México, 2 Jul. (Notimex).- Las calificaciones soberanas de México no se ven afectadas por los resultados de la elección presidencial que se realizó este domingo en la cual, según datos oficiales preliminares, lleva la delantera Enrique Peña Nieto, del PRI, señaló Standard & Poor’s (S&P).
Expuso que de acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Federal Electoral, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) alcanza hasta el momento 37.94 por ciento de las preferencias electorales, con más de 93 por ciento de las casillas computadas.
De confirmarse los resultados, “esto regresa la Presidencia del país al PRI que había sido removido de la misma en el año 2000 tras gobernar por 71 años consecutivos”, expuso la calificadora internacional de riesgo crediticio.
Expuso que aunque todavía no se conocen los resultados finales de la composición del Congreso, los resultados preliminares indican que el PRI no ganó por sí mismo la mayoría simple, aunque sí podría haberlo hecho como resultado de su coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Para la calificadora, los resultados preliminares de la composición del Congreso sugieren que el próximo gobierno seguirá con la necesidad de negociar con los otros partidos, como ocurrió en las recientes administraciones.
La negociación entre el gobierno y el Congreso (y con los gobernadores) ha limitado la velocidad de avance de la legislación, incluso en temas que no son controvertidos, y el presidente podría sólo obtener apoyo entre los partidos con el compromiso sobre sus propuestas iniciales.
Refiere que todos los candidatos presidenciales estaban de acuerdo en los principios básicos de la política macroeconómica, respaldada por el marco institucional del país, y en la necesidad de impulsar las perspectivas de crecimiento económico.
Sin embargo, existen desacuerdos entre los partidos e incluso a veces al interior de ellos sobre cómo ocuparse de temas desafiantes en el área fiscal y en el sector de energía, algunos de los cuales requieren enmiendas constitucionales (que sólo se pueden aprobar con la aceptación de las dos terceras partes del Congreso y las legislaturas estatales).
Standard & Poor’s expuso que esto ha limitado y puede seguir limitando la velocidad y contenido de las reformas bajo la nueva administración.
Los intereses políticos y económicos, amplios y profundos, han evitado que gane impulso la aprobación de reformas sobre la baja base tributaria no petrolera del país y su dependencia presupuestarias del petróleo.
Además, sobre el sector petrolero cerrado en su mayoría a la inversión privada y extranjera, y sobre la falta de una mayor competencia en la economía, anota.
La firma argumenta que a pesar de la fuerte unión del PRI alrededor de Peña Nieto, se trata de un partido heterogéneo con sectores en pro y en contra de las reformas.
“Todavía es poco claro durante cuánto tiempo los miembros del PRI se mantendrán alineados con las propuestas de Peña Nieto y cuál será la profundidad de las reformas que este propondrá”, argumenta.
Mencionó que durante la campaña, hubo algunos signos positivos sobre las potenciales iniciativas de políticas de Peña Nieto. Los detalles de las mismas irán surgiendo durante el largo periodo de transición pues –el nuevo gobierno asumirá el 1 de diciembre de 2012.
Sin embargo, subraya, el nuevo Congreso inicia funciones el 1 de septiembre de 2012, por lo que la propuesta y negociación del presupuesto de 2013 constituirá el primer sello de la administración entrante.