XALAPA, Ver. (apro).- Evadiendo las palabras “homicidio”, “asesinato”, “privación de la vida”, la Sexagésima Segunda Legislatura estatal pidió un minuto de silencio por el fallecimiento de la periodista Regina Martínez.
Al inaugurar el cuarto periodo ordinario de sesiones parlamentarías, el presidente de la mesa directiva del Congreso Local, Eduardo Andrade Sánchez, aquel legislador federal que en estado de ebriedad irrumpió en el noticiero de Joaquín López Doriga en el año 2000, se dirigió a los diputados: “pido que permanezcan de pie para guardar un minuto de silencio por el fallecimiento de la periodista Regina Martínez, quien cubría la fuente del Congreso Local”.
Eso fue todo. Sesenta segundos de sepulcral silencio, cabezas agachadas de los diputados locales que la conocieron, indiferencia en los legisladores suplentes que recién tomaron protesta y que jamás fueron entrevistados por ella y rostros tristes, con el coraje a flor de piel de los reporteros que convivieron con ella.
Alli, en el recinto legislativo, a diferencia del entierro, ya no hubo tiempo para los aplausos.
Por separado, en los pasillos del inmueble de la avenida Encanto, el legislador del Movimiento Ciudadano (MC), Armando Méndez de la Luz recordó la labor periodística de la corresponsal de Proceso y su trabajo al frente de la fuente legislativa.
“Se trató de una mujer intachable. Yo tuve el gusto de conocerla desde hace varios años y por eso me uno a la exigencia de pedir justicia por Regina, esperemos que se avance en las investigaciones”.
El diputado local del PAN, Germán Yescas Aguilar señaló que con el asesinato de Regina Martínez en una zona popular de la capital del estado y el retraso para que las autoridades locales se dieran cuenta, es necesario que la Policía Naval se haga cargo de la seguridad en Xalapa como sucede en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Detalló que es evidente el fracaso de la nueva Policía Estatal Conurbación Xalapa, por ello, solicitó al titular de la Secretaria de Seguridad Pública, Arturo Bermudez Zurita pida el apoyo a la Secretaria de Marina y al Ejercito Mexicano para reforzar la seguridad en la ciudad de Xalapa.
Señaló que además del asesinato de Regina, empresarios y ciudadanos de Xalapa se han quejado del incremento de la inseguridad y violencia en la capital del estado.
“Eso es evidente, pero tal pareciera que nuestras autoridades quieren tapar el sol con un dedo”.
Era seria y discreta
En la privada de Rodríguez Clara, dentro del popular barrio del Dique, así describen a Regina Martínez Pérez: “era de las más serias y discreta del barrio”.
Siempre andaba sola, no conflictuaba con vecinos, jamás ponía música en niveles estridentes, salía temprano de su domicilio y regresaba ya tarde, solía sacar la basura personalmente y ni a la tienda iba.
Francisco Hernández, el tendero más cercano a la casa marcada con el número 208, donde la corresponsal de Proceso en Veracruz fue hallada sin vida el pasado sábado 28 de abril señala que desde hace 18 meses “aproximadamente”, Regina Martínez ya no acudía a las tiendas, verdulerías, carnicerías o farmacias de la zona.
Para comprar agua embotellada, cigarros, frutas, legumbres y otros insumos, Regina Martínez les pedía a algunos vecinos el favor. Tenía mandaderos. Los últimos, unos niños de la privada. Anteriormente tenía un señor, que incluso le hacía trabajos de aseo y después una “muchacha chaparrita”, relata Francisco.
Afuera del domicilio donde vivió Regina Martínez durante quince años hay estacionada una camioneta Ram blanca de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz. Dos agentes ministeriales se encargan de sondear y hacer preguntas breves a cuanto reportero hace acto de presencia en el lugar.
“Entiéndanos y no se saquen de onda; estamos en una investigación”, dicen, para proceder a preguntas de rutina. Nada extraordinario.
Pabla Bravo, señora septuagenaria de dicha privada platica: “Era muy seria, casi no salía, tenía muchos años de vivir por aquí; siempre un ¡buenas tardes!, un ¡hasta luego!, puro saludo cordial. Nos encontrábamos a la hora de sacar la basura, siempre la veía sola, siempre vivió sola”.
Los vecinos de la privada de Rodríguez Clara, los de los números 200, hablan con recelo, desde el pasado sábado y hasta el día de hoy (miércoles) no han dejado de desfilar los de la Procuraduría General de Justicia, los de la Agencia Veracruzana de Investigación, a ellos, hay que sumarle los reporteros.
Religiosamente, a las diez de la mañana, Regina Martínez salía a trabajar, los inquilinos la veían perderse al final de la privada, sí iba a reportear al centro llegaba a pie, si iba al Congreso Local lo hacía en taxi.
Los vecinos también cuestionan: “¿Por qué fue?, ¿Quién fue?
En las afueras del domicilio de Regina Martínez hay tres veladoras en el último rincón, casi a ras de suelo, la parafina de los artilugios religioso está a punto de extinguirse.
Este fin de semana, los reporteros del Congreso Local están ultimando detalles para la celebración de los nueve días del homicidio de la periodista, este jueves en el sur del estado.
En Coatzacoalcos, la Asociación de Periodistas de Coatzacoalcos (APEC) anuncia una marcha para protestar por el asesinato de la periodista Regina Martínez y exigir al Gobierno del Estado la verdad y la justicia, la marcha será a las nueve de la mañana.