El sector conservador, que defiende la vida, la familia y rechaza “al comunismo”, tiene en la mira a tres opciones para la Presidencia de México: al actor Eduardo Verástegui, a Gilberto Lozano de FRENA y, a través del Frente Amplio, al panista Ignacio Loyola, un queretano provida que es además anti matrimonio homosexual e igualdad de género.
Ciudad de México, 1 de agosto (SinEmbargo).– El Diputado panista Ignacio Loyola, antiaborto y crítico del desarrollo sostenible de la agenda 2030, tiene una semana más para juntar 150 mil firmas durante el proceso del Frente Amplio por México (PRI-PAN-PRD).
De no lograrlo, dijo el exgobernador de Querétaro (1997-2003), permanecerá militando en Acción Nacional y le cederá el camino al actor guadalupano Eduardo Verástegui —con quien planea platicar— y a Gilberto Lozano de FRENA para que se construya una candidatura independiente para la Presidencia de México en defensa de la familia heterosexual, la vida desde la concepción y contra el denominado comunismo.
“El momento que él [Eduardo Verástegui] está buscando es más adelante [periodo electoral en septiembre], el momento mío es este. Entonces no nos encontremos en el camino. Mejor vamos a ver esta etapa y vemos más adelante qué sucede. Tenemos tres candidatos de derecha y yo sí creo que debemos platicar y, si así nos ubican, pues que sea uno solo en esta etapa. Porque ni Gilberto Lozano ni Eduardo Verástegui compiten en este momento en este proceso, entonces nada tenemos que ver. Si yo ya no paso esta etapa [de firmas], entonces queda Eduardo Verástegui y queda Gilberto. Si yo pudiese aprobar esta etapa con las firmas, pues ya somos tres otra vez. Hay que esperar, hay que ir siendo pacientes, ver cómo se van dando las cosas y tomar decisiones en el momento adecuado y no anticipado”, dijo en entrevista el Diputado Ignacio Loyola.
Si para el 8 de agosto no alcanza las 150 mil firmas ciudadanas provenientes de 17 entidades, el expresidente del sector empresarial queretano no planea intentarlo vía independiente. Ya de por sí, dijo, cree que los tiempos de precampaña no debieron adelantarse y que los lineamientos del Instituto Nacional Electoral (INE) han sido “difusos” en estos procesos partidistas.
“Yo estoy en el PAN y yo continuaré firme a lo que el partido ha mencionado y apoyaré, pese a todo lo que hay, a quien más le convenga”, aseveró. “Habrá panistas que ya no llevan esos principios, pero los principios ahí están, entonces hay que rescatarlos, desempolvarlos y traerlos otra vez a la realidad porque estoy seguro que con esos principios le irá mejor al PAN y a México”.
Durante la entrevista telefónica con SinEmbargo, el panista enfatizó que Verástegui, Lozano ni él son de “ultraderecha”. Eso, aseguró, es un “cuento chino” de la época de la Inquisición. Ellos, como “la mayoría” de los mexicanos, defienden principios que “aprendieron en sus hogares” como la familia y la libertad (contra la imposición de la “ideología de género”), pero “la minoría” con agenda progresista “hace más ruido”.
“Yo creo que somos una gran mayoría. Lo que pasa es que es una mayoría que ha permanecido silenciosa y no podemos ser menos de los que hacen más ruido, de esa minoría que hace tanto ruido y que trae una agenda muy diferente. Creo que en México todavía predomina la gente que piensa que hay que ser respetuosos, que hay que cuidar a la familia, que hay que defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural”, aseveró.
“Las minorías son más ruidosas que la gran mayoría que permanecemos en silencio. Pero esto se va a terminar, vas a ver que en cualquier momento va a despertar la ciudadanía, va a empezar a expresarse”, dijo respecto a la denominada marea rosa que se manifestó contra el gobierno de izquierda del Presidente Andrés Manuel López Obrador y “para defender al INE” hace unos meses.
El Diputado federal Ignacio Loyola, que fue Procurador Ambiental en el Gobierno de Vicente Fox, considera además que la crisis climática tiene “sus asegunes”, ya que no debe mitigarse con las políticas de desarrollo sostenible de la agenda 2030 de Naciones Unidas que, dijo, va contra la sobrepoblación vía aborto y matrimonio homosexual.
“Va en contra de la familia. Eso de empezar a hablar de matrimonios diferentes, o sea, son cosas que confunden y van especialmente dirigidas en contra de la mujer y eso es muy peligroso”, dijo el político hombre.
Y, aclarando que no es “intolerante”, agregó: “Pareciera que la mujer no se da cuenta, pero hay un ataque directo a las mujeres en toda esta agenda, y todo va encaminado a reducir la población por diferentes formas, ya sea por el aborto, ya sea por el matrimonio de homosexuales”.
***
—En Twitter, el político Carlos Leal lo destapó como precandidato presidencial del sector conservador junto con Eduardo Verástegui y Gilberto Lozano de FRENA. ¿Ha tenido pláticas con ellos más allá de Twitter para una eventual candidatura de la ultraderecha?
—La ultraderecha no existe. Eso hay que dejarlo claro. Nos quieren etiquetar como ultraderecha, pero eso no existe. Es un cuento chino, esa existió en las épocas de la Inquisición y no solo en México sino en todo el mundo. Una cosa es la derecha y que defendamos la libertad, la vida, la propiedad privada, el orden, el respeto… Con Carlos Leal tuve una plática telefónica y hasta ahí. Y con Eduardo no, claro que me interesa platicar con él, lo voy a buscar y con Lozano tampoco he tenido comunicación.
—¿Por qué le interesa platicar con el actor?
—Porque el momento que él está buscando es más adelante, el momento mío es este. Entonces no nos encontremos en el camino. Mejor vamos a ver esta etapa y vemos más adelante qué sucede. Tenemos tres candidatos de derecha y yo sí creo que debemos platicar y, si así nos ubican, pues que sea uno solo en esta etapa. Porque ni Gilberto Lozano ni Eduardo Verástegui compiten en este momento en este proceso, entonces nada tenemos que ver. Si yo ya no paso esta etapa, entonces queda Eduardo Verástegui y queda Gilberto. Si yo pudiese aprobar esta etapa con las firmas, pues ya somos tres otra vez. Hay que esperar, hay que ir siendo pacientes, ver cómo se van dando las cosas y tomar decisiones en el momento adecuado y no anticipado.
—¿O sea que si no logra las 150 mil firmas usted ya no lo intentaría vía independiente?
—No, por supuesto que no. Yo estoy en el PAN y yo continuaré firme a lo que el partido ha mencionado y apoyaré, pese a todo lo que hay, a quien más le convenga.
—¿Qué piensa de los lineamientos emitidos por el INE para regular el proceso de Morena y el Frente Amplio rumbo a 2024?
—Está muy difuso todo ahí, la verdad ya no se acaba de entender. Ya afortunadamente esto se termina el 8 de agosto, esta primera etapa. Y no será mucho tramo después hasta el 3 de septiembre cuando ya concluya. El INE no ha sabido qué hacer con exactitud y ha tomado decisiones poco ortodoxas. Eso es lo que ha dado confusión, pero eso es lo que tenemos. El INE pudo haberse manifestado desde el principio y decir ‘señores, no son tiempos de precampaña y el que la inicie tendrá sanciones’. No lo hizo, ahora ha hecho una especie de atole revuelto y dice que esto sí, que esto no. Ya puso topes de precampaña e incluso ha dicho que cualquier gasto ya se puede tomar como anticipo a las precampañas. Entonces es muy cambiante lo que está pasando. Yo sí creo que debimos todos haber esperado a las precampañas normales de noviembre, pero así estamos en este momento y, como dicen en el campo, ‘es lo que hay, vamos a darle pa’delante’.
—¿Cuál es su evaluación de la actual dirigencia de Acción Nacional que está impulsando sobre todo a una Senadora proaborto?
—Marko Cortés no impulsa a la Senadora, ella se inscribió en un proceso que está abierto, es inédito, donde nosotros como militantes también lo pedimos, que se abriera el partido para que pudieran competir diferentes corrientes y esto es inédito porque ahora la población va a decidir, de los que estamos inscritos, quién los representa mejor. Ahí es donde la mayoría va a tomar la decisión. No creo que es un impulso personal de Marko Cortés, sino por el contrario es el resultado de una apertura inédita en el partido para poder competir. Éramos 30, en el primer corte quedamos 13 y ahorita ya somos 12.
—¿Qué corrientes identifica dentro de Acción Nacional?
—Soy un convenido del humanismo político y de los principios que ha manejado el PAN de toda la vida: la vida, la libertad, la solidaridad, eso es lo que a mí me ha movido siempre, por eso estoy en Acción Nacional, por eso nunca me he ido ni me iré de Acción Nacional. Habrá panistas que ya no llevan esos principios, pero los principios ahí están, entonces hay que rescatarlos, desempolvarlos y traerlos otra vez a la realidad porque estoy seguro que con esos principios le irá mejor al PAN y a México.
—¿Cree que el PAN puede recuperar su identidad como partido verdaderamente de derecha?
—Claro que sí. Yo digo que no la hemos perdido. Han habido a veces confusiones, ha habido personas que son más abiertas, como le llaman ahora progresistas, pero la oferta de Acción Nacional debe ser para siempre un partido conservador, sí, porque no es malo ser conservador, sino que se está conservando lo bueno, un partido de derecha, entendida una derecha no como reaccionaria ni tampoco insiquisidora, sino es una corriente que respeta la libertad, la libre empresa, la propiedad privada, la Ley. Es una derecha en la que yo creo y en la que estoy comprometido a mantener.
—¿Y usted qué valores representa?, ¿qué le está ofertando a la ciudadanía interesada en firmar por usted?
—Nosotros estamos llevando una propuesta con tres elementos: la defensa de la libertad, de la vida y de la ley. Para que sea respetado el orden, la legalidad, la vida y la familia. Estoy muy centrado en algo que estamos perdiendo en México y que es fundamental para que haya paz y tranquilidad en los hogares mexicanos.
—Más allá del Bajío, ¿cuántos mexicanos realmente se sienten representados por estos valores conservadores? Pensaría que algunos mexicanos están en la denominada espiral del silencio…
—Yo creo que somos una gran mayoría. Lo que pasa es que es una mayoría que ha permanecido silenciosa y no podemos ser menos de los que hacen más ruido, de esa minoría que hace tanto ruido y que trae una agenda muy diferente. Creo que en México todavía predomina la gente que piensa que hay que ser respetuosos, que hay que cuidar a la familia, que hay que defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Así lo veo yo. Es lo que he podido percibir en el tiempo que he estado en el servicio público y no creo que haya cambiado enormemente en los últimos años.
—¿A qué atribuye este silencio de la ciudadanía que se ve representada con estos valores?
—El silencio lo atribuyo, porque es algo que me han dicho últimamente, [a que] hay un hartazgo de la gente en la clase política que dice ‘de qué sirve que en documentos digan que van hacer tal o cual cosa si no cumplen las promesas’. Hay un silencio porque la gente no ve con claridad que, si hace un esfuerzo de manifestarse, de acudir. Sin embargo, vale la pena mencionar que ya está despertando esa ciudadanía. Las marchas que han habido en noviembre y en febrero ya muestran verdaderamente a la gente deseosa de participar y ya no más. Hay que llamar la atención de todos los mexicanos para que seamos cada vez más los que nos sumemos a estas manifestaciones en desacuerdo de lo que no nos conviene como país.
—Entonces en definitiva esto va más allá del Bajío, es en todo el país.
—Claro. México es muy diverso, pero en estos temas la gran mayoría en el sureste, en el norte, en el centro, en las costas sigue siendo de valores tradicionales que no se deben cambiar, porque eso no cambia nunca. Son los principios que la mayoría de los mexicanos aprendimos en casa y que lo llevamos presente durante nuestra vida.
—Usted decía que considera que las minorías hacen mucho ruido a diferencia de “la mayoría” que defiende los valores conservadores…
—Es así. Siento que las minorías son más ruidosas que la gran mayoría que permanecemos en silencio. Pero esto se va a terminar, vas a ver que en cualquier momento va a despertar la ciudadanía, va a empezar a expresarse y va a venir un cambio positivo para México porque hoy estamos divididos, estamos confrontados y también lo que yo propongo es que nos alejemos de diferencias. Somos un pueblo muy diverso que podemos convivir con los diferentes pensamientos, pero debemos estar unidos por el bien de México.
—Usted también dice que está en contra de la agenda 2030, ¿por qué?
—La agenda 2030 no toda la gente la conoce, entonces muchos piensan que es buena. Pero la agenda 2030, al centro de toda la preocupación, de todo el movimiento que se pretende hacer, trae al medio ambiente antes que a la persona. Eso ya es un despropósito enorme. Porque la propia Constitución lo primero que está mandatando es el respeto a la persona y reconocerla en el centro por encima de cualquier actividad política, social. Además va en contra de la familia. Eso de empezar a hablar de matrimonios diferentes, o sea, son cosas que confunden y van especialmente dirigidas en contra de la mujer y eso es muy peligroso. Pareciera que la mujer no se da cuenta, pero hay un ataque directo a las mujeres en toda esta agenda, y todo va encaminado a reducir la población por diferentes formas, ya sea por el aborto, ya sea por el matrimonio de homosexuales. El objetivo es ese y eso tampoco yo lo comparto. Hay otras formas. Y no soy intolerante, yo respeto a todas las corrientes, a todas las personas, pero esa es mi posición y yo soy una persona que si pienso así, lo tengo que decir. Y quien no piense como yo, lo respeto.
—Usted fue Procurador ambiental, ¿cree en la crisis climática? Solo ve peligrosa la agenda 2030…
—El cambio climático tiene sus asegunes. El cambio climático existe, por supuesto, pero es más de políticas públicas que políticas de población. Le voy a dar un ejemplo. En México casi no tratamos el agua sanitaria, en la mayor parte de la República no se trata. Eso es mucho más grave, que debemos atender con urgencia, que tratar de reducir la población. Tenemos mucho territorio, no solamente en México, sino en el mundo, y lo que tenemos que hacer es educar al pueblo para que tenga los conocimientos de cuántos hijos quiere tener, si los puede o no educar y no llegar a situaciones extremas como es el aborto o cualquier otro tipo de solución que atenta contra la vida.