Los mitos caen. México dejó de ser un país de producción y tránsito y se convirtió también en consumidor de drogas. El negocio ilegal ya no es sólo pasar la droga por la frontera ni las pistas clandestinas para las avionetas que traen cocaína de Colombia o Bolivia; tampoco las superlanchas de los campos pesqueros de la costa del Pacífico en las que se transportan los enervantes. Ni es suficiente traficar por toneladas la producción de mariguana y amapola que se cultiva en lo alto de la montaña.
La legalización del consumo de mariguana en 8 entidades estadunidenses más el Distrito de Columbia trajo también la producción legal. El resultado: los productores mexicanos perdieron el 12 por ciento del mercado de aquel país, de acuerdo con el estudio más reciente de la consultora especializada Arcview. Las organizaciones criminales mexicanas debieron buscar nuevos mercados y los encontraron en su propio país.
En 5 años, de 2011 a 2016, el consumo de mariguana en el país pasó de 1.2 a 2.1 puntos porcentuales y el crystal predominó como la droga de impacto, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017.
Por Francisco Cuamea y Heriberto Giusti
Sinaloa/Ciudad de México, 1 de octubre (Noroeste/SinEmbargo).– Tiene 17 años. Cara de niño, barba rala, rojiza. Flaco. Es padre de familia. Pobre. Marginado. Y vendedor de mariguana por 3 mil 500 pesos a la semana.
Franco es una gota atrapada en este océano de drogas vendidas gramo a gramo llamado narcomenudeo.
Porque la venta al menudeo de mariguana y metanfetamina en México es ya un negocio de ganancias millonarias que crece al mismo tiempo que en Estados Unidos cae la venta de la mota ilegal.
Y es que la legalización del consumo de mariguana en 8 entidades estadunidenses más el Distrito de Columbia trajo también la producción legal. El resultado: los productores mexicanos perdieron el 12 por ciento del mercado de aquel país, de acuerdo con el estudio más reciente de la consultora especializada Arcview. Las organizaciones criminales mexicanas debieron buscar nuevos mercados y los encontraron en su propio país.
CAMBIOS EN EL MERCADO DE LA DROGA
El mercado bilateral de la droga ha cambiado, principalmente, de 2012 a la fecha.
A partir de la legalización de producción, venta y consumo de mariguana en entidades de Estados Unidos, la mota ilegal ha perdido el 12 por ciento del mercado.
Las organizaciones criminales mexicanas respondieron con el contrabando de más heroína y metanfetamina. Incluso, EU lanzó una alerta nacional por el incremento del uso de heroína.
E incentivaron el consumo en México de cannabis y crystal, a lo que le siguió un repunte en la tasa de homicidios.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito también encuentra otro indicio de este cambio, al observar que los aseguramientos de la hierba cayeron en un 55 por ciento para 2015 en el país vecino, a pesar del consumo creciente en suelo estadounidense.
En efecto, la producción de mariguana en México bajó 70 por ciento de 2010 a 2016, según arroja un análisis de Noroeste elaborado con datos sobre destrucción de hectáreas de cannabis de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Calcular la producción de droga es complicado debido a la cifra negra, sin embargo, estimar su tamaño a partir de la destrucción de plantíos y hectáreas es una metodología indirecta que siguen distintos organismos, como la UNODC.
En su estudio más reciente, la consultora Arcview, con base en California y especializada en la industria legal de mariguana, estima que el valor del negocio ilegal para 2014 era de 46.8 billones de dólares, entre EU y Canadá.
“Ahora, las ventas ilícitas se contraen rápidamente en aquellos estados con el marco legal más consolidado. Más dramáticamente, lo que Arcview estimó en mil millones de dólares del mercado ilegal de Colorado (por ejemplo) es ahora menor a los 500 millones de dólares, lo que representa justo el 27 por ciento de los mil 8 millones del valor del mercado general (de ese estado)”, apunta.
Mientras la mota ilícita pierde mercado en suelo estadunidense, el narcomenudeo escala en México y sus vendedores mantienen ahora una confrontación violenta por “micromercados” o “microterritorios”. Esto ocurre no sólo con la mariguana, sino también con las metanfetaminas.
NARCOMENUDISTAS
Las personas que aceptaron haber consumido cualquier tipo de droga, de 2011 a 2016, aumentaron en un 47 por ciento, dio a conocer en junio Manuel Mondragón y Kalb, titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones, al presentar un resumen de la Encuesta Nacional sobre Drogas, Alcohol y Tabaco.
De 2008 a 2016, sin embargo, el consumo de cannabis en nuestro país pasó de un punto porcentual a 2.1, mientras que el uso de crystal fue de 0.1 a 0.2 puntos porcentuales durante el mismo periodo, según la Encodat 2016-2017.
Y este mercado se disputa a balazos.
“Las pugnas que se realizan son por diferentes áreas de control… de aquí para acá es mío, de aquí para allá es tuyo, (son) territoriales, entonces ese tipo de pugnas son más para el narcomenudeo”, explica Cristóbal Castañeda Camarillo, subsecretario de Seguridad Pública de Sinaloa.
Daniel ha vendido droga en Culiacán por 15 años y asegura que el narcomenudeo es un “negociazo” que desata confrontaciones entre vendedores cuando quieren arrebatar a otro su cartera de clientes.
Es una venta “canibalizada”.
“Aquí hay mucha venta de eso, demasiada, por eso es la guerra que hay ahorita. Porque queremos vender más”, cuenta.
Es tal el tamaño de las ganancias, explica, que en un punto fijo pueden ganarse de 150 a 200 mil pesos al día, tan sólo por la venta de metanfetamina. Por eso ya no vale la pena correr los riesgos de contrabandear droga hacia EU.
“Las ganancias para Estados Unidos son buenas, el detalle es que aquí es un negociazo, aquí hay mucha venta y si tú mantienes el control del menudeo es una ganancia inmensa. No tienes porqué arriesgarte yéndote para EU. Es más posibilidad de que caigas allá a como están las cosas”, describe.
“Ahorita hay mucho mercado aquí, se puede decir que aquí se vende la droga más que otra cosa. La mota se está consumiendo mucho, pero lo que más se vende es el crystal”.
Una muestra del tamaño del codiciado negocio. El 30 de agosto, el Ejército aseguró un laboratorio clandestino en el que se fabricaba metanfetamina, ubicado en el Zapote de los Cázarez, Mocorito, Sinaloa.
Los responsables huyeron, pero los militares descubrieron 2.7 toneladas de crystal listas para su venta.
La droga estaba distribuida en 27 botes de plástico con 100 kilos cada uno. Se requirió de cuatro elementos de la Procuraduría General de la República para subir cada bote a un camión.
Si el precio de calle de una bolsa con 200 miligramos de metanfetamina es de 50 pesos, esas 2.7 toneladas equivaldrían a 675 millones de pesos ó 37 millones 800 mil dólares al tipo de cambio que el Banco de México publicó ese día.
El equivalente a la cuarta parte de los 157 millones de dólares que ingresaron en Sinaloa por remesas en el primer trimestre de 2017 en un solo laboratorio clandestino.
“La gente le ha estado haciendo la lucha de vender aquí y por eso fue el pleito, me imagino yo, porque hay mucho mercado. Mientras que haya quien lo compre se va a vender, y no se va a acabar”, dice Daniel con la mirada penetrante. Su voz retumba.
MÉXICO, UN PAÍS DE CONSUMO
Los mitos caen. México dejó de ser un país de producción y tránsito y se convirtió también en consumidor de drogas.
El negocio ilegal ya no es sólo pasar la droga por la frontera ni las pistas clandestinas para las avionetas que traen cocaína de Colombia o Bolivia; tampoco las superlanchas de los campos pesqueros de la costa del Pacífico en las que se transportan los enervantes. Ni es suficiente traficar por toneladas la producción de mariguana y amapola que se cultiva en lo alto de la montaña.
“Sí, Sinaloa, México en general, pasó de ser un país distribuidor que mandaba hacia afuera, exportaba la droga, a hacerse consumidor”, confirma una fuente oficial especializada en temas de seguridad pública, quien solicitó el anonimato por seguridad.
Hoy hay que vender aquí la droga, la mota, la metanfetamina, en casa, porque es un millonario negocio y, por supuesto, hay que incentivar agresivamente su consumo.
“En Sinaloa, por ejemplo, tenemos menos problemas ahorita con el alcoholismo que con el problema de drogas sintéticas. El problema más fuerte (es que) estamos pasando a las drogas de diseño”, expone Cristian Aldo Muñoz Madrid, comisionado estatal de Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones de la Secretaría de Salud del estado.
En 5 años, de 2011 a 2016, el consumo de mariguana en el país pasó de 1.2 a 2.1 puntos porcentuales y el crystal predominó como la droga de impacto, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017.
“El consumo de mariguana incrementó significativamente de 2011 a 2016”, advierte la Comisión Nacional contra las Adicciones de la Secretaría federal de Salud.
Los niños y adolescentes consumidores, de entre 12 y 17 años, pasaron de 2 puntos porcentuales de la muestra de 2011 a 3.1 en 2016. Las mujeres del mismo rango de edad subieron de 0.6 en 2011 a 1.3 en 2016.
La edad promedio de inicio para hombres y mujeres es de 18 años.
“Ahora son poliusuarios, quiere decir que consumen de dos a tres drogas adicionales a la de inicio”, añade Muñoz Madrid.
Franco (nombre alterno utilizado en este trabajo para cuidar su integridad), es uno de esos jóvenes. De fumar mota, fue reclutado como “tiradero”, “conecta”, “puchador”, que vendía 40 mil pesos de cannabis al día por un salario semanal de 3 mil 500 pesos.
“Como yo fumaba mariguana, pues yo conocía al que vendía”, cuenta sus inicios, al tiempo que enreda sus dedos.
“Él me dijo que, si quería trabajar y le dije que sí, porque se me hizo fácil. Y pues empecé a tirar en una esquina, vendía ahí en una esquina”.
Porque venden, porque consumen, o porque los matan. Los jóvenes como Franco son la sacrificables en este océano letal de gramos, llamado narcomenudeo.
Al menos en Sinaloa, la cuna de la organización criminal más poderosa de los tiempos recientes, el 26 por ciento de las víctimas de homicidios, es decir, mil 494, y el 38 por ciento de los detenidos por narcomenudeo, 2 mil 54, fueron jóvenes de los 16 a los 25 años, de 2012 a 2016.
¿Por qué piensas que las victimas de homicidio, consumo, venta son jóvenes?, se le pregunta a Franco.
Porque son a los que le meten candil los mayores, nos meten candil y caemos y empezamos a consumir, a vender, y eso, pero sí son más de nuestra edad porque nos dejamos llevar por ellos.