Trump tiene un largo historial de atacar a sus rivales con la intención de socavar sus fuerzas. Biden ha tachado a Trump de amenazar a la democracia, haciendo referencia a los intentos del expresidente de anular los resultados de las elecciones de 2020.
Por Bill Barrow y Jill Colvin
Greensboro, Carolina del Norte, EU (AP) — El expresidente Donald Trump recrudeció el sábado su retórica sobre la migración y acusó sin fundamento al Presidente Joe Biden de librar una “conspiración para derrocar a Estados Unidos“, durante su acto de campaña con rumbo a las primarias del Supermartes.
Trump tiene un largo historial de atacar a sus rivales con la intención de socavar sus fuerzas. Biden ha tachado a Trump de amenazar a la democracia, haciendo referencia a los intentos del expresidente de anular los resultados de las elecciones de 2020. Esos esfuerzos culminaron en el ataque al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, cuando sus partidarios intentaron detener la pacífica transición de poderes.
Trump, que respondió definiendo a Biden como “la verdadera amenaza a la democracia” y alegó sin pruebas que Biden es responsable de las imputaciones a las que se enfrenta, se refirió a las políticas fronterizas del presidente el sábado, enfatizando que “cada día Joe Biden les da ayuda y refugio a los enemigos extranjeros de Estados Unidos”.
“La conducta de Biden en nuestra frontera es, por definición, una conspiración para derrocar a Estados Unidos”, siguió diciendo en Greensboro, Carolina del Norte. “Biden y sus cómplices quieren colapsar el sistema estadounidense, neutralizar la voluntad de los verdaderos votantes estadounidenses y establecer una nueva base de poder que les entregue el control durante generaciones”.
Desde hace tiempo, personas que alegan que los demócratas promueven la inmigración ilegal para debilitar el poder de los votantes blancos sostienen argumentos similares —como parte de una conspiración racista, antaño confinada a la ultraderecha, que afirma que existe la intención por parte de la clase dirigente liberal de Estados Unidos de disminuir sistemáticamente la influencia de los blancos.
“Nuevamente, Trump se está lanzando en un intento de distraer al pueblo estadounidense del hecho de que acabó con el proyecto de ley de seguridad fronteriza más justo y severo en décadas porque creyó que eso habría favorecido a su campaña. Es triste”, dijo en un comunicado Ammar Moussa, vocero del equipo de campaña de Biden.
El mitin electoral de Trump tuvo lugar tres días antes del Supermartes, que verá elecciones en 16 estados, incluidos Carolina del Norte y Virginia, donde Trump realizó un encuentro la noche del sábado. Las primarias representan el más grande día electoral del año rumbo a las elecciones generales de noviembre, que se perfilan como la probable revancha entre Trump y Biden tras las elecciones de 2020.
Nikki Haley, la última rival de más envergadura de Trump, también realizó su acto electoral en Carolina del Norte. En declaraciones a los periodistas tras su acto en Raleigh, a unos 130 kilómetros (80 millas) de distancia, la exembajadora ante la ONU se reservó sus planes para después del Supermartes.
“Vamos a seguir adelante y vamos a seguir presionando”, dijo Haley, argumentando que la mayoría de los estadounidenses no quiere ni a Biden ni a Trump como líder de la nación.
Gran parte del discurso de Trump en Carolina del Norte se centró en la enorme cantidad de acusaciones penales que enfrenta. Aunque el expresidente ha logrado transformar sus líos legales en un poderoso grito de campaña en las elecciones primarias, no está claro cómo resonará su mensaje de agravio entre los votantes más moderados, que serán los que probablemente decidan la elección.
“Hoy estoy ante ustedes no sólo como su anterior y, ojalá, futuro presidente, sino como un orgulloso disidente político y un enemigo público de un régimen canalla”, afirmó Trump, criticando lo que llamó una “máquina antidemócrata”.
Al centrarse en la elección general, Trump ha presentado una visión apocalíptica del país con el gobierno de Biden, particularmente en el tema migratorio, que fue el asunto que animó su campaña en 2016 y el cual ha vuelto a aprovechar en un tiempo en que Estados Unidos experimenta una afluencia récord de migrantes en la frontera.
Trump y Biden visitaron el jueves la frontera entre Estados Unidos y México para destacar sus enfoques contrastantes sobre la materia.
El sábado, Trump invocó imágenes de Biden transformando “escuelas públicas en campamentos de migrantes” y a “Estados Unidos en un vertedero asolado por el crimen y la enfermedad”. También habló extensamente sobre el asesinato de Laken Riley, una estudiante de enfermería de 22 años, cuyo presunto asesino es un venezolano que entró sin autorización a Estados Unidos y se le permitió quedarse para seguir su solicitud de inmigración.
Los estudios han revelado que los residentes nacidos en Estados Unidos tienen más probabilidades de haber sido arrestados por delitos violentos que las personas que se encuentran en el país sin autorización legal, pero Trump ha aprovechado varios incidentes de alto perfil, incluido un video reciente de un grupo de inmigrantes peleando con policías en Times Square.
“Ni una vida estadounidense inocente más debería perderse a causa de la delincuencia migratoria”, dijo Trump.
Más allá de su importancia para el Supermartes, Carolina del Norte y Virginia son estados en que el equipo de campaña de Trump se centra para la elección de noviembre.
Trump ganó dos veces en Carolina del Norte, pero su margen de victoria se redujo. El equipo de campaña de Biden ya tiene personal en el estado con la esperanza de cambiar ahí la orientación del voto por primera vez desde 2008.
Por su parte, Virginia fue alguna vez un estado indeciso, pero por años ha mostrado una tendencia a votar por los demócratas y Trump perdió ahí dos veces. Sin embargo, un asesor de campaña de alto nivel de Trump dijo el sábado a los reporteros que cree que “podemos hacer que Virginia sea competitiva”.
En Carolina del Norte, una atmósfera festiva rodeaba el Greensboro Coliseum Complex antes del mitin de Trump. Sus partidarios formaron una fila que serpenteaba a través de una red de barricadas metálicas y se extendía a decenas de metros del lugar.
Vehículos con placas de matrícula de Carolina del Norte, Virginia y Tennessee llenaron el estacionamiento, donde banderolas de Trump ondeaban al lado de banderas de Estados Unidos de la Confederación en muchos vehículos.
En Richmond, los partidarios del expresidente comenzaron a formar filas desde la mañana del sábado para el evento vespertino en un centro de convenciones del centro de la ciudad. A mitad de la tarde, las filas se extendían por varias calles.
Ken Ballos, policía jubilado del cercano condado Hanover y quien afirmó haber votado por Trump en 2016 y 2020, dijo que estaba ansioso ante la posibilidad de una revancha entre Trump y Biden.
“Trump se lo comerá vivo”, señaló Ballos.