Es mi labor, y la de todos los escritores, dejar un testimonio de este momento: Valeria Luiselli

02/04/2020 - 1:00 pm

“Que ahorita la comunidad literaria siga a todo vapor, aunque sea desde sus casas y detrás de sus pantallas, es para mí entre conmovedor y esperanzador”, expresó en entrevista con AP la autora mexicana, recientemente ganadora del Premio Rathbones Folio de literatura por su novela Desierto sonoro.

Por Claudia Torrens

Nueva York, 2 de abril (AP).- Encerrada en su casa en el Bronx con su hija y su sobrina debido a la pandemia del coronavirus, la escritora mexicana Valeria Luiselli ha bajado “el volumen y la velocidad” de su vida: está alfabetizando su biblioteca, sembrando legumbres en su terraza y escuchando viejas grabaciones del escritor argentino Julio Cortázar.

Es un ritmo de vida que nada tiene que ver con el remolino de éxito profesional que vive tras recibir prestigiosas becas y numerosos premios, incluido el Rathbones Folio británico, por su más reciente novela Desierto sonoro (en inglés titulada Lost Children Archive).

La escritora de 36 años lo recibió la semana pasada en una ceremonia celebrada por internet debido al coronavirus. Durante una entrevista telefónica con The Associated Press, Luiselli expresó su tristeza por no poder recibirlo en persona, pero también su gratitud al ver que premios así se siguen concediendo.

“Que ahorita la comunidad literaria siga a todo vapor, aunque sea desde sus casas, y desde detrás de sus pantallas, es para mí entre conmovedor y esperanzador”, dijo.

Desierto sonoro, publicado en octubre por Vintage Español, es una mezcla de documental y ficción: por un lado, sigue el viaje ficticio de una familia en automóvil de Nueva York a Arizona. Por el otro, presenta historias de niños inmigrantes a lo largo de la frontera de México y Estados Unidos.

Luiselli, quien creció en países como Corea del Sur, India y Sudáfrica, se maneja a caballo entre el español y el inglés y escribió la novela en este último idioma primero.

La tituló Lost Children Archive, que quiere decir El archivo de los niños perdidos, y el sello Vintage de Penguin Random House la publicó en febrero del 2019.

La inspiración de Luiselli fue la crisis migratoria ocurrida en el 2014 cuando una multitud de niños y jóvenes cruzaron la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo, huyendo de situaciones de pobreza o violencia en Centroamérica.

Luiselli dijo que empezó a fijarse en cómo se explicaba lo que estaba ocurriendo, tanto en los medios de comunicación como en conversaciones entre comensales en restaurantes de Arizona.

“Me empecé a preguntar de qué manera los niños (inmigrantes) de esta generación iban a poder eventualmente contar esa historia, qué iban a poder articular ellos sobre esta realidad, por un lado hiperreal, pero por otro aparentemente inverosímil, sobre miles de niños en un limbo migratorio, llegando solos sin padres, a pedir asilo y que el gobierno los estuviera encerrando en hieleras”, dijo la escritora.

En Nueva York, Luiselli empezó a hacer de voluntaria en las cortes de inmigración, documentando en inglés lo que le contaban los menores para que abogados pudieran ayudarlos.

De esa experiencia nació “Los niños perdidos” (2017), o “Tell Me How It Ends” en inglés, un ensayo político sobre migración. “Desierto Sonoro”, su tercera novela, le siguió.

El libro no sólo fue escogido por el expresidente Barack Obama como uno de sus favoritos del 2019 sino que, entre otros reconocimientos, es finalista al premio del Círculo Nacional de Críticos Literarios de Estados Unidos en la categoría de ficción. (Los galardones se postergaron de marzo a septiembre debido a la crisis sanitaria).

“La historia de mis dientes” (2013) y “Los ingrávidos” (2011) son los trabajos anteriores de Luiselli.

Y escribir es obviamente algo que también intenta hacer en estos días de reclusión, además de leer en voz alta junto a su familia y tomar fotos instantáneas.

“Creo que es mi labor, como la labor de todos los escritores, sean escritores de ciencia ficción, sean periodistas, sean poetas, cada quien a su velocidad y dentro de sus capacidades, ir dejando un testimonio de estos momentos”, señaló. “Vamos a necesitar ese tejido narrativo, como una especie de gran tejido en el cual echarnos una vez que estemos del otro lado de esto”.

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