El festejo de este año del Presidente se enmarca además en un contexto político muy particular en el que el proceso de sucesión se ha adelantado tanto por parte del oficialismo como de la oposición, en medio de las críticas de actos anticipados de campaña sobre los que han advertido distintas voces.
Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo).– Andrés Manuel López Obrador festeja este sábado cinco años de su triunfo del 1 de julio de 2018 cuando llegó a la Presidencial con una histórica votación. El Presidente llega a este día con un nivel de aceptación mayor al de sus últimos tres antecesores —Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto— y al mismo tiempo como uno de los jefes de estado mejor evaluados, pero también con un pendiente fundamental en materia de seguridad como él mismo ha reconocido.
“Tenemos que seguir avanzando. Porque ahora nos dicen: ‘¡Qué barbaridad! ¡El Gobierno de ahora es el gobierno que tiene más homicidios!’ Sí, pero porque esta es una mala herencia en seguridad”, expresó hace exactamente un mes el Presidente al señalar cómo recibió un nivel de inseguridad que su administración ha intentado contener.
Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) muestran que al asumir la Presidencia en 2018 los homicidios dolosos —principal indicador que ha sido contemplado para medir la violencia— cerraron ese año en 33 mil 737 casos, una cifra que para 2019 ascendió un 2.91 por ciento al registrarse 34 mil 720 asesinatos. Los casos para 2020 —primer año de la pandemia— se redujeron 0.44 por ciento al reportarse 34 mil 564 asesinatos. En 2021 se dio otra reducción anual del 3.51 por ciento con 33 mil 349 casos y en 2022 nuevamente hubo otra reducción del 7.13 con 30 mil 969 asesinatos registrados.
El actual Gobierno ha sido cuestionado por los altos niveles de violencia. Lo cierto es que las mismas cifras muestran, por ejemplo, como en el Gobierno de Enrique Peña Nieto si bien los casos de homicidio eran menores en números generales, los aumentos de 2015 —año en que se comenzó a aplicar la nueva metodología— hasta 2018 fueron constantemente al alza. Por ejemplo en 2016 el aumento anual de homicidios fue del 26.03 por ciento; en 2017 fue de 28-07 por ciento, y en 2018 del 16.85 por ciento, año que por cierto los asesinatos anuales superaron los 30 mil casos, nivel en el que se han mantenido a la fecha.
Aún cuando existe este pendiente en los niveles de seguridad y cuando a nivel nacional, 62.1 por ciento de la población de 18 años y más considera inseguro vivir en su ciudad, esto no ha impacto a los niveles de aceptación del Presidente López Obrador, quien ha señalado que mediante la implementación de sus programas sociales se podrá atender las causas estructurales que mantienen a México en una espiral de violencia, en la que aún tienen lugar crímenes de alto impacto como el reciente asesinato del fundador de las autodefensas Hipólito Mora, que fue condenado y lamentado por el mandatario nacional.
Las cifras del ponderado Oraculus que da seguimiento y agrega los resultados de las principales encuestas públicas de aprobación presidencial, muestran que la popularidad de López Obrador al corte del 30 de mayo pasado era del 67 por ciento, un nivel superior al que han registrado para estas fechas los últimos tres presidentes.
Los datos del polls of polls de Oraculus muestran que en el mes 71 de su gobierno, Enrique Peña Nieto tenía una aceptación de 23 por ciento, Felipe Calderón Hinojosa del 59 por ciento y Vicente Fox Quesada del 61 por ciento. Sólo el priista Ernesto Zedillo Ponce de León mantenía en el mismo periodo la misma popularidad que López Obrador.
A nivel internacional, de acuerdo con la encuesta de líderes globales que realiza Morning Consult Political Intelligence (MCPI) entre presidentes y primeros ministros de 22 países, López Obrador cayó al tercer lugar, detrás de Narendra Modi de la India (77 por ciento) y Alain Berset de Suiza (62 por ciento). Aún así el Presidente mexicano es el mejor posicionado de toda América con un 60 por ciento de aceptación.
El festejo de este año del Presidente se enmarca además en un contexto político muy particular en el que el proceso de sucesión se ha adelantado tanto por parte del oficialismo como de la oposición, en medio de las críticas de actos anticipados de campaña sobre los que han advertido distintas voces.
Desde el 16 de junio los aspirantes de su movimiento a sucederlo —Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal— han iniciado un proceso para ser designados el Coordinador o la Coordinadora Nacional de Defensa de la Transformación, como se denominará a su candidato presidencial. Por esos mismos motivos, el Presidente López Obrador ha pedido a los gobernadores evitar porras hacía uno de los contendientes, esto con el fin de mantener la unidad.
Se prevé que el mandatario enumere las políticas gubernamentales que ha llevado a cabo y que insista en la ruta a seguir de aquí a octubre de 2024 cuando dejará Palacio Nacional, sobre todo con lo referente a su llamado Plan C, que consiste en obtener una mayoría calificada junto con sus aliados en la elección del próximo año para poder hacer las reformas constitucionales que no ha podido sacar en el Congreso, entre ellas la Electoral, la Judicial y la de la Guardia Nacional.