Los que caían en manos del comandante Alfonso Zenteno simplemente se sumaban a la lista de víctimas de desaparición forzada, acusaron familiares de sus víctimas en Veracruz. Dicen que sembró cadáveres en Veracruz. Detenía personas y jamás las presentaba ante el Ministerio Público. El comandante policiaco actuaba con impunidad durante el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa. El sábado fue detenido por pederastia y desaparición forzada.
Por Ignacio Carvajal García
Veracruz/Ciudad de México, 2 de mayo (SinEmbargo/Blog Expediente).- Durante años, el nombre de Alfonso Zenteno Pérez generó terror en la zona centro del estado de Veracruz, desde Orizaba hasta Cuitláhuac, con sus comandos de policías y civiles que le acompañaban a detener personas que no eran acusadas de nada y tampoco presentadas ante el Ministerio Público.
Los que caían en manos de ese comandante simplemente se sumaban a la lista de víctimas de desaparición forzada.
Sus huellas están en Orizaba, Córdoba, Atoyac, Cuitláhuac, Omealca y otros municipios donde los casos de personas llevadas por policías en complicidad con civiles se multiplican.
El caso más sonado en donde se implica a Zenteno data del dos de agosto del 2013, en Potrero Nuevo, Atoyac.
Ese día desaparecieron 19 personas. Aunque las versiones dicen que son más de 40 pero que solo 19 colocaron denuncia formal y los demás, ante el temor, se silenciaron.
Ese día un comando de patrullas de la SSP del Mando Único arribó a Potrero Nuevo a realizar un operativo en las inmediaciones del bar La Potra Zaina.
De esa cantina se llevaron a los parroquianos y a la dueña del establecimiento, una mujer de más de 70 años.
Pero el comando siguió levantando gente en las calles del pueblo. En casas vecinas y en otros lugares. Ese día, cuentan algunas madres de estos desaparecidos que ahora están en colectivos de búsqueda, un nombre en particular sonaba entre los perpetradores, Alfonso Zenteno Pérez, comisario y coordinador de la SSP en la región centro para el Mando Único.
Ese nombre salía a relucir en cada una de las investigaciones sobre esa desaparición forzada colectiva de la que no hay antecedentes similares en Veracruz ni en México.
Un caso que sólo puede compararse a los ocurridos en los tiempos de Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz, a los de las dictaduras de Centroamérica en donde los opositores y guerrilleros eran desaparecido sistemáticamente por comandos de la muerte integrados en su mayoría por oficiales, replicada en Veracruz para “limpieza”.
Zenteno Pérez es recordado en Potrero Nuevo abordo de su patrulla, invariablemente con los números oficiales de la unidad tapados con papel, déspota y al mando de una columna de unidades que se desconocía si la manejaban policías o delincuentes.
Hasta el momento se desconocen los alcances de las investigaciones del caso de Potrero Nuevo, las familias presentaron denuncias ante la Fiscalía general del estado y en la Procuraría General de la República. Alrededor del caso se ha dicho que tuvo que ver con acciones para golpear a un cártel de la delincuencia y favorecer a otro , con las autoridades como encargadas de realizar el “barrido” de personas identificadas con facciones delincuenciales, sin embargo, en esa barredora se fueron un sinnúmero de inocentes cuyos padres no se han quedado cruzados de brazos y han luchado contra el sistema mucho antes que se diera el caso de los cinco jóvenes de Playa Vicente desaparecidos en Tierra Blanca, en febrero de 2016.
Después de esa acción en Atoyac, los casos de desaparición forzada y por particulares se incrementaron entre 2013 y 2015 en la zona centro del estado. En Huatusco, Córdoba y Orizaba abundan los señalamientos de familiares contra el Mando Único y el anterior gobierno nunca movió un dedo para investigar. Sobre todo de quienes luchan por lavar el honor de sus familiares inocentes. Se formaron al menos cuatro colectivos en esa región y ahí fue donde arrancó la primera Brigada Nacional de Búsqueda que en 2016 dio con varias fosas y cocinas de humanos que aún no han sido investigadas ante la falta de capacidad del gobierno.
En marzo de 2016, las madres de los colectivos que buscan a sus hijos tomaron la fiscalía general del estado y ahí exigieron a su entonces titular, Luis Ángel Bravo Contreras que se abriera una investigación contra el gobernador Javier Duarte de Ochoa y su secretario de Seguridad Pública por docena de casos de desaparición forzada aplicada como una herramienta de gobierno. En esa petición se pidió también el encarcelamiento de algunos operadores de Bermúdez como Alfonso Zenteno que estaba a cargo del Mando Único y ya era ubicado como un cazador de humanos al mismo nivel de Marcos Conde, preso hoy en el penal de Cosamaloapan.
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Lejos de eso, Zenteno fue premiado con la dirección de la policía municipal de Orizaba, bajo el mando de Juan Manuel Diez Francos, quien lo tuvo que despedir a los nueve meses de su nombramiento después de una serie de escándalos por la muerte de una mujer embarazada y el atentado contra el activista y luchador social Jairo Guarneros Sosa.
Zenteno Pérez es detenido la noche del sábado en una gasolinera de la localidad de El Trópico, en Ángel R. Cabada, los agentes llevaban orden de aprehensión por pederastia y desaparición forzada de cuatro personas en Potrero Nuevo, en ese operativo del dos de agosto de 2013. Sin embargo, al ejecutarle la orden presentó un amparo que le libraba del delito de desaparición forzada.
La fiscalía en estos momentos sólo lo tiene por pederastia contra un menor de edad al que violó después de invitarle unas cervezas y obligarlo a ir a unos cañales en donde le apuntó con una pistola para forzarlo. El “pez gordo” de las desapariciones forzadas en Veracruz está ahora en la cancha de la Fiscalía General y se espera que pronto los colectivos de madres reaccionen ante su detención para exigir todo el peso de la ley y que se le castigue por la ausencia de sus hijos.