Croacia — finalista en 2018 y semifinalista en 1998 — aspira a otra prolífica andadura en la Copa del Mundo. Su rival de turno en octavos será Japón el próximo martes.
Por Steve Douglas
RAYÁN, Qatar (AP) — Bélgica tuvo la victoria y el pase a octavos de final del Mundial al alcance de la mano el jueves. Todo lo que necesitaba era que Romelu Lukaku anotase cuando recibió el balón ante la portería croata en los últimos segundos.
Pero falló.
Bélgica y su envejecida “generación dorada” dijeron adiós al Mundial tras empatar sin goles con Croacia, que avanzó como segunda del Grupo F por detrás de Marruecos.
Minutos después, el técnico Roberto Martínez anunció que no seguirá al mando de Bélgica, poniendo fin a un ciclo de más de seis años — una decisión que habóa tomado desde antes del inicio del Mundial.
Su despedida pudo haberse retrasado unos días más.
Croacia — finalista en 2018 y semifinalista en 1998 — aspira a otra prolífica andadura en la Copa del Mundo. Su rival de turno en octavos será Japón el próximo martes.
En cambio, Bélgica se enfrenta a la ruptura de su talentoso equipo, que no ha podido consolidar su estatus como segunda mejor selección del mundo según la FIFA, y una de las favoritas al título.
Recién recuperado de una lesión, Lukaku ingresó en el segundo tiempo y acabó dándole un puñetazo a un lateral del banquillo al salir del terreno de juego tras desperdició múltiples ocasiones. La más clara fue desde cerca, a un pase de Thorgan Hazard.
La pelota impactó en la cintura de Lukaku y, en vez de rodar hacia el fondo, y quedó a la deriva para que el arquero croata Dominik Livakovic la recuperara.
El atacante también estrelló un balón en el palo con el arco a disposición y en otra jugada cabeceó la pelota por encima del travesaño tras un centro de Kevin De Bruyne.
Finalizado el partido, Lukaku desató su furia con la caseta. También se le vio sollozando al recibir el consuelo de Thierry Henry, auxiliar técnico del equipo belga.
“Pudimos haber ganado por tres goles y estuviéramos con una sensación completamente distinta”, dijo Martínez.
“Creo que (Lukaku) se desplazó muy bien, se posicionó en buenas situaciones y lo único lo que le faltó fue la definición. Fue lo que marcó la diferencia entre darle al poster y ponerle adentro”, añadió.
La llamada “Generación Dorada” de Bélgica — con seis jugadores que han superado 100 presentaciones con la selección — podría despedirse con el tercer lugar en 2018 como su momento cumbre.
El equipo, que se ha enfrentado a rumores sobre disputas internas durante el torneo, anotó apenas un gol en tres partidos — debutó con un triunfo 1-0 ante Canadá y luego cayó 2-0 ante Marruecos. Reservó su mejor actuación para su último partido.
Pero fue demasiado tarde.
Con el incombustible Luka Modric en su mediocampo, los croatas intentarán ir lejos. Han alcanzado al menos las semifinales en cada una de las dos ocasiones que avanzaron a la fase de eliminación directa.
“Este es un equipo que combina experiencia y juventud”, destacó el timonel croata Zlatko Dalić.
También se refirió al desenlace de los belgas. “Las suerte estuvo de nuestro lado porque ellos no aprovecharon sus ocasiones”.
De Bruyne y Lukaku seguramente volverán para la Eurocopa de 2024 y de repente para el Mundial de 2026. Pero los Jan Vertonghen, Toby Alderweireld, Axel Witsel y Dries Mertens pudieron haber disputado su último grand torneo.
Lo mismo lo espera a Eden Hazard, relegado a la banca contra Croacia y que — a los 31 años — es la sombra del jugador fuera de serie que llegó a ser antes de sufrir un calvario de lesiones desde 2019.
Martínez, quien probablemente retome su carrera como técnico a nivel de clubes, lamentó más la derrota ante Marruecos que el empate con Croacia.
“Hoy volvimos a ser lo que somos”, dijo.