El fotógrafo Rubén Espinosa es asesinado en el DF; huyó de Veracruz por miedo a Duarte

01/08/2015 - 6:31 pm

PROMO-PERIODISTA-VER

Ciudad de México, 1 de agosto (SinEmbargo).– El fotógrafo mexicano, Rubén Espinosa Becerril, corresponsal de Cuartoscuro y de la revista Proceso fue encontrado muerto junto con otras cuatro personas en la colonia Narvarte, en la capital del país, confirmó un familiar a la organización internacional Articulo 19.

El fotoperiodista estaba en condiciones de exilio en la Ciudad de México, porque se sentía bajo amenaza en el estado de Veracruz. En una reciente entrevista con SinEmbargo, acusó directamente al Gobernador Javier Duarte de Ochoa de haber convertido esa entidad en un camposanto.

Artículo 19 informó esta tarde que el fotoperiodista estaba desaparecido desde hacía 24 horas, por lo que se dio formal aviso a las autoridades para que pusieran en marcha los protocolos de localización.

De acuerdo con la organización, ni familiares ni amigos conocían el paradero del fotoperiodista, la única información que tenían es que se dirigía a su casa cuando desapareció.

PROMO-NARVARTE

Desde hace un mes Rubén Espinosa Becerril vivía en el Distrito Federal, en un autoexilio de Veracruz, obligado por las amenazas de las que fue víctima. El joven salió huyendo el 9 de junio pasado, luego de protagonizar varios episodios de acoso.

El reportero gráfico era originario de la Ciudad de México, pero desde hace ocho años radicaba en Veracruz. En esa entidad dejó su trabajo, sus corresponsalías, amigos, su casa y hasta su perro por el miedo a ser asesinado como los 12 periodistas que ya fueron ejecutados durante la administración del Gobernador priista Javier Duarte de Ochoa.

DUARTE Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

La CIDH presentó en mayo pasado su Informe Anual 2014 respecto a la situación del continente americano en la materia, en donde enlista casos de ataques y asesinatos en contra de periodistas en México, principalmente en Veracruz. Foto Foto: Cuartoscuro
La CIDH presentó en mayo pasado su Informe Anual 2014 respecto a la situación del continente americano en la materia, en donde enlistó casos de ataques y asesinatos en contra de periodistas en México, principalmente en Veracruz. Foto Foto: Cuartoscuro

El pasado 1 de julio, en entrevista con SinEmbargo, Rubén platicó sobre el estado que guardan la prensa y de la libertad de expresión en Veracruz; el modus operandi del gobierno de Duarte de Ochoa para mantener sometidos a los medios de comunicación y la vida que deben llevar los reporteros y fotógrafos que no quieren recibir dinero a cambio de su silencio.

La anarquía es tal, dijo, que todos la están pasando mal menos la corrupción, en un Veracruz que la muerte escogió para vivir en brazos de un gobierno admirador del ex dictador español Francisco Franco.

En el cuarto año de Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, la administración priista carga con la siguiente lápida: 12 asesinatos de reporteros (la mayoría de estos casos están sin resolver), tres reporteros desaparecidos en la entidad, una decena de exiliados por amenazas veladas de grupos delincuenciales y varios reporteros intimidados, golpeados u hostigados de forma anónima por ejercer el oficio.

En diversas entrevistas, Jorge Morales Vázquez, integrante de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) ha asegurado que las garantías para el gremio cada vez se ven más vulneradas y el libre ejercicio de la profesión se vuelve más frágil, peor aún, apunta, el grado de corrupción y de no investigación de los Ministerios Públicos y de los cuerpos policíacos es cada vez más evidente.

De acuerdo con la organización Artículo 19, en 2014 Veracruz se ubicó, con 41 casos, entre las cinco entidades federativas con el mayor número de agresiones a periodistas. En el cuarto año de Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, 12 reporteros han sido asesinados (la mayoría de estos casos están irresueltos), tres reporteros están desaparecidos en la entidad, una decena exiliados por amenazas veladas de grupos delincuenciales y varios reporteros intimidados, golpeados u hostigados de forma anónima por ejercer el oficio.

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