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Mucormicosis, la infección micótica oportunista que acosa a la India

02/06/2021 - 2:30 pm

La India vive momentos críticos, ya que además de los estragos producidos por la pandemia, se enfrenta a un alto número de casos de mucormicosis, también conocida como “hongo negro”, una infección micótica con una tasa de mortalidad de hasta el 94 por ciento. Un científico explica qué es esta enfermedad y su relación con la COVID en el país asiático.

Por Raúl Rivas González
Catedrático de Microbiología, Universidad de Salamanca

Madrid, 2 de junio (The Conversation).- En medio de la pandemia, la India ha informado que sufre de un número inusualmente alto de casos de mucormicosis, y que más del 80 por ciento de los pacientes necesitan cirugía de inmediato porque la tasa de mortalidad puede alcanzar el 94 por ciento.

¿Pero qué tiene que ver esta enfermedad con la COVID-19? Se trata de una infección micótica oportunista causada por diversas especies de hongos pertenecientes al orden Mucorales y que, en el caso de la India, puede estar asociada a los altos índices de infección por COVID-19 que sufre el país. ¿Por qué? Porque los mucorales se consideran patógenos oportunistas, lo que significa que requieren de un sistema inmunológico suprimido u otra afección subyacente. Tan frecuentes son que podríamos estar hablando de la tercera causa más común de infección fúngica invasiva en pacientes inmunodeprimidos.

Hasta la fecha, las mucormicosis han sido asociadas a una alta morbilidad y mortalidad. De hecho, los mucorales puede causar infecciones letales en una población más amplia y heterogénea que otros hongos oportunistas.

Actualmente se conocen 27 especies diferentes de mucorales, distribuidas en 11 géneros que han sido identificadas como agentes causales de la mucormicosis. La más frecuente es la especie Rhizopus arrhizus, que aparece en el 70 por ciento de todos los casos.

Un hombre reacciona mientras una trabajadora sanitaria con un traje de protección le toma una muestra nasal para una prueba de COVID-19 en Nueva Delhi, India. Foto: Satish Sharma, AP

La mucormicosis no se transmite de persona a persona, y puede ser adquirida por diferentes vías.

La nariz, los senos nasales, los ojos y el cerebro se infectan con mayor frecuencia causando una infección grave denominada mucormicosis rinocerebral, que suele ser mortal.

Cuando se inhalan las esporas pueden invadir los pulmones y causar mucormicosis pulmonar.

El tracto digestivo se infecta al ingerir las esporas, lo que ocasiona la mucormicosis gástrica.

Una cuarta forma de la infección ocurre al entrar las esporas a través de una ruptura en la piel, lo que da lugar a la llamada mucormicosis cutánea.

La quinta forma de la enfermedad recibe el nombre de mucormicosis diseminada, y la sexta variante es una miscelánea de otros tipos que puede causar endocarditis (inflamación del revestimiento interno de las cámaras y válvulas cardíacas) u osteomielitis (infección ósea), entre otras complicaciones.

UNA VIEJA CONOCIDA

La enfermedad fue descrita por primera vez en 1876 en Alemania por Paul Fürbringer tras examinar a una paciente que murió de cáncer. En su pulmón derecho mostraba gran cantidad de hifas de hongos y algunos esporangios.

Poco después, en 1885, Arnold Paltauf publicó el primer caso de mucormicosis diseminada, al que denominó “micosis mucorina”. Con el tiempo, se diagnosticaron más casos, y la incidencia de la enfermedad no ha dejado de crecer desde entonces.

En España, en el año 2005 se contabilizaron 0.43 casos por millón de habitantes y 0.62 casos por cada 100 mil admisiones hospitalarias. En la vecina Francia, la incidencia se duplicó del año 1997 al 2006 y en Bélgica la incidencia se multiplicó por 10 en tan solo una década.

Actualmente se estima que la incidencia de este tipo de infecciones en países con registros validados es de aproximadamente 1 a 1.5 casos por millón de habitantes/año.

El cuerpo de una víctima de COVID-19 es preparado para ser enterrado en un cementerio cristiano en Nueva Delhi, India, el sábado 29 de mayo de 2021. Foto: Ishant Chauhan, AP

En general, la infección causa dolor, fiebre, a veces tos y genera daños tisulares graves con rápida destrucción de los tejidos hasta llegar a originar necrosis severa.

La probabilidad de sufrir mucormicosis aumenta en pacientes diabéticos e inmunocomprometidos. Los hongos mucorales infectan a individuos inmunodeprimidos con factores de riesgo predisponentes, incluidos diabetes no controlada, quimioterapia, enfermedades hematológicas, trasplante de órganos, niveles elevados de hierro en sangre o terapia con corticosteroides, entre otros.

LA PREVALENCIA ES 70 VECES MAYOR EN LA INDIA

Según algunos análisis, la India es el país más afectado por la mucormicosis y contribuye con más del 40 por ciento de todos los casos notificados en el mundo. La prevalencia estimada de la mucormicosis es alrededor de 70 veces mayor en la India que en los datos globales. Los factores de riesgo que predisponen a la mucormicosis en la India pueden incluir condiciones socioeconómicas, malas condiciones higiénicas y la alta prevalencia de diabetes mellitus en la población.

Según los datos disponibles, en la India los pacientes con tuberculosis pospulmonar y enfermedad renal crónica tienen un riesgo adicional de desarrollar mucormicosis. La mayoría de las personas con mucormicosis o sospecha de mucormicosis son tratadas con dosis altas de anfotericina B que es administrada por vía intravenosa. El isavuconazol, por vía oral o por vía intravenosa, es una alternativa y el posaconazol también puede ser efectivo, especialmente como terapia de consolidación.

Aunque Rhizopus arrhizus es el agente etiológico más común de la mucormicosis en la India, están aumentando las infecciones por otros hongos. El amplio espectro de agentes implicados en la mucormicosis enfatiza la necesidad de mejorar las rutinas clínicas y determinar la prevalencia exacta de la enfermedad en diversas poblaciones en riesgo.

No hay que olvidar que el diagnóstico y el tratamiento tempranos de la mucormicosis son esenciales para prevenir la muerte o para evitar una cirugía extensa, que a menudo causa desfiguración facial.

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