Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).– La desaparición de los 43 normalistas en Guerrero sigue indignando al pueblo mexicano, barrio por barrio y sector por sector. Unos 700 miembros de la comunidad artística, integrada por trabajadores del arte y la cultura, marcharon desde la emblemática Plaza de las Tres Culturas de la Ciudad de México al Palacio de Bellas Artes para protestar por la desaparición de los jóvenes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
“Exigimos que aparezcan vivos, que se encarcele a los responsables y que no se vuelva a repetir un ataque de este tipo contra estudiantes por parte de la policía”, declaró uno de los organizadores.
La marcha fue encabezada por las asociaciones organizadoras entre las cuales destacan varias escuelas del Distrito Federal como la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT), del Centro Universitario de Teatro (CUT) y el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). También acudieron de forma independiente varios actores, directores, dramaturgos y artistas plásticos con la consigna de protestar “de manera apartidista como ciudadanas y ciudadanos en protesta, resistencia y acción permanente”.
Uno de los rostros más paradigmáticos del evento fue el de Mari Herrera, activista michoacana que forma parte del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier Sicilia. Cuatro de los ocho hijos de Herrera desaparecieron en Michoacán hace seis años, en medio de la guerra entre las autoridades y los cárteles de la droga.
La activista se unió al poeta Javier Sicilia en las diversas Caravanas por la Paz que recorrieron México y Estados Unidos en los últimos años. En entrevista con Sin Embargo, denunció la desaparición de sus cuatro hijos: Jesús, Raúl, Gustavo y Luis Armando, en Pajacuarán, pequeña población de Michoacán “donde han desaparecido muchos otros jóvenes”.
“Desde que desaparecieron mis hijos no paré de protestar. Primero me uní a la caravana de Javier Sicilia, un gran hombre que me abrazó y me apoyó mucho. Y ahora acudo a todas las protestas que puedo, porque ya está bien. Han secuestrado a muchísimos jóvenes a lo largo y ancho del país. Y no es posible imaginar el dolor que eso provoca en una madre”.
Herrera recuerda la masacre de 1968 en la plaza de Tlatelolco y la relaciona con los hechos presentes. “Yo estaba en el Distrito Federal en esa época y viví el terrorismo de estado. Entonces la gente tenía mucho miedo y no se le dio el seguimiento necesario. Pero ahora no. Ayotzinapa fue la gota que colmó el vaso. México es un cementerio. Los mexicanos estamos asfixiados, no podemos aguantar esto. Hay que hacer algo. Y este es el momento” .
“Las desapariciones no son un acontecimiento aislado”, expresaron los artistas en su comunicado, -“son parte de una violencia sistemática y fuera de control que gobierna nuestro país. Las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales y la tortura son un crimen de lesa humanidad, por lo que el Estado Mexicano tiene que asumir su responsabilidad”.
Con las consignas: “Artistas en resistencia” y “Arte y cultura contra la dictadura”, los artistas comenzaron su recorrido a las 20:00 con un performance en el que mancharon la bandera mexicana de rojo “para anunciar que el Estado está muerto”.
La marcha tuvo un carácter pacífico y fue acompañada en todo momento por una gran presencia policial. A la llegada a Bellas artes los artistas lavaron la bandera mexicana, hicieron una ofrenda a los muertos y leyeron un pronunciamiento en el que expresaron la necesidad de indignarse, de no permanecer indiferentes y, en definitiva, de “contagiar la rabia”
Poetas, hay que contagiar la rabia.
Periodistas, hay que contagiar la rabia.
Actrices, hay que contagiar la rabia.
Cineastas, hay que contagiar la rabia.
Ancianos, hay que contagiar la rabia.
Estudiantes, hay que contagiar la rabia.