La vieja prisión del Topo Chico, una de las más violentas y tenebrosas de México, cerró sus puertas para convertirse en sede del Archivo Histórico del norteño estado de Nuevo León.
Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo).– Integrantes de Los Zetas usaban un plafón falso para pasar al área de mujeres en la prisión del Topo Chico, en Nuevo León, y cometer abusos sexuales, reveló una investigación de Noticieros Televisa.
De acuerdo con la información a la que obtuvo acceso Marco Antonio Coronel, los criminales sacaban a las internas de sus celdas y las conducían al área de hombres, “donde las violaban y explotaban sexualmente”.
“Del área de hombres entran al área de mujeres. Alrededor de 15, 30 hombres y entre todos te golpean. Te levantan con agua helada, botes de agua helada, con botes de basura, papeles de baño”, dijo un testigo al reportero de Noticieros Televisa.
La vieja prisión del Topo Chico, una de las más violentas y tenebrosas de México, cerró sus puertas para convertirse en sede del Archivo Histórico del norteño estado de Nuevo León.
De esta manera, según anunciaron recientemente autoridades estatales, siguió los pasos de la cárcel de Lecumberri, una prisión de negra historia que funcionó la mayor parte del siglo XX en la Ciudad de México y es desde 1976 Archivo General de la Nación.
El secretario de Gobierno de Nuevo León, Manuel González Flores, informó en días pasados que el 30 de septiembre la prisión del Topo Chico, protagonista de uno de los motines más sangrientos de la historia de México con 49 muertos en 2016, dejaría de albergar reos.
Desde agosto, autoridades penitenciarias estatales iniciaron traslados de internos de Topo Chico y otros dos penales a centros federales de reclusión en Oaxaca y Chiapas, dos estados del sur de México.
El Centro Preventivo y de Reinserción Social Topo Chico es una prisión estatal inaugurada en 1943 y debido al crecimiento de la ciudad quedó ubicado en la periferia del primer cuadro de ciudad de Monterrey, capital del estado de Nuevo León.
En los últimos tres años fue escenario de múltiples riñas y en diversas ocasiones los reos se amotinaron para denunciar la complicidad de las autoridades carcelarias con miembros del crimen organizado que controlaban el penal.
Una de las masacres dejó 49 fallecidos y se considera la más grave del país cuanto menos de la última década. Ocurrió en febrero del 2016, cuando dos bandos del grupo los Zetas se disputaron el control de Topo Chico.
La riña provocó que se incendiara la cocina, la bodega de víveres y otros puntos del penal.
–Con información de EFE.