El Parque Nacional Zoológico La Aurora de Guatemala, uno de los mejores de Latinoamérica, ha sido testigo del nacimiento de nuevos especímenes durante el cierre por la contingencia del COVID-19 en Guatemala. De los 200 empleados del Zoológico únicamente labora el 20 por ciento, están centrados en la atención y cuidado de los animales.
Por Sonia Pérez D.
Ciudad de Guatemala, Guatemala, 2 de abril (AP).- A mediados de marzo el Parque Nacional Zoológico La Aurora de Guatemala se vio obligado a cerrar por el nuevo coronavirus. Pero puertas adentro la vida sigue: avestruces, emús y otros animales han nacido desde entonces y reciben la mejor atención posible en medio de la pandemia.
Dos avestruces que tienen sólo seis días están alojados en el área de pediatría. “Son como niñitos, necesitan bastantes cuidados”, explicó a The Associated Press su cuidador, Allan Choche. Una fuente de calor los mantiene a salvo.
Dos emús y seis pequeños cerdos de una semana de vida son otros de los nuevos habitantes del lugar. Los pequeños cerditos negros corren mientras el padre, un porcino rechoncho blanco con manchas negras los protege y la madre les busca comida. Marzo también le dio la bienvenida a una cebra macho que se unió a los seis integrantes de su familia.
Los aullidos, graznidos y cantar de los animales son más intensos ante la falta de visitantes.
El parque de 14 hectáreas funciona en un terreno público pero es administrado por una fundación privada. Antes de las restricciones aplicadas por el gobierno para evitar la propagación del virus recibía a unos 4 mil visitantes al día y la taquilla constituía el 70 por ciento de sus ingresos, explicó Ana Lucía Vásquez, gerente de mercadeo del Zoológico. Sin embargo, sostuvo que el presupuesto para funcionar está asegurado.
Menos del 20 por ciento de sus 200 empleados está trabajando. Sólo aquellos que pueden movilizarse a pesar del toque de queda y los veterinarios laboran entre 7 y 8 horas al día. La limpieza del lugar se ha pospuesto y los esfuerzos y el personal se han reenfocado en el cuidado, protección y seguridad de los animales, explicó Vásquez.
Además, como medida preventiva, a cada trabajador que ingresa al predio se le mide la temperatura y se le entrega un desinfectante de manos.
Según las autoridades sanitarias en Guatemala hay 38 personas infectadas por COVID-19 y una ha fallecido. En tanto, 10 pacientes ya se han recuperado y fueron dados de alta.
Entre las medidas implementadas por el Gobierno están un toque de queda desde las 4 de la tarde a las 4 de la mañana, el cierre de puertos y aeropuertos, la suspensión del transporte público y la concentración de personas, entre otras.
En el parque también hay otros animales que todavía no han sido vistos por el público. Es el caso de Ónix, un jaguar negro de tres meses que fue donado al Zoológico a principios de marzo, y Fito, la primera jirafa nacida en el zoológico fundado hace 96 años.
Fito, de seis meses, recibe un trato especial porque al nacer prematuro no puede pararse, por lo que por su seguridad debió ser separado de su madre.
“Por ser una jirafa juvenil se la pasa comiendo y durmiendo, tiene su dormitorio resguardado”, explicó el educador Rodolfo González, que cambió su rol y ahora se dedica algunos días a cuidar a Fito. La joven jirafa, que ya mide casi dos metros, tiene una dieta herbívora y toma dos litros de biberón con una fórmula especial.
Según Vásquez, la gente necesita buenas noticias para sobrellevar la crisis sanitaria, por lo que el Zoológico comenzó a hacer transmisiones en vivo en Facebook y Twitter para detallar el día a día del parque, que posee 260 especies y más de 2 mil 500 ejemplares.
El día de Navidad nació un osezno, hijo de una pareja de osos pardos. Su madre aún cuida celosamente de él, por lo que no se conoce su sexo ni ha sido expuesto al público. “Cuando sepamos qué es podríamos ponerle nombre”, propuso Vásquez como otra actividad online para entretener al público.
Según la gerente el zoológico está catalogado como uno de los mejores de Latinoamérica debido a sus protocolos de cuidado de los animales. El parque no tiene ejemplares enjaulados y constantemente mejora sus instalaciones para que vivan en lugares parecidos a sus hábitats naturales.