Uno de los aspectos esenciales es la combinación entre ser un juego de plataformas con un juego RPG lo que le da un gran toque a la exploración de las diferentes zonas.
Ciudad de México, 2 de junio (SinEmbargo).- Después del lanzamiento de Paper Mario: The Origami King, una de las franquicias más carismáticas de Nintendo, Paper Mario volvía a ponerse en el radar de mucho jugadores, quienes a lo largo de los años y de la tendencia del Nintendo Switch de realzar títulos de consolas pasadas en una versión para su consola actual, realizaron muchas peticiones para traer uno de los títulos más aclamados y apreciados del Nintendo GameCube: Paper Mario: The Thousand-Year Door, y por fin ha llegado, tras 4 años desde el último juego de la saga.
En Paper Mario: The Thousand-Year Door nos cuentan la historia de una antigua leyenda y un pueblo donde existía un puerta milenaria que esconde varios secretos; todo comienza cuando la princesa Peach recibe un cofre que sólo se abrirá a una persona pura y que revelará un mapa con la ubicación de esta puerta milenaria, acto seguido, nuestro héroe principal, Mario recibe una carta de la princesa invitándolo a esta aventura, citándolo en un pueblo portuario, sin embargo, al llegar descubrimos que la princesa ha desaparecido sin dejar rastro alguno. Por fortuna conoceremos a algunos personajes adicionales dentro del pueblo que nos ayudarán a tomar rumbo para descubrir lo que ha pasado y poder no sólo encontrar a la princesa Peach, sino también descubrir los secretos que oculta el pueblo, así como la puerta milenaria.
En esta ocasión, como ya es costumbre en estos relanzamientos, el juego presenta mejoras, sobre todo a nivel técnico, siendo la misma gran aventura, muy accesible para tanto viejos como nuevos jugadores; a diferencia de su entrega original que estaba limitada por las capacidades tecnológicas de su momento, en esta ocasión tenemos una mayor resolución gracias a las capacidades de la consola, además del mejor desempeño del juego en tiempos de carga y animaciones, tenemos un render mucho más pulido en cada escenario 2D y 3D, a lo que se suma el diseño de los objetos, paisajes y personajes con su ya característico estilo de origami/papiroflexia.
Tal vez el cambio más significativo que tiene el juego -comparado con su versión original- está en el combate, ya que se han tomado ciertos elementos de otros juegos como un botón para hacer guardia al momento de recibir ataques, así como el poder hacer más combinaciones, pero manteniendo el menú de acciones durante el combate, hasta en ciertos momentos poder hacer uso de otros compañeros y realizar ataques adicionales o, lo más importante, poder analizar a los enemigos a los que nos enfrentamos y es que, se vuelve fundamental prestar atención a nuestros rivales ya que dependiendo de los objetos que lleven equipados nos indicarán si es mejor realizar un ataque con un objeto, evitar saltar o al contrario, saltar sobre ellos.
Uno de los aspectos esenciales es la combinación entre ser un juego de plataformas con un juego RPG lo que le da un gran toque a la exploración de las diferentes zonas, pero sobre todo, el toque excepcional que representa tener la capacidad de transformar a nuestro personaje en diferentes formas (gracias a la temática de papel) para avanzar, aunque, en ciertos momentos simplemente nos será imposible progresar por una zona y tendremos que regresar para después poder adentrarnos en esas zonas que antes eran inaccesibles.
Paper Mario: The Thousand-Year Door es tan perfecto como lo conocimos hace 20 años y aún más, es una de las mejores experiencias de la franquicia y sin duda una gran opción para las últimas entregas que pueden llegar al Nintendo Switch.