CIUDAD VICTORIA, Tamps., (apro).- Los ciudadanos de Tamaulipas acudieron a votar en medio de policías cuidando casillas, convoys de vehículos militares patrullando la ciudad y retenes de soldados vigilando las principales carreteras.
Maestros, estudiantes, jubilados y amas de casas confesaron que la principal consideración que tuvieron al emitir su voto fue la inseguridad.
La violencia que registra Tamaulipas parece endémica, sólo basta recordar que en el pasado proceso electoral fue asesinado Rodolfo Torre Cantú, el candidato del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura.
El candidato asesinado tuvo que ser sustituido unos días antes de que fueran las elecciones por su hermano, Egidio Torre, actual mandatario estatal.
Apenas el viernes pasado un coche bomba explotó frente a la alcaldía de Nuevo Laredo, provocando siete heridos, daños en once vehículos, en la fachada del inmueble y sumergiendo a la población de esa ciudad fronteriza en un clima de zozobra.
Días antes, por segunda ocasión en menos de un mes, aparecían 14 cuerpos descuartizados en el vecino municipio de Ciudad Mante, la región cañera de Tamaulipas dominada por la delincuencia organizada.
La inseguridad “que impide salir a cualquier parte” y la falta de trabajo fueron los dos temas que consideró una ama de casa que votó en la misma casilla adonde acudió el gobernador Egidio Torre Cantú.
“Ya ve cómo está la situación ahorita. Se ven tantas cosas en la actualidad que no se veían antes. Espero que con este voto que hice, que ya se vea algo mejor”, dijo la mujer de 35 años de edad.
Tamaulipas es el único estado de la República que tiene dos exgobernadores, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, acusados en México y Estados Unidos de estar relacionados con los cárteles del narcotráfico.
Amigos cercanos de esos exmandatarios ubican a Yarrington en San Antonio y a Eugenio Hernández en España.
El exmandatario Manuel Cavazos Lerma, quien compite por un escaño en el Senado de la República por el PRI, también es señalado de tener nexos con la delincuencia organizada.
Quizá por esa razón los tamaulipecos votaron por la fórmula del PAN al senado, la cual lleva 10 puntos porcentuales de ventaja sobre la del PRI en el contero del IFE.
“La cuestión de la seguridad fue la primera razón que pensé al emitir mi voto”, dijo un jubilado que votó en la casilla ubicada en la escuela primaria José Vasconcelos.
“Es lo más importante que ocurre en Tamaulipas. Es un estado que tiene frontera con Estados Unidos y eso hace muy difícil la situación”, agregó.
Una estudiante de doctorado contó que antes de emitir su sufragio analizó las propuestas de todos los candidatos.
“Lo que espero de la persona que próximamente no esté representando es nuestra seguridad, que mejore nuestra economía. Principalmente la inseguridad, porque en Tamaulipas está a todo lo que da. Entonces yo busco seguridad primero y después la cuestión económica”, concluyó.
Las principales ciudades del estado, como Matamoros, Tampico, Ciudad Victoria y Laredo, sufren los constantes combates que protagonizan el cártel del Golfo y los Zetas.
Cuando un grupo domina una de esas plazas, el rival se la “calienta”, con atentados con granadas de fragmentación, ejecuciones múltiples de presuntos rivales, que dejan junto con narcomensajes, o enfrentamientos directos.
Un trabajador de la colonia Azteca consideró la “difícil situación” que vive el estado al momento de emitir su voto. “Sobre todo la inseguridad que es lo que más nos urge en este momento en el estado y en el país. Por ahora parece que está calmado, pero de repente suben las cosas. La situación es bastante, bastante difícil”, concluyó el trabajador.
Durante el proceso electoral, la violencia no cesó, y en dos municipios aledaños a la capital registraron hechos relacionados con la delincuencia organizada.
En el municipio de Padilla fue arrojada en la plaza principal el cuerpo descuartizado de una mujer.
Además, en el poblado de Guemez se reportó que hombres armados robaron las urnas para candidatos a la presidencia y al senado