MÉXICO, D.F., 1 de julio (apro).- Al filo de la medianoche, Enrique Peña Nieto apareció en el auditorio Plutarco Elías Calles para afirmar que el próximo gobierno de la República será encabezado por la coalición Compromiso por México y que el PRI encabezará “la segunda alternancia”, después de su derrota en los comicios presidenciales del 2000.
Tras una larga espera, después que el conteo rápido de las 7 mil500 casillas del IFE le dio una ventaja de 6.87 puntos por encima de Andrés Manuel López Obrador, de la coalición de izquierdas, Peña Nieto apareció entre sus seguidores y agradeció la llamada telefónica del presidente Felipe Calderón, quien minutos antes admitió en cadena nacional televisiva la victoria del exgobernador mexiquense.
Peña Nieto convocó a “dejar atrás las diferencias y las tensiones”, se comprometió a encabezar “una presidencia moderna, responsable, abierta a la crítica” y a las “distintas expresiones de la sociedad”.
Sin mencionarlos por su nombre, dirigió un mensaje al movimiento estudiantil #YoSoy132 para ofrecerle reconocimiento a sus “inquietudes” y afirmó que “no habrá regreso al pasado”.
Perfiló algunas de las iniciativas que encabezará su próximo gobierno. Se comprometió a continuar la lucha contra el crimen organizado y a emprender las reformas estructurales pendientes, incluida la reforma energética.
Sólo hubo una breve mención a sus contendientes Josefina Vázquez Mota, del PAN, a López Obrador, del PRD-PT-MC, y a Gabriel Quadri, del Panal.
Interrumpido por aplausos de sus seguidores, Peña Nieto presumió que éstas fueron las elecciones con mayor afluencia de votantes en la historia de México, con 49 millones de personas.