Por el momento, Netanyahu ha indicado que sigue decidido a continuar la guerra hasta la destrucción de Hamás. Sus socios de ultraderecha, de quienes depende para mantener el poder, han amenazado con abandonar el Gobierno de coalición si frena el conflicto. Irán respalda a Hamás, así como a Hezbollah y a otros grupos insurgentes palestinos que luchan contra Israel en la Franja de Gaza.
Por Melanie Lidman, Samy Madgy y Abby Sewell
JERUSALÉN (AP).— El ejército de Israel dijo el jueves que confirmó que el líder del ala militar de Hamás, Mohammed Deif, falleció en un ataque aéreo en Gaza en julio. El anuncio se produce un día después de que un aparente ataque israelí mató al líder político del grupo insurgente en Teherán.
Los rápidos acontecimientos de esta semana han dejado a los mediadores de Estados Unidos, Egipto y Qatar tratando de salvar las conversaciones para un acuerdo de alto al fuego en Gaza. Al mismo tiempo, los diplomáticos internacionales intentan evitar una escalada hacia una guerra regional total luego del asesinato en Teherán de Ismail Haniyeh, de que Israel matase al principal comandante de Hezbollah en un ataque en Beirut y del anuncio del deceso de Deif.
Hamás no comentó de inmediato el anuncio israelí, pero había dicho que Deif sobrevivió al ataque de julio en Gaza. Un miembro de la oficina política del grupo, Izzat al-Risheq, sostuvo en un comunicado este jueves que confirmar o negar su muerte es responsabilidad del brazo armado, conocido como las Brigadas Izzedin al-Qassam, que por ahora ha guardado silencio.
La eliminación de Haniyeh y Deif — dos de los principales cargos de Hamás — supone una victoria para el Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Pero también lo coloca en una encrucijada.
Le brinda una oportunidad política para poner fin a la guerra, permitiéndole retractarse de su promesa de “victoria total”, mientras muestra a los israelíes que las capacidades militares del grupo insurgente han sufrido un revés debilitador.
Pero también podría llevarle a endurecer su postura en las conversaciones, ya que los funcionarios israelíes insisten en que los golpes asestados a Hamás forzarán un compromiso. El grupo, por su parte, podría atrincherarse en las negociaciones, o abandonarlas por completo.
Israel cree que Deif y Yahya Sinwar, el máximo dirigente de Hamás en Gaza, fueron los cerebros de la letal incursión en el sur del país el 7 de octubre, que dejó alrededor de mil 200 muertos y desató la guerra en Gaza. Se cree que Sinwar sigue escondido en el sitiado enclave.
Israel atacó a Deif el 13 de julio en una operación contra un complejo a las afueras de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja. El ejército anunció entonces la muerte de otro comandante de Hamás, Rafa Salama. Más de 90 personas más, incluyendo civiles desplazados instalados en tiendas de campaña cercanas, perdieron la vida en el incidente, explicaron funcionarios de salud gazatíes en aquel momento.
En su comunicado del jueves, el ejército israelí afirmó que “tras una evaluación de inteligencia, se puede confirmar que Mohammed Deif fue eliminado en el ataque”.
En su campaña de bombardeos y ataques en Gaza, que comenzó hace casi 10 meses, Israel mató a unos 39 mil 480 palestinos e hirió a más de 91 mil 100 más, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza, cuyo conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes. Más del 80% de los 2.3 millones de habitantes del enclave se han visto obligados a abandonar sus hogares y la inmensa mayoría se hacinan en atestados campamentos en el extremo suroccidental, con alimentos y agua limitados.
Por el momento, Netanyahu ha indicado que sigue decidido a continuar la guerra hasta la destrucción de Hamás. Sus socios de ultraderecha, de quienes depende para mantener el poder, han amenazado con abandonar el Gobierno de coalición si frena el conflicto.
Tras el anuncio sobre Deif, el Ministro ultraderechista de Finanzas, Bezalel Smotrich, dijo que “la derrota de Hamás está más cerca que nunca” y apuntó que el ejército continuará “eliminando a otros miles de terroristas hasta que se restablezca nuestra seguridad y traigamos a los rehenes a casa”.
Por su parte, el Ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que el ataque que se cobró la vida de Deif fue un “hito significativo” para lograr los objetivos de la guerra.
“Los resultados de esta operación reflejan que Hamás es una organización en desintegración”, escribió en la red social X.
Deif fue uno de los fundadores del ala militar de Hamás, las Brigadas Qassam, en los años 90, y dirigió la unidad durante décadas. Bajo su mando, se perpetraron docenas de ataques suicidas contra israelíes en autobuses y cafeterías, y se acumuló un formidable arsenal de cohetes que podían alcanzar territorio israelí, y a menudo lo hacían.
En Gaza, era una figura misteriosa y clandestina. Nunca apareció en público, casi nunca había sido fotografiado y solo en contadas ocasiones se escuchó su voz en declaraciones. Había sobrevivido a varios intentos de asesinato israelíes.
El asesinato de Haniyeh echó por tierra meses de esfuerzos para lograr un alto al fuego en Gaza y la liberación de los rehenes. Haniyeh había sido uno de los principales negociadores.
Funcionarios de Qatar y Egipto han mantenido tensos intercambios con sus homólogos de Estados Unidos acerca del ataque, de acuerdo con un funcionario egipcio con conocimiento directo de las conversaciones, que habló bajo condición de anonimato para tratar discusiones internas.
Aunque Washington ha presionado a los mediadores egipcios y qataríes para que obtengan un compromiso de Hamás, los estadounidenses no pueden “presionar a la otra parte, Israel, para que (…) se abstenga de actos de provocación”, añadió el funcionario egipcio, que tachó el asesinato de “imprudente”.
Según el funcionario egipcio, no es probable que se llegue a un acuerdo en un futuro próximo porque Hamás debe nombrar a un sustituto para Haniyeh. Los mediadores estaban esperando la respuesta del grupo a la última versión del acuerdo. Ahora, tras el funeral de Haniyeh, previsto para el viernes, indicó que contarán con sus responsables para estudiar los próximos pasos.
Irán ha prometido vengarse de Israel por el asesinato de Haniyeh en Teherán, y la muerte del comandante de Hezbollah Fouad Shukur en Beirut también podría traer represalias, elevando el temor a una escalada más amplia.
El funcionario egipcio afirmó que la prioridad ahora es evitar una guerra a gran escala.
LÍDER SUPREMO DE IRÁN LAMENTA MUERTE DE MOHAMMED DIEF
El líder supremo de Irán y representantes de milicias palestinas a las que respalda rezaron el jueves sobre los féretros del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, y de su guardaespaldas, que murieron en un impactante asesinato atribuido a Israel que podría desembocar en una guerra a escala regional.
El Ayatolá Ali Jamenei rezó sobre el ataúd de Haniyeh en la Universidad de Teherán, con el nuevo Presidente del país, Masoud Pezeshkian, a su lado. La televisora estatal mostró más tarde los féretros en un camión cuando circulaban por una calle hacia la plaza Azadi de la capital, mientras la gente les arrojaba flores a su paso.
Tras los servicios funerarios en Teherán, los restos mortales de Haniyeh serán trasladados a Qatar para ser enterrados el viernes.
Haniyeh viajó a Teherán para asistir a la toma de posesión de Pezeshkian. En las fotos de The Associated Press se veía al líder de Hamás sentado junto a los de los grupos insurgentes Yihad Islámica Palestina y Hezbollah, y la prensa iraní mostró un abrazo entre Haniyeh y Pezeshkian. Antes en el día se había reunido con Jamenei.
Horas después, falleció en un ataque aéreo que alcanzó una residencia que utiliza en la capital iraní. Las autoridades dijeron que estaban investigando el incidente y no han ofrecido más detalles.
Israel había prometido matar a Haniyeh y a otros líderes de Hamás por la letal incursión del grupo en el sur de Israel del pasado 7 de octubre, que desencadenó la guerra en Gaza. El ataque contra Haniyeh se produjo apenas unas horas después de que Israel atentara contra un comandante de la milicia Hezbollah en la capital de Líbano, Beirut.
Irán respalda a Hamás, así como a Hezbollah y a otros grupos insurgentes palestinos que luchan contra Israel en la Franja de Gaza.
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que “todas las partes” en Oriente Medio deben evitar acciones de escalada que puedan sumir a la región en un nuevo conflicto.
En declaraciones desde la capital de Mongolia, Ulán Bator, este jueves, Blinken pidió a los países que “tomen las decisiones correctas en los próximos días” y apuntó que un alto al fuego entre Israel y Hamás es la única forma de empezar a romper el ciclo actual de violencia y sufrimiento. Blinken no mencionó a Israel, Irán o Hamás por su nombre.
Irán e Israel, enemigos regionales acérrimos, ya estuvieron cerca de una guerra en abril, cuando Israel bombardeó la Embajada de la República Islámica en Damasco. Teherán respondió e Israel hizo lo propio en un intercambio de fuego sin precedentes en sus respectivos territorios, aunque los esfuerzos internacionales lograron contener ese ciclo de represalias antes de que se descontrolara.
En el discurso de su toma de posesión, Pezeshkian habló en apoyo a los palestinos diciendo que “Irán exige un mundo en el que los sueños de ningún niño palestino estén enterrados bajo los escombros de su casa”.
“Queremos un mundo donde el orgulloso pueblo palestino sea liberado de la ocupación, la opresión, el encarcelamiento y el genocidio”, apuntó Pezeshkian.