El expresidente pidió que el siguiente mandatario o mandataria no “divida nuestras sociedades” y que proponga reformas que tanto México como Latinoamérica “necesiten”.
Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).- El expresidente mexicano Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) lanzó indirectas contra el actual Andrés Manuel López Obrador con respecto a lo que busca que el o la siguiente mandataria debe de tener cuando sea electo en 2024.
Durante el Foro “Disparidad: Origen y Consecuencias de la Trampa del Pre-desarrollo Latinoamericano” —organizado por el Instituto Pearson de la Universidad de Chicago—, el expresidente priista señaló, en compañía de la periodista Viridiana Ríos, que el o la siguiente persona que ocupe el cargo de Presidencia de la República en México debe de ser alguien que no “explote” las necesidades de la población a través de discursos demagógicos en los cuales se prometan cosas “que no serán entregadas efectivamente”.
“Que tampoco divida nuestras sociedades, proponiendo las reformas que nuestro país y los países necesiten en Latinoamérica”, explicó.
Ernesto Zedillo se cree con la autoridad moral de lanzarle indirectas a AMLO y de criticarlo. Ese ex presidente de:
– El FOBAPROA
– El error de Diciembre
– El que en 1995 ordenó a policías de Guerrero asesinar a campesinos en Atoyac.
– El que en 1997 ordenó masacrar a tzotziles… pic.twitter.com/Yo6TMhMlPQ— Dany Santoyo (@danysantoyo_) November 1, 2023
Asimismo, señaló que el siguiente Presidente o Presidenta debe de asumir “toda la responsabilidad” de sus acciones en el cargo. “Es muy fácil culpar siempre a los otros, a los extranjeros”, añadió.
Finalmente, apuntó que, el próximo mandatario sea electo y gobierne sin mentir a la población.
ZEDILLO EMITE CRÍTICAS CONTRA AMLO
Esta no es la primera vez que el exmandatario se refiere, de forma directa o indirecta, contra Andrés Manuel López Obrador pues el año pasado, Zedillo —y en compañía de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012)—, auguraron un “panorama sombrío” con respecto al futuro de la democracia latinoamericana.
“La democracia en México está a punto de desaparecer”, afirmó Calderón durante el Foro “20 años de FIL: Democracia y Libertad”, celebrado en Madrid, España. El exdirigente panista fue quien en las elecciones de 2006 se enfrentó, justamente, a López Obrador y ganó la Presidencia con unas cifras que, para algunos, fueron cuestionables. Para el expresidente, el político tabasqueño fue incapaz de aceptar la derrota, “salvo que él ganó”, dijo. También acusó que amenaza y chantajea para someter a los otros poderes, además de usar los programas sociales para mantener la aprobación de la gente, aunque atenta contra la libertad de expresión y deslegitima a sus opositores.
Por su parte, Zedillo expuso que Latinoamérica se enfrenta a otra “década perdida” e indicó que hay un retroceso democrático gracias a los “liderazgos autoritarios que coquetean con ser dictaduras” y prometen que el “maná caerá del cielo y fórmulas mágicas para resolver nuestros problemas y culpar siempre a los otros”.
“No solamente se repudian las reformas, que no se hace lo que falta por hacer en términos de reforma, que no se completen las reformas, sino que además se recuperan recetas del pasado, actitudes políticas e incluso ideologías que son parte del fracaso del pasado de América Latina y eso es terrible”, declaró el expresidente.
En el acto, Zedillo expuso que desgraciadamente América Latina tendrá otra “década perdida” y comentó que la primera razón que se hace evidente por ser historia reciente es la pandemia de COVID-19. En ese sentido, acusó que muchos gobiernos latinoamericanos no tuvieron buen manejo de ésta y por ello seis países de la región — entre ellos México– se encuentran entre los 10 países con mayores tasa de mortalidad en el mundo.
Ernesto Zedillo contextualizó que la combinación de los gobiernos populistas con el panorama económico general, que aseguró se apunta hacia una recesión más el cúmulo de la elevada inflación, traerá grandes consecuencias en los países de América Latina. Así mismo, enmarcó la situación en el panorama geopolítico que se desencadena a raíz de la guerra de Rusia contra Ucrania.
“Esperemos que la ola de gobernantes populistas e ineptos que están sufriendo un buen número de países latinoamericanos sea seguida de liderazgos decididos y capaces de hacer lo necesario para que nuestras naciones se encausen firmemente en el camino del desarrollo”, expresó el exmandatario mexicano durante la conferencia digital “Perspectivas económicas y el futuro de la tecnología en Latinoamérica”.
Al respecto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador reaccionó durante una conferencia de prensa matutina, donde recordó específicamente sobre Zedillo el endeudamiento que generó a través del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
“Me da risa, la verdad y yo les pido a todos que no nos enojemos sobre lo que dice Zedillo o Calderón en España. ¿Nos podemos molestar? No, ternuritas”, dijo desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional.
“Si el señor Zedillo convirtió las deudas privadas de unos cuantos en deuda pública con el Fobaproa, pero les voy a dar un dato adicional nada más para que vean la capacidad técnica, su conocimiento de economía y de administración pública”, adelantó el mandatario.
Durante su habitual conferencia de prensa matutina, recordó cuando se anunció que se iba a llevar acabo el rescate de los banqueros y de los grandes empresarios “con la misma mentalidad de que si le va bien a los de arriba, les va bien a los de abajo; que si llueve fuerte arriba, gotea abajo; que si la crisis que originaron [Carlos] Salinas y Zedillo se enfrentaba ayudando a los de arriba, esto iba a jalar a las pequeñas y medianas empresas; que iba a ser benéfico para el pueblo de México”.
De acuerdo con el Jefe del Ejecutivo federal, en un informe de Ernesto Zedillo se hizo el cálculo de que dicho rescate iba a costar 125 mil millones de pesos. “Ahí está escrito en un informe, cuando comenzaba 1996, en uno de sus informes”, citó.
En su intervención, el político tabasqueño subrayó que esa una diferencia muy importante con su Gobierno, pues su idea siempre ha sido que “el presupuesto no se utilice para rescatar a los de arriba”, sino “que se utilice para rescatar a los de abajo”.
EL FOBAPROA: LA DEUDA QUE EL PUEBLO GENERÓ PARA “SALVAR” A LOS “DE ARRIBA”
Hace 25 años, legisladores de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) —fuerzas políticas que ahora han conformado una alianza electoral— aprobaron el Fobaproa, un rescate que los mexicanos seguirán pagando hasta el 2070, según señaló el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde la oposición fue uno de los detractores de esta medida.
El Fobaproa fue una iniciativa presentada por el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) para “rescatar” a bancos y empresas privadas en México, luego de que se desatara la deuda por la serie de factores socio-económicos arrastrados de la administración de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).
En diciembre de 1982, cuando asumió la Presidencia Miguel de la Madrid Hurtado, la deuda externa ascendía a 100 mil 384 millones de dólares. En 1987, el equipo de Carlos Salinas, Pedro Aspe y Ernesto Zedillo dirigió la economía con el Pacto de Solidaridad Económica.
En ese momento, Salinas ya era candidato presidencial y el país se hallaba al borde de la hiperinflación. Con dicho pacto se buscaban nuevos acuerdos con los representantes del trabajo, los negocios y los campesinos, pero una vez que se instaló como Presidente de México, comenzó la privatización de Aeroméxico, Fundidora de Monterrey, Mexicana e incluso Telmex.
“Privatizaciones, ingresos de una sola vez, reducción de deuda, el Gobierno podía tener menos competencia en los mercados y entonces habría más recursos para el sector privado por un lado y por el otro lado podía el Gobierno tener más recursos para el gasto social”, dijo Pedro Aspe, Secretario de Hacienda (1988-1994), en el documental La decisión del Presidente, tal como rescató la periodista Dulce Olvera. “Queríamos abrir la economía. Cómo puedes abrir la economía con la banca estatizada”.
Fue el 17 de mayo de 1990, luego de una reunión de banqueros con el entonces titular de la Secretaría de Hacienda, Pedro Aspe, cuando se anunció la reprivatización de la banca tras casi 10 años de ser propiedad del Gobierno: se vendieron 18 instituciones bancarias en subastas en un periodo de 13 meses por 39 mil millones de pesos entre el 7 de junio de 1991 y el 16 de julio de 1992.
El dinero fue a un fondo de contingencia para reducir deuda. Sin embargo, aquí comenzaron a repercutir los fallos. Los grupos de banqueros se prestaron dinero entre ellos para comprar los bancos, por lo que el capital no existía: eran millonarios créditos cruzados.
Al mismo tiempo, los nuevos banqueros empezaron a dar préstamos al consumo y generaron el boom crediticio, al ser impagables, crecieron de manera exorbitante las carteras vencidas.
Cuatro años después, el 20 de noviembre de 1994, tras la bomba política del levantamiento zapatista y el asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio, Salinas, Zedillo y Aspe decidieron posponer la devaluación. Sólo 11 días después tomó la banda presidencial Ernesto Zedillo y ya en la Presidencia hizo el ajuste cambiario “en medio de un desplome de las reservas internacionales por un ataque especulativo. Con la devaluación, la deuda de nuevo se disparó”.
En ese momento se perdieron un millón y medio de empleos ante la quiebra de las empresas, y los ciudadanos no podían pagar los créditos. Ante dicho contexto, en enero de 1995, Zedillo anunció que había logrado un respaldo financiero con el Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y al mismo tiempo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó un préstamo de más de 20 mil millones de dólares. Sin embargo, ninguna de las dos medidas evitaron el quiebre de los bancos y de miles de empresas, por lo que para rescatarlas se creó el Fobaproa.
Desde ese momento, y a pesar de las manifestaciones en contra, “las pérdidas de unos cuantos se socializaron y la deuda privada se volvió pública”.
El entonces Presidente Zedillo decidió convertir los pagarés del Fobaproa en deuda pública a través de una iniciativa de ley, en la que pidió que el Congreso —entonces de mayoría priista— reconociera la deuda pública por 552 mil millones de pesos, lo que provocó un aumento de impuestos y tarifas de servicios públicos.
La propuesta fue enviada por el expresidente a inicios de 1998 y aprobada en el Congreso —entonces de mayoría priista— con un total de 326 votos a favor, 226 legisladores eran del PRI, 99 pertenecían al PAN, y otro más fue el de Carolina O’farril Tapia, Diputada sin partido.
Gaceta Parlamentaria, Cámara de DiputadosEn ese entonces 158 legisladores votaron en contra de la medida: 124 eran del Partido Revolución Democrática (PRD) —entonces el principal partido opositor—, siete más del PRI, 11 del PAN, seis del Partido del Trabajo (PT), cinco del Partido Verde y cinco de independientes.
Entre los votantes, destacan priistas como Dionisio Meade García de León, quien ahora preside la Fundación UNAM, además de ser padre de José Antonio Meade, excandidato presidencial del PRI y dos veces Secretario de Hacienda con partidos distintos.
Otro priista que dio su voto a favor fue el exgobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán, acusado de corrupción y por presuntos vínculos con el cártel de Los Zetas.
De la misma forma, la iniciativa fue respaldada por la entonces vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, María de las Mercedes Martha, quien fuera exsecretaria de Salud con Enrique Peña Nieto.
En 1998, el mismo en el que fue precandidata a la gubernatura de Quintana Roo con el PRI, Addy Cecilia Joaquín Coldwell respaldó el Fobaproa. Años después se sumó a Acción Nacional (PAN) y en 2006 fue Coordinadora de campaña de Felipe Calderón en la misma entidad que buscó gobernar.
Asimismo, actuales abanderados de Morena, que en ese momento militaban en el PRI y otros partidos, también votaron a favor del Fobaproa. Tales son los casos de Ignacio Mier Velazco; Miguel Ángel Navarro Quintero, Gobernador de Nayarit; Marcos Bucio Mújica, Germán Martínez Cázares, quien ahora es independiente, pero que militó en el partido guinda hasta 2021; y Martha Palafox Gutiérrez.
Del lado panista, Marco Antonio Adame, actual Diputado federal, dio su voto en 1998; el político forma parte del grupo de exgobernadores del PAN autodenominado Unidos X México que este fin de semana externó su preocupación por la crisis que enfrenta su partido.
Otros panistas responsables de la crisis que dejó el Fobaproa fueron el exgobernador de Chihuahua Javier Corral; así como Santiago Creel, el Secretario de Gobernación de Vicente Fox y actual Diputado.
De igual forma, en la lista destaca el nombre de Carlos Medina Plascencia, el primer Gobernador del PAN en Guanajuato sin ser candidato y cuya gestión inició desde 1991 tres décadas con seis gobiernos del PAN en los cuales se ha disparado la violencia.
— Con información de Montserrat Antúnez y Valeria González Cervantes