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ENTREVISTA ¬ La ciencia ficción hace grande un problema para visibilizarlo: Porcayo

02/02/2024 - 12:00 am

Gerardo Horacio Porcayo está de vuelta con su novela Perturbar la piel, ​​​​"donde el planeta ha sido gravemente atacado y gran parte de la población mundial se ha reducido sobremanera, los territorios históricamente marginados ahora son una especie de arca de Noé y los clones siguen siendo indispensables no sólo para la nanotecnología”. Sobre esta historia habló con SinEmbargo.

Ciudad de México, 2 de febrero (SinEmbargo).– “La ciencia ficción siempre hace más grande un problema para que sea más visible, para que sea más palpable y ese es el objetivo de esta novela”, expresó en entrevista el escritor Gerardo Horacio Porcayo sobre su novela Perturbar la piel (Fondo de Cultura Económica), la secuela de Volver a la piel, una historia que sigue los pasos de las múltiples reencarnaciones de Morair Saer en medio de una hecatombe mundial.

En esta entrega se da continuidad a este relato en donde el planeta ha sido gravemente atacado y gran parte de la población mundial se ha reducido, un planeta en donde los territorios históricamente marginados ahora son una especie de arca de Noé y los clones siguen siendo indispensables no sólo para la nanotecnología, sino también para la economía global.

Mientras que en la primera parte se conoció una versión de Saer que trataba de unir las piezas de su memoria, en esta oportunidad la historia se centra en Lexy, una clon de este magnate que es biológicamente mujer y será a quien le toque vivir en cuerpo y alma varios aspectos que resulten gratos, tristes, lamentables y hasta perturbantes.

“La novela anterior pretende ser corta, el plan era quedarme ahí, pero bueno, la recepción fue muy buena y mientras le escribía, pues siguió creciendo la idea. Evidentemente la noción de este hombre (Morair Saer), enamorado del poder y de controlar a sus clones, a sus a sus versiones, siguió gestándose y entonces la idea era contar cómo está el mundo sobre todo porque ya se advertía en la primera parte que estaba enfrentando un proceso de cambio climático donde estaban inundándose muchos territorios, y esto venía este aderezado por un asteroide que se había roto en órbita”, comentó en entrevista Porcayo.

La idea de esta novela, compartió, es que haya un desengaño por parte de uno de los personajes sobre cómo va el mundo y hasta qué punto está desvencijado, lo cual da pauta a una exploración al viejo continente en especial hacia África porque, señala el autor, de acuerdo a muchas de las proyecciones sobre el cambio climático gran parte de Europa va a quedar inundado, gran parte de los territorios del Hemisferio norte.

“Toda la ciencia ficción, te lleva siempre a abrirte preguntas a ver cómo están las cosas, y para un lector de ciencia ficción siempre estas preguntas quedan abiertas, y cuando no las acaba de completar un autor de pronto sientes precisamente como que te dejó a medias. Este era un poquito el caso de esta primera novela”, expresó.

Y puntualizó con respecto a la trama:

“La idea es que al final de cuentas hay una resistencia de parte de este colectivo (de versiones) que los lleva a que en esta encarnación con Lexy haya más supervivencia de memorias, pero es parte de esta resistencia frente a una toma de poder absoluta de parte del original Alejo, de Morair Saer, como se le conoce. En la resistencia no hay prácticamente ningún poder que se ejerza que no genere resistencia, aquí aunque hay esta familiaridad en todas las familias también se ejerce una resistencia”.

Gerardo Horacio Porcayo indicó que la novela ahonda también en la búsqueda por la libertad dentro de una noción de permanencia, de vencer a la muerte. “Este juego también con el capricho que es algo que que a mí me interesaba tocar, esta omnipotencia que te lleva a cumplir que cada capricho a tener tu arca de ADN que te permite generar clones según tu gusto solo por tu gusto, hasta dónde puede llegar el límite. La idea era explorar todos estos territorios y a partir del someter al personaje precisamente a un cambio drástico que no esperaba”.

El autor planteó que buscaba mostrar un mundo no tan remoto al actual para explorar un escenario en el que se materializa un cataclismo que orilla a emigrar a los humanos sobrevivientes. “Hay a la fecha muchísima inmigración del continente africano al continente europeo, y en el caso de la inundación empezaría a darse el regreso y evidentemente desplazarse o dejarse en el abandono a todos estos habitantes originarios de África. Sí era un poquito llevar al extremo para hacer reflexionar al lector para enfrentarlo a este tipo de panoramas”.

La historia de igual forma ahonda en el problema del alma como software, un planteamiento hecho por uno de los cyberpunk clásicos, Rudy Rucker, en su novela Software, en donde recordó se toca la reproductividad de ese software. “¿Existe el alma? ¿Sólo existe un alma? ¿Se fragmenta? ¿Qué pasa? Es ese juego porque no puede ir más allá de un juego y esta noción de singularidad que le da a cada uno de los personajes que sigue existiendo, cada uno de ellos tiene este sentido de preservación que lo hace ser único y con memorias ligeramente distintas, que lo hace ser individuo”.

“Esta pregunta de al reproducir o variar mínimamente el software, ¿estamos fragmentando una sola alma o estamos generando un alma que compartimos todos?. Son esas preguntas teológicas que para todo el que haya estado cerca de la religión quedan ahí, el alma como en muchas historias de terror termina siendo lo menos práctico hasta que lo vemos enfrentado a este tipo de decisiones. Eso como una posibilidad, pero también con esta noción de la identidad. Somos seres que se aferran a una identidad y no importa cuántos cambios sucedan en nuestra vida en nuestro organismo, nos aferramos a la identidad”, señaló.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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