabajo que no se refiera específicamente al desarrollo del proyecto que presentó como plan de trabajo para el periodo sabático con goce de salario íntegro, prestaciones y generación de antigüedad”.

Sobre la entrega del trabajo final, Roberto expone que los académicos y las autoridades se excusan diciendo que no hay temporalidad como tal señalada; dicen que saben de la entrega de un proyecto, pero que no hay ninguna reglamentación que diga cómo y cuándo.

Sin embargo, cuando el profesor hace la solicitud del proyecto de año sabático, tiene que hacer un cronograma de actividades en el que señalan cómo va a distribuir sus actividades durante un año.

La cláusula 78.7 dice que “el profesor deberá presentar dos informes por escrito de las labores desarrolladas. Uno semestral y uno al finalizar el año sabático. Dichos documentos se integrarán al expediente del trabajador junto con el proyecto”.

“Si bien es cierto que el proyecto en sí no tiene en el Contrato Colectivo de Trabajo un periodo de entrega, lo que sí nos dice es que se tienen que entregar dos informes. Cuando los profesores presentan las solicitudes entregan el proyecto general con el cronograma de tiempos y ahí establecen lo que harán por periodos y se comprometen a entregar su proyecto al final del periodo. Esa solicitud va firmada, tiene vinculación jurídica y establece los tiempos de entrega de los productos y hay una obligación del trabajador de entregarlo al término”, comenta Roberto.

Añade que, independientemente de ese producto, tampoco hay registro de la entrega de dos informes que están normados por las cláusulas contractuales, como en la 83 del Contrato Colectivo, que señala que se deben desempeñar las labores con el cuidado y esmero apropiado para cumplir con las responsabilidades que le corresponden según el Catálogo de Puestos sin menoscabo de sus derechos, y entregar informes y plan de trabajo cuando lo requieran los órganos académicos competentes.

“En otro documento se señala que de no entregarlo significa el incumplimiento del Contrato Colectivo de Trabajo. Estos profesores no han entregado informes”, sostiene.

Hasta la noche del sábado 1 de julio se esperó una respuesta por parte de las autoridades de la UACM, pero no hubo tal.

El año sabático es una prestación laboral que se otorga a profesores de tiempo completo con más de seis años en activo. Durante ese periodo el docente puede gozar de su salario, sus prestaciones y no afecta en su antigüedad. En el caso de profesores este periodo se utiliza para realizar trabajos de investigación, estudios de posgrado, actualizaciones o para la elaboración de materiales didácticos.

“Eso es un acto de omisión y de irresponsabilidad respecto de una cuestión vinculante. Hay casos de profesores del Colegio de Ciencia y Tecnología que desde 2009 tienen “pendiente de entregar informe final”. Y volvemos a lo mismo: si desde 2009 no se ha entregado un informe que debes hacer por normatividad y ya pasaron siete años, incurres en falta de probidad. La Ley Federal de Trabajo contempla una causal de despido”, comentó López.

Alumnos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México acusan a 31 profesores por falta de probidad e incumplimiento de leyes. Foto: María José Martínez, Cuartoscuro

AÑOS SABÁTICOS DE 25 MILLONES

De acuerdo con el análisis hecho por López, las 31 irregularidades representan un costo de 25 millones al presupuesto de la UACM, porque al no entregar los informes y el producto del año sabático no se devenga el salario.

“Una de las cláusulas señala como derechos de los trabajadores recibir el salario y las prestaciones que le corresponden por el desempeño de sus labores. Si no están desempeñando nada, si no entregan ningún producto de ese año, entonces hay acto de defraudación”, dice.

En la Ley de la Universidad, se plantea lo que es considerado como patrimonio, que es el efectivo, valores, créditos y otros bienes muebles, así como los equipos inmuebles con que cuenta en la actualidad, los presupuestos anuales y las aportaciones ordinarias y extraordinarias específicas que le asignan la Federación y el Gobierno de la Ciudad de México.

Al llegar el presupuesto a la UACM, el 94 por ciento se transforma en nómina y al ser parte de una partida presupuestal pública “cobrar y no haber trabajado, es un fraude a la Universidad. Así se constituyen por lo menos tres faltas: una es la no entrega de los informes, la no entrega del producto final y el cobro”, agrega.

Para el estudiante, la ausencia de normatividad creó ya un “modus operandi” de los profesores e incluye a personal administrativo y a los coordinadores de los colegios –del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales, Fernando González Casanova; del Colegio de Ciencias y Humanidades, María Elena Durán Lizárraga, y del Colegio de Ciencia y Tecnología, Igor Peña Ibarra– a los que les corresponde vigilar los años sabáticos.

Roberto explica que los profesores al hacer la solicitud describen cuál será la actividad y los proyectos que desarrollarán, pero han encontrado casos en que los profesores que se van de año sabático y entregan su libro, al momento de publicarlo lo hacen fuera de la UACM, con otra institución, o no ponen los créditos.

“Entonces le pagan todo el año, cobra por ese producto subsidiado y no da ni siquiera los créditos. Los productos o frutos que se le otorguen y los de sus trabajos de investigación, desarrollo y experimentación. Todo lo que produzca la Universidad y produzca su gente a partir de los apoyos que se otorgan son parte del patrimonio de la Universidad”, expone.

Vicente Hugo Aboites Aguilar, Rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Foto: María José Martínez, Cuartoscuro

NINGUNA SANCIÓN

López considera que el hecho de que hasta el momento no se haya iniciado una investigación se debe sí a la falta de normatividad específica, pero también por buscar mantener un estado de confort en el sector académico de la Universidad.

También relata que cuando finalizó la huelga, uno de los compromisos que se adquirió por parte de la Universidad fue la realización de estatutos para normar la condición de cada uno de los sectores.

Durante los dos Consejos Universitarios que han precedido, o que fueron instalados después del periodo de huelga en 2012, no se construyó ninguna propuesta de estatuto y ya pasaron dos legislaturas desde entonces, pero lo que se produce es rechazado por algunos académicos, afirma.

En este caso serían el Rector, Hugo Aboites Aguilar, los coordinadores de los colegios y de las distintas áreas, los que “no están dispuestos a trabajar mucho”, dice.

“Solicité información sobre las facultades de los coordinadores de los colegios y me entregaron un resumen de acuerdo a la Norma 4 de la UACM. Según eso, ellos tienen que estar encargados de vigilar el cumplimiento de las actividades de investigación, informes, etcétera. Pero no lo hacen”, afirma.

Antes de irse, Esther Orozco realizó una auditoría en la que se evaluó cuántos profesores estaban con dobles tiempos. Se tomó una muestra de 57 profesores, de los que 36 tenían dobles tiempos, tanto en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y en otros lados, cuando el Estatuto General Orgánico en la cláusula 108 dice que “los profesores investigadores de tiempo completo no podrán tener un contrato de más de ocho horas a la semana en otra institución. De incurrir en esta falta, se les separará laboralmente de la Universidad, de conformidad con la normatividad aplicable”.

El costo anual de un académico de tiempo completo en la UACM es de 800 mil pesos, incluidos salario y prestaciones; son de los mejores pagados del país. Es un salario que cubre asesorías, clases frente a grupo, investigación y extensión universitaria.

El caso de los 31 profesores, de acuerdo con Roberto, ya está en manos del abogado de la Universidad, del Contralor, del Secretario Técnico, al Consejo Universitario, de la Coordinación Académica y se enviará a Auditoría Superior de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México.

“Al haber una irresponsabilidad y ausencia de los funcionarios, se abren ventanas de oportunidad para no cumplir con lo que tienen que hacer. Pueden ser profesores excelentes en la academia al dar sus cursos, pero son pésimos al cumplir con aspectos básicos como esto, que están normados. Hay universidades privadas en las que no se entrega nada, pero la diferencia es que aquí es presupuesto público y tienes que mostrar los resultados”, plantea López.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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