La estrategia antidrogas de Felipe Calderón condujo al país a más de 13 años consecutivos de guerra interna, la más larga desde la Revolución Mexicana de 1910. En sus seis años de Gobierno se registraron 102 mil 859 homicidios, aunque las cifras no son claras respecto a los desaparecidos y desplazados.
Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo).- La llamada “guerra contra el narco” impulsada por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa durante su sexenio (2006-2012) disparó los niveles de violencia en Michoacán, un estado que registraba índices a la baja y que a raíz de la implementación del operativo militar, que inició en esta entidad y que después se extendió por todo el país, acrecentó la presencia del crimen organizado, afirmó Enrique Guerra Manzo, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Páez en el programa de Los Periodistas que se transmite por YouTube a través del canal de SinEmbargo Al Aire, Guerra Manzo recordó que el inicio de la guerra contra el narco, en diciembre de 2006, fue un parteaguas fundamental par lo que vendría en Michoacán en los años siguientes.
“Ese es un parteaguas fundamental, si uno observa las tazas de violencias desde los años 30 a 2007 venían cayendo, desde 70 homicidios por cada 100 mil habitantes en la década de 1930 hasta 9 y fracción en 2007. A partir del operativo que lanza Felipe Calderón en 2008, empiezan a subir y desde entonces no bajaron, es decir, es un antes y un después de esos operativos”.
La estrategia antidrogas de Felipe Calderón condujo al país a más de 13 años consecutivos de guerra interna, la más larga desde la Revolución Mexicana de 1910. En sus seis años de Gobierno se registraron 102 mil 859 homicidios, aunque las cifras no son claras respecto a los desaparecidos y desplazados.
Ante el dominio de los grupos delictivos en Michoacán, surgieron grupos de civiles armados conocidos como “autodefensas”, los cuales tomaron las armas para defenderse y hacer frente al crimen organizado ante la falta de respuesta de las autoridades.
Hipólito Mora era uno de los últimos líderes supervivientes del movimiento armado de autodefensa de Michoacán en el que agricultores y ganaderos se unieron para expulsar al cártel de los Caballeros Templarios del estado entre 2013 y 2014.
El exdirigente del grupo de autodefensas en Michoacán fue asesinado el 29 de junio en la localidad de Felipe Carrillo Puerto, en La Ruana, cuando se dirigía a su casa después de haber estado en Morelia, cuando fue agredido por los atacantes, quienes presuntamente emplearon armas largas contra su camioneta y sus escoltas.
Al respecto, Enrique Guerra Manzo afirmó que con la muerte de Hipólito Mora “se cierra un ciclo de esperanza”, pues se trataba de una persona que que siempre se mantuvo fiel a sus ideales.
“Creo que con la muerte de Hipólito Mora se cierra un ciclo, que es el de la esperanza, era una figura moral que a la gente le decía mucho en términos de que nunca se vendió, siempre estuvo ahí visibilizando el problema, siempre fiel a sus ideales que era seguridad y vida digna, tuvo muchas ofertas para salir de la región, todas las rechazó”.
Finalmente, el profesor e investigador de la UAM indicó que el asesinato de Mora demuestra que ni el gobierno actual, ni sus predecesores, han logrado brindar de seguridad y vida digna a la población.
“Es mucha porque no solo es Hipólito Mora, pero muchas vidas se siguen perdiendo por esta incapacidad que ha tenido hasta ahora el estado para garantizarnos el ejercicio de la violencia legítima, que nadie esté fuera del derecho sancionado por la ley. Ni este estado, ni los que le han precedido, han logrado brindar esa seguridad y vida digna a las que la población tiene derecho. Si un líder como Mora, que tenía incluso a su escolta, que se estaba siempre cuidando, que tomaba todas las precauciones no está seguro, pues qué le espera a otros ciudadanos que se encuentran en esta región”.