Francisco Ortiz Pinchetti
01/09/2023 - 12:04 am
Prueba superada
“Tanto en el sondeo de opinión de Reforma como en el de El Financiero, la distancia entre Xóchitl Gálvez y los posibles candidatos de Morena, se reduce más y más”.
A pesar de los trompicones –que incluyeron desde las actitudes mezquinas de un par de personajes hasta las truculencias del tal Alito- el proceso para la definición de la candidatura presidencial del Frente Amplio por México pasó la prueba. La confirmación de Xóchitl Gálvez Ruiz como la futura abanderada de la oposición en las lecciones de 2024 es el fruto tangible de ese ejercicio, que en ese sentido logró felizmente su objetivo.
Por supuesto que el procedimiento escogido, inédito por cierto, tuvo abundantes fallas, limitaciones y hasta contradicciones y que resultó para algunos un tanto frustrante al no culminar como estaba originalmente previsto con la consulta directa a los ciudadanos, en urnas. Sin ninguna experiencia previa, sin embargo, fue encomiable tanto la actitud de las dirigencias de los tres partidos participantes en la coalición como el trabajo del Comité Organizador integrado por ciudadanos que organizó este incipiente ensayo de elección interna, de manera absolutamente novedosa. En alguna manera, sentó las bases para una futura normatividad electoral que incluya por fin comicios primarios de los partidos, un anhelo postergado y esencial para el avance democrático.
Amén del resultado previsible de una clara victoria de Xóchitl, el gran valor del procedimiento es que la consolidación del Frente Amplio, cuya unidad en momentos pareció verse seriamente amenazada. Y desde luego y sobre todo la participación de las organizaciones ciudadanas en este proceso histórico al lado de las dirigencias partidistas.
La recolección de firmas fue un primero, importantísimo logro, toda vez que significó la participación de más de dos millones de ciudadanos que voluntariamente se inscribieron en el padrón abierto por el Frente y que efectivamente tuvo sus dificultades –y deficiencias— técnicas tal vez inevitables en un principio. La participación de 13 aspirantes pareció y resultó excesiva, aunque finalmente se decantó ante la evidencia de los hechos. Lamentables los berrinches de dos de ellos, que parecieron tener la clara intención de manchar el ejercicio, quién sabe con qué objetivo, y encomiable en cambio la actitud de los candidatos que demostraron aptitudes ciertas e incluso sorprendentes, aunque muy pocas posibilidades reales y optaron por declinar en su momento.
A pesar de las esperadas descalificaciones provenientes de Palacio Nacional, de este proceso salen fortalecidos en primer lugar Xóchitl Gálvez, que consigue una legitimación mayor, y el propio Frente Amplio, que se consolida como una opción real y competitiva. También ganó Beatriz Paredes Rangel, que a muchos sorprendió por sus habilidades y capacidades basadas en una basta y larga experiencia política, y que dignamente reconoció su derrota en las encuestas, lo que hizo innecesaria la votación final. Creo que Santiago Creel Miranda confirmó su solidez política y se ganó la coordinación de la próxima campaña presidencial del Frente. Y Enrique de la Madrid sorprendió a muchos con sus aptitudes y por su amplio conocimiento de la problemática nacional, además de mostrar un indudable carisma que no conocíamos.
No obstante, el dato relevante de la semana no fue para mí el triunfo esperado de la senadora hidalguense sin partido, que estaba prácticamente asegurado, ni el positivo resultado del procedimiento frentista para escoger a su abanderada. El dato esencial, y que en alguna manera fue opacado por el estruendo de las contiendas internas, es el resultado de la encuesta del diario Reforma, publicada el pasado domingo 27, en la que la distancia entre la oposición y el oficialismo morenista se reduce a sólo 10 puntos porcentuales.
Diez puntos, a nueve meses de las elecciones.
Sorprende en efecto que la coalición de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), capte en conjunto el 43 por ciento, frente al 53 por ciento que suman Morena y sus aliados, PT y Partido Verde. De entrada, eso significa que el presidente Andrés Manuel López Obrador no tendría mayoría calificada en el Congreso.
Por lo pronto.
Y todavía más sorprende que el PRI, a estas alturas y a pesar de todos –todos— los pesares, alcance un ¡19 por ciento! de las preferencias, prácticamente empatado con el PAN, que aparece con un 21 por ciento. El PRD mantiene su tres por ciento, que dadas las circunstancias no es poco.
Por lo demás, tanto en el sondeo de opinión de Reforma como en el de El Financiero, la distancia entre Xóchitl Gálvez y los posibles candidatos de Morena, se reduce más y más. Puestas frente a frente por el primero de esos medios, la ventaja entre Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl es de 15 puntos (46 a 31 por ciento de las preferencias) y en el supuesto de que el candidato oficial fuera Marcelo Ebrard Causubón es de sólo 11 puntos (44 a 33). Y con –ojo— un 23 por ciento de indecisos.
Con otro dato adicional: a Claudia la conoce un 71 por ciento de los encuestados; a Xóchitl, apenas el 53: tiene muuucho para crecer.
En la encuesta de El Financiero (28 de agosto), a su vez, la diferencia es menor: Claudia le saca apenas nueve puntos a Xóchitl (46 a 37 por ciento) y Ebrard siete (43 a 36), en ambos casos con Samuel García como candidato del MC (11 por ciento).
En suma, en el resultado del finalmente exitoso proceso frentista, en las encuestas de preferencias electorales, en el ambiente de entusiasmo que crece ante el panorama político de México y pienso que hasta en la decisión final de López Obrador respecto a su candidata o candidato, está presente el Fenómeno Xóchitl, apenas a 65 días de haber surgido. Esto se va poner bueno. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
MUJERES, MUJERES, MUJERES. Pronto habremos los hombres de este país organizarnos para defender la paridad de género ante el apabullamiento femenino que copa ya cargos públicos de primer nivel. Anote: en el INE, la consejera presidenta es Guadalupe Taddei Zavala; la Suprema Corte de Justicia es presidida por la ministra Norma Lucía Piña Hernández; en el INAI la comisionada presidenta es Blanca Lilia Ibarra Cadena; la presidenta de la Cámara de Diputados, es ahora Noemí Luna Ayala, y en la bancada priista perfilan ya a la diputada Marcela Guerra para encabezar la Mesa Directiva. Y, por lo visto, el año próximo tendremos Presidenta de la República por primera vez, a juzgar por lo que parece será una competencia electoral entre dos mujeres: Xóchitl Gálvez Ruiz por el Frente Amplio por México y Claudia Sheinbaum Pardo por Morena y aliados. ¿Será?
@fopinchetti
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