Toda la tripulación murió debido a la despresurización de la nave espacial en el viaje de vuelta a la Tierra, en 1971.
Ciudad de México, 1 de julio (RT).- La Agencia Espacial Federal Rusa Roscosmos ha publicado este miércoles la transcripción de las conversaciones de la tripulación de la nave espacial soviética Soyuz-11, que murió en 1971 durante el aterrizaje debido a la despresurización de la nave.
Las conversaciones de los cosmonautas Gueorgui Dobrovolski, Vladislav Vólkov y Víktor Patsáyev con el centro de control durante la preparación previa al lanzamiento, el mismo lanzamiento y unas horas antes del accidente fueron descalificadas por Roscosmos con motivo del 50º aniversario de la tragedia. De los documentos se desprende que el despegue fue en modo normal y la tripulación se sintió muy bien. Tras entrar en órbita, los astronautas informaron de que podían ver el cielo y que estaba "más oscuro que en la Tierra".
LA PRIMERA MISIÓN TRIPULADA EN HABITAR UNA ESTACIÓN ESPACIAL
La tripulación de la Soyuz-11 debía acoplarse a Salyut, la primera estación orbital del mundo, tras un intento fallido durante la misión anterior. Los cosmonautas completaron todo el programa de vuelo, convirtiéndose en la primera y única tripulación de la estación.
El 29 de junio de 1971, a las 21:28 (hora de Moscú), la nave Soyuz-11 se desacopló de la estación orbital y se dirigió a la Tierra. El aterrizaje tuvo lugar en modo autónomo: todos los sistemas funcionaron correctamente y a su debido tiempo. El 30 de junio, a la 01:10, el sistema de orientación se encendió para orientarse hacia la Tierra.
Сегодня мы публикуем переговоры членов экипажа космического корабля «Союз-11» Георгия Добровольского, Владислава Волкова и Виктора Пацаева с измерительным пунктом перед запуском: https://t.co/qiRMmfVP4O pic.twitter.com/MTCBk8GdM6
— РОСКОСМОС (@roscosmos) June 30, 2021
En el momento en que la cápsula con los astronautas iba a separarse de los módulos de servicio y orbital de la nave, a una altitud de 150 kilómetros, se interrumpió la comunicación. El centro de control no sabía lo que había sucedido, ya que las cápsulas de descenso no disponían de un sistema de telemetría, por lo que los cosmonautas tenían que informar de la situación. Antes de eso, la comunicación con la nave espacial no se perdió durante la fase de aterrizaje.
Según detalló Roscosmos, lo último que escucharon de los cosmonautas en la Tierra fue el jocoso deseo de Vólkov: "Mañana nos reuniremos, preparen coñac".
¿QUÉ PASÓ?
El sistema de paracaídas se activó a la hora estimada, los motores de aterrizaje suave se encendieron y el vehículo aterrizó en el lugar especificado. Los instrumentos de la nave espacial registraron la duración del vuelo: 23 días 18 horas 21 minutos y 43 segundos, lo que constituyó un nuevo récord mundial. El equipo de búsqueda y rescate encontró la cápsula sin daños externos, pero al abrirla hallaron a los tres cosmonautas dentro sin vida.
Más tarde, la comisión estatal descubrió que los astronautas —que no llevaron trajes espaciales, ya que el tamaño de la cabina de la nave no lo permitía— fallecieron debido a la despresurización de la nave espacial: la causa fue la apertura prematura de una de las válvulas de ventilación, lo que provocó una descompresión explosiva: la presión en el vehículo de descenso disminuyó en dos minutos de 760 a 50 milímetros de mercurio. Debido a esto, la sangre de la tripulación comenzó a "hervir", se llenó de burbujas de aire y sus tímpanos estallaron.
La posición de los cuerpos indicaba que los cosmonautas se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo y trataron de eliminar la fuga de aire. Hasta el momento, la causa exacta de la apertura de la válvula en la Soyuz-11 sigue sin conocerse.
Tras el incidente, los vuelos tripulados en la URSS se interrumpieron y no tuvieron lugar durante dos años, hasta septiembre de 1973, cuando se lanzó la nave Soyuz-12. Durante este tiempo, se tomaron una serie de medidas para mejorar la seguridad de los cosmonautas: la tripulación se redujo a dos personas para que pudieran acomodarse dentro del vehículo de descenso con equipo de supervivencia.
Tras la tragedia, se estableció una regla de hierro en la astronáutica: despegar y aterrizar sólo con trajes espaciales. Este accidente se convirtió en el mayor de la historia de la cosmonáutica soviética y rusa: toda la tripulación pereció.