La cercanía a este tipo de excavaciones conlleva muchos peligros para la salud, sobre todo para los niños, desde asma hasta trastornos neurológicos y de desarrollo. Y mientras que otros estados exigen a las empresas energéticas que abran pozos alejados de jardines de infantes, escuelas y viviendas, en Texas ocurre lo contrario.
Por Cathy Bussewitz y Martha Irvine
ARLINGTON, Texas, EE.UU., 1 de diciembre (AP).— En una placita junto a un jardín de infantes en el norte de Texas, los niños juegan en una casa de muñecas. Algunos andan en triciclos. Un pequeño llora mientras una maestra trata de resolver una pelea por un juguete.
Cerca de allí, detrás de unos árboles, la empresa Total Energies busca gas natural.
La firma francesa quiere iniciar excavaciones en otros tres sitios pegados al jardín de infantes Mother’s Heart Learning Center, que recibe niños mayormente hispanos y afrodescendientes. Los tres pozos, más los dos ya existentes, estarían a unos 200 metros [600 pies] del terreno donde los niños plantaron unos girasoles.
La presencia de esos pozos alarma a la comunidad. La cercanía a este tipo de excavaciones conlleva muchos peligros para la salud, sobre todo para los niños, desde asma hasta trastornos neurológicos y de desarrollo. Y mientras que otros estados exigen a las empresas energéticas que abran pozos alejados de jardines de infantes, escuelas y viviendas, en Texas ocurre lo contrario: Resulta muy difícil combatir una excavación.
No sólo hay jardines de infantes y escuelas cerca de estos pozos. También hay infraestructura, como estaciones compresoras, que envían el gas a los gasoductos y emiten humos tóxicos, e instalaciones para la exportación, en las que el gas es enfriado antes de ser despachado al exterior.
El concejo municipal debía votar el martes por la noche en torno al nuevo pedido de permisos para excavar en esta localidad ubicada entre Dallas y Fort Worth. El año pasado el concejo rechazó un pedido de Total, que llegó en momentos en que arreciaban las protestas por la muerte de George Floyd a manos de un policía. Pero ahora que ha pasado el furor en torno a las desigualdades raciales y que hubo algunos cambios en el concejo, muchos residentes temen que esta vez el pedido sea aprobado.
Y les asustan las posibles consecuencias.
“Trato de proteger a mi pequeño”, expresó Guerda Philemond, cuya hija de dos años Olivia Grade Charles va al jardín de infantes. “Hay mucha tierra, mucho espacio vacío en el que podrían excavar. No tienen por qué hacerlo pegado a un jardín de infantes”.
Total declinó responder a preguntas sobre el tema. Pero emitió un comunicado en el que dijo que realiza operaciones cerca de Mother’s Heart desde hace más de una década sin que la ciudad de Arlington haya expresado inquietud alguna.
“Comprendemos las inquietudes de las comunidades con las que estamos en contacto frecuente para operar en armonía con ellas y con las autoridades locales”, agregó.
Las tensiones recrudecen en momentos en que los gobernantes mundiales se comprometieron a reducir las emisiones de gases tóxicos, la quema de combustibles fósiles y a impulsar energías limpias. La dependencia del mundo del gas natural, sin embargo, no sólo no disminuye, sino que va en aumento. El año que viene Estados Unidos podría pasar a ser el principal exportador de gas natural líquido, según Rystad Energy.
Como consecuencia de ello, y a pesar de las presiones para que las empresas energéticas inviertan más en tecnologías limpias, habrá más excavaciones en busca de gas natural en Arlington y en otras comunidades. Y los niños que están en lo que los opositores a estas operaciones describen como “zonas de sacrificio”, enfrentarán más riesgos de tener trastornos neurológicos, problemas de aprendizaje y de exponerse a cancerígenos. Un informe de Physicians for Social Responsibility and Concerned Health Professionals de New York (Médicos a favor de la Responsabilidad Social y Profesionales de la Salud Preocupados), que estudiaron decenas de informes científicos, determinó que los riesgos que estos sitios representan para la salud pública incluyen el cáncer, asma, problemas respiratorios, erupciones, trastornos cardíacos y de salud mental.
Las familias que no son blancas parecen más vulnerables. Muchos de los pozos que Total ha excavado en Arlington se encuentran cerca de comunidades hispanas, afroestadounidenses o de bajos recursos, a menudo a pocas cuadras de distancia. Un análisis estadístico que hizo la AP de los pozos que Total opera en Arlington indicó que su densidad es mayor en barrios de minorías.
Ante una pregunta al respecto, Total no respondió directamente, limitándose a decir que “las decisiones sobre las excavaciones futuras son tomadas con base en datos geológicos”.
“Estados Unidos está segregado, y también la contaminación”, sostuvo Robert Bullard, director del Centro Bullard para la Justicia Ambiental y Climatológica de la Universidad del Sur de Texas (Bullard Center for Environmental and Climate Justice de la Texas Southern University). “Las industrias sucias, y lo que los planificadores describen como un uso de la tierra indeseado, a menudo toman el camino con menos resistencia. Históricamente operan en las comunidades pobres y de minorías”.
La propietaria del jardín de infantes de Arlington, Wanda Vincent, ha estado alertando a los padres acerca de los riesgos y recabando firmas para pedir al concejo municipal que rechace el permiso de Total.
Wanda abrió el jardín hace casi dos décadas, antes de que se acelerase la producción de gas natural en Estados Unidos.
Hacia el 2005, las empresas energéticas descubrieron la técnica de fracking, o fracturación hidráulica, con perforaciones horizontales, altamente efectiva pero que contamina el aire y el agua, y aumenta los peligros para la población y el medio ambiente.
Vincent teme que el equilibrio de fuerzas haya cambiado en Arlington en el último año y que esta vez el concejo municipal apruebe el permiso a Total.
“El mundo estaba lidiando con lo que pasó con George Floyd”, la persona afroamericana que murió a manos de un policía blanco que lo asfixió apoyando su rodilla en su cuello el año pasado. “La sesión fue muy emotiva. La gente decía que quería hacer algo [para combatir el racismo]. Me sentí alentada. Pero la verdad es que no ha cambiado nada”.
Algunos estados decidieron que las operaciones de fracking deben hacerse a cierta distancia de las zonas residenciales. En Colorado, por ejemplo, debe haber una distancia de al menos dos mil pies [666 metros], en tanto que en California se propuso que esa distancia sea de tres mil 200 pies [975 metros]. Los Ángeles avanza hacia la prohibición de las excavaciones en centros urbanos. En Vermont y Nueva York se prohibió el fracking hace años.
En Arlington se puede excavar a solo 600 pies de distancia. Pero las empresas pueden solicitar permisos para hacerlo a 300 pies [una cuadra aproximadamente].
El fracking está prohibido en Francia, aunque esa es una medida mayormente simbólica, ya que no hay reservas importantes de petróleo o gas. Pero Total, una de las firmas de gas natural más grande del mundo, opera en 27 países.
“No debería prohibirse la producción a menos que se prohíba también el consumo” de gas natural, afirmó Ranjana Bhandari, directora de Liveable Arlington, que lidera la oposición a este proyecto. “Transforma a sitios como Arlington en colonias de extracción de países como Francia y traslada aquí el costo ambiental y también humano”.
“Si pudiese hablar con los franceses”, acotó Philemond, la mujer cuya hija va al jardín de infantes, “les preguntaría si permitirían que alguien abriese un pozo de gas natural en el patio de su casa, donde están sus esposas y sus hijos. La respuesta sería un ‘no’ rotundo”.