Guillermo Rivera Santos, militante del partido Morena de Nogales, Sonora, fue nombrado cónsul titular en Tucson el 20 de septiembre. Asumió el cargo el 15 de noviembre pasado. Cuatro días después, el 19 de noviembre, presidió dos reuniones de militantes de su partido en la sede del consulado aún y cuando la ley lo prohibe. A mediados de diciembre fue objeto de otra grave denuncia por parte de una subordinada. Su asistente personal lo acusó de acoso laboral y de comportamiento inadecuado. La SRE lo destituyó del cargo el viernes pasado.
Washington, D.C., 2 de febrero (SinEmbargo).– Guillermo Rivera Santos, el Cónsul de México en Tucson, fue destituido de su cargo el viernes pasado. En el corto plazo que duró su atropellada misión, Rivera se caracterizó por su ineptitud y falta de ética e integridad para ocupar la titularidad en la importante circunscripción consular.
Cerca de la medianoche del viernes 31 de enero, el Director General del Servicio Exterior y de Recursos Humanos Moisés Pobblano, comunicó a Rivera vía oficio que, a partir del 1 de febrero de 2020, “causará baja por término de comisión en el nombramiento de Ministro, Titular del Consulado de México en Tucson, Arizona”. Le pidió a Rivera presentar su Declaración de Situación Patrimonial por Conclusión de Encargo dentro de los 60 días siguientes a la conclusión.
A cargo del Consulado quedó el cónsul adscrito, Enrique Gómez, miembro del Servicio Exterior Mexicano (SEM).
El principio del fin de la escandalosa gestión de Rivera se dio el 17 de enero. Ese día, por “instrucciones superiores”, Pobblano le pidió trasladarse a la Ciudad de México, “a la brevedad posible, a fin de sostener consultas”.
El portavoz de la SRE dijo que la dependencia se pronunciará sobre la destitución de Rivera el próximo martes, luego de que concluya el puente.
Rivera fue convocado para testificar ante el Comité de Ética y Prevención de Conflictos de la SRE que en diciembre pasado abrió investigación en su contra. El Comité interrogó a siete empleados del Consulado, incluido al hoy Cónsul encargado. En reunión el jueves pasado abordó el caso de Rivera y de Roberto Valdovinos, director general del Instituto de los Mexicanos en el exterior, que también está siendo investigado por hostigamiento sexual.
Algunos describieron un clima de trabajo tóxico y dieron ejemplos sobre cómo la falta de preparación de Rivera perjudicaba las relaciones consulares con interlocutores estadounidenses. Uno de los entrevistados vía telefónica o Skype, fue María Carmen Barraza, su ex asistente que lo denunció ante la SRE tras haber sido víctima de acoso laboral y sexual por parte de Rivera.
El Comité de Ética está facultado para emitir una recomendación al Canciller respecto a cómo proceder con el sujeto investigado conforme a la gravedad de la violación ética que encuentre en la indagatoria: amonestación privada o pública, sanción económica, suspensión o destitución. El despido de Rivera constata que las pruebas obtenidas por el Comité son lo suficientemente graves para justificar la sanción máxima.
El Comité, del que poco se sabe, está conformado por funcionarios de la Cancillería y personal del SEM, entre quienes destacan dos miembros de este último: la Embajadora Reyna Torres Mendivil, Cónsul General en Chicago y Abigail Calleja, Primera Secretaria adscrita a la Oficina del Canciller. Pobblano también es miembro.
AUTOPSIA DE UNA DESTITUCIÓN
Guillermo Rivera Santos, militante del partido Morena de Nogales, Sonora, fue nombrado cónsul titular en Tucson el 20 de septiembre (SRE Comunicado 327). Asumió el cargo el 15 de noviembre pasado. Cuatro días después, el 19 de noviembre, presidió dos reuniones de militantes de Morena en la sede del consulado en 3915 E. Broadway y Boulevard.
La Ley del Servicio Exterior Mexicano prohíbe estrictamente el partidismo en las representaciones diplomáticas.
El 16 de noviembre, denuncié la violación del Cónsul por haber presidido el evento de Morena y comenté que sería un retroceso imperdonable que el Consulado en Tucson, una plaza estratégica para los connacionales, dejara de funcionar con máxima eficacia por falta de liderazgo. El Consulado maneja el Centro de Información y Asistencia a Mexicanos (CIAM), un programa de 60 empleados locales que responden a llamadas de mexicanos en apuros 24 horas (SinEmbargo 11/26/22019).
Indignado, Rivera desmintió la columna en una carta dirigida a Alejandro Páez Varela, director de SinEmbargo. No conforme, convocó a una reunión fuera del Consulado para intentar orquestar una campaña de desprestigio en contra de la autora en represalia a la publicación de la columna “Más Morenista que Cónsul” el 26 de noviembre en SinEmbargo (SinEmbargo 12/03/2019).
Denuncié a Rivera ante el Canciller Marcelo Ebrard. Y pedí protección a Artículo 19. La organización defensora de la libertad de expresión que preside Ana Cristina Ruelas, solicitó a la SRE llevar a cabo un proceso disciplinario contra Rivera Santos. La SRE informó sobre el inicio de una investigación para determinar si las presuntas acciones de Rivera “constituyen una conducta susceptible de ser sancionada (Comunicado No. 429, 03/12/2019).
A mediados de diciembre, Rivera Santos fue objeto de otra grave denuncia por parte de una subordinada. María Carmen Barraza, su asistente personal, lo acusó de acoso laboral y de comportamiento inadecuado como no quitarle la mirada sobre los senos, pedirle que le cosiera un botón en la bragueta del pantalón que vestía, someterla a un incomodo interrogatorio sobre su vida personal y vigilarla por las cámaras de seguridad del Consulado (El Cónsul de la “mirada lasciva”, SinEmbargo 01/28(2020).
En la queja, cuyo texto publicamos, Barraza describe la primera entrevista en el despacho del Cónsul, tres días después de que tomara el cargo: “El Sr. Rivera me preguntó que qué estaba yo dispuesta a hacer para ganarme su confianza para ser incondicional de él, mientras me miraba de arriba a abajo y de manera particular al busto, (algo que se ha repetido en múltiples ocasiones) me pareció sumamente incómodo y desagradable… Le expliqué que tengo dos hijos pequeños que dependen de mí, por lo que me es importante trabajar arduamente para su manutención. Me cuestionó si tenía o no pareja que me ayudara con los niños, lo cual me pareció invasivo. No obstante, le hice saber que vivo sola con mis dos hijos”.
La denuncia de agresión de Barraza, que no fue atendida hasta semanas recientes, dejó a la madre soltera de dos hijos menores de edad, el más pequeño de cinco años con discapacidad, en completo estado de indefensión. Barraza renunció hace dos semanas temiendo por su seguridad.
No fue posible contactar a Rivera. El sábado, su cuenta de Twitter (@RiveraSantosG) todavía lo describía como Cónsul en Tucson, pero esta mañana cambió el perfil. “Cristo es mi abogado y Jehova mi juez mi legislador”, dice bajo su nombre, acompañado de imágenes de tres cruces negras con un atardecer como fondo.
Twitter: @DoliaEstevez