Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo).– Desde hace casi un mes, el fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril vive en el Distrito Federal, en un autoexilio de Veracruz, obligado por las amenazas de las que fue víctima. El joven colaborador de la revista Proceso, Cuarto Obscuro y de la agencia de noticias AVC salió huyendo el 9 de junio pasado, luego de protagonizar varios episodios de acoso.
El reportero gráfico es originario de la Ciudad de México, pero desde hace ocho años radicaba en Veracruz. En esa entidad dejó su trabajo, sus corresponsalías, amigos, su casa y hasta su perro por el miedo a ser asesinado como los 12 periodistas que ya fueron ejecutados durante la administración del Gobernador priista Javier Duarte de Ochoa.
En entrevista con SinEmbargo, Rubén platicó sobre el estado que guardan la prensa y de la libertad de expresión en Veracruz; el modus operandi del gobierno de Duarte de Ochoa para mantener sometidos a los medios de comunicación y la vida que deben llevar los reporteros y fotógrafos que no quieren recibir dinero a cambio de su silencio.
La anarquía es tal, dijo, que todos la están pasando mal menos la corrupción, en un Veracruz que la muerte escogió para vivir en brazos de un gobierno admirador del ex dictador español Francisco Franco.
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–¿Qué detonó tu salida de Veracruz? ¿Qué día saliste del estado?
–Salí el 9 de junio por un acoso de desconocidos. Salí a las 9:00 horas del martes 7 de junio a trabajar y una persona me observó detenidamente. No le puse mucha atención. De ahí fui a mi cobertura. Regresé a mi casa, en eso, por Facebook, me avisó una compañera que estaban estudiantes reunidos en una mesa de diálogo con autoridades de la Universidad Veracruzana. Me fui a las tres de la tarde y exactamente en la esquina de mi casa había tres sujetos con un taxi prendido. No quise mirarlos porque noté la presencia muy insistente. Pude identificar a uno. Saqué mi teléfono para anotar sus señas, cuando paro mi taxi, volteó a verlo y me toma una foto. Me subí al taxi, los tipos mal encarados, no eran de ahí de Xalapa. Tenían pinta porteña. Ahí me di cuenta que era el mismo que vi en la mañana. Por la tarde iba camino a mi casa y veo que vienen dos tipos hacia mí en actitud violenta, se vienen y no se quitaron. Yo me pegué a la pared, y uno de ellos me pasa cerca, sentí su respiración. Me puse de lado, no lo seguí con la mirada, seguí mi camino, volteo y me están viendo. Iban de negro. Me vine al DF el jueves nueve.
–¿Qué coberturas haces en Veracruz? ¿Crees que detonaron este acoso?
–Yo me especializo en movimientos sociales. Tengo una portada en la revista Proceso con el Gobernador, esa portada lastimó mucho, de hecho la compraron a granel…
–¿Qué foto es?
–Es una fotografía donde el Gobernador sale con una gorra de policía y de perfil que va caminando. Nosotros en Xalapa nos hemos manifestado siempre que asesinan a un compañero. Fui golpeado en el desalojo de maestros en 2013, en la plaza Lerdo, junto con otros compañeros, a raíz de eso tuvimos que ir a marchar. Hicimos que el Congreso hiciera la Comisión para la Atención y Protección de Periodistas, que no sirve de nada. Estuve en la colocación de la placa en la plaza Lerdo, donde le pusimos Regina Martínez –otra periodista asesinada–. He dado cursos de seguridad para los fotógrafos y me han hecho saber que soy incómodo para el gobierno del estado.
–¿Cómo te hacen saber eso?
–No me dejan entrar a los eventos oficiales. En una ocasión cuando fue lo de los 35 cuerpos que encontraron en el monumento a los voladores de Papantla, en Boca del Río, el entonces Procurador Reynaldo Escobar Pérez iba a dar una conferencia. Entonces me dice una persona encargada de prensa, Edwin, no recuerdo su apellido, que yo qué hacía ahí, que yo no tenía nada que hacer y que estaba estorbando. Entonces de ahí comenzaron a tomarme fotos por parte de la gente de Gobierno del Estado.
–¿Sólo te acosan a ti?
–A mí y al grupo de los periodistas en los que estoy.
–Este último acoso que detonó que te salieras del Estado está muy cerca al ataque a los jóvenes de la Universidad Veracruzana, ¿tú cubriste esto?, ¿tomaste fotos de la escena?
–De todo. Lo que pasa es que lo que hago es darle seguimiento a los casos. No me quedo con tomar eso que pasó a los estudiantes y ya. Con todos los movimientos que han tenido los estudiantes. Cubrí el del 20 de noviembre del mismo año que asesinaron a Regina [Martínez], en el desfile estaba Javier Duarte y no podíamos estar en frente del templete. A los fotógrafos y camarógrafos nos encerraban a los lados.Yo pedí que me dejaran tomar unas fotos y en el momento que me acerco, veo que despliegan una manta que decía: ‘Javier Duarte, el pueblo te tiene en la mira, no perdona ni olvida’. En eso viene un estudiante y me dice que estaban golpeando a unos de sus compañeros. Le di la cobertura y cuando tomo la foto de que estaban deteniendo a los estudiantes, me toma del cuello una persona de la Ayudantía del Gobierno del Estado y me dice: ‘deja de tomar fotos si no quieres terminar como Regina’. Eso me lo dijo una persona de gobierno. Son policías vestidos de civil. La persona que orquestó el operativo de esos estudiantes está en la Secretaría de Seguridad Pública. Había una señora que iba saliendo de hacer sus compras, que les dijo que dejaran de golpear a un estudiante y llegó ese personaje: a la señora la jaló del cabello, le tiró sus compras y se la llevó a golpes. Estamos hablando de una anarquía generalizada. No puedes decir nada ni hacer nada. Había fracotiradores arriba de un hotel para el desfile.
LA LISTA NEGRA
–Hace unos días vinieron los jóvenes que fueron agredidos a machetazos en Veracruz, dijeron que hay una lista negra de personas incómodas para el gobierno. ¿Estás en esa lista?
–No, de hecho yo pensé que iba a estar en esa lista, pero no estoy.
–¿Hay otros compañeros tuyos, fotógrafos, periodistas qué estén?
–No, puro activista, consejeros del INE [Instituto Nacional Electoral] y gente del PT [Partido del Trabajo]. A mí me llaman los mismos compañeros fotógrafos ‘anarquista’, porque he cubierto ese tipo de eventos.
–¿Me estás hablando de la misma prensa? ¿Te llaman fotógrafo anarquista?
–De hecho, al grupo que tenemos nos han llamado guerrilleros. A mí me han llamado guerrillero, porque he dado cursos de seguridad y profesionalización a los compañeros. Me parece ridículo.
–¿Y qué arma cargas para que te digan guerrillero?
–Ninguna. Mi cámara y ética sobre todo. Nunca he recibido un sólo peso. No lo pienso hacer. Cada que sale un estudiante y se mete al gremio trato, de si lo quieres llamar ‘robármelo’ y decirle, ‘oye no recibas dinero’, esto no es así.
–¿Hay mucho “chayoteo” en Veracruz?
–Yo creo que el 98 por ciento de la prensa.
–¿Estamos hablando desde directores hasta reporteros?
–Sí claro. De hecho hay compañeros que ya los mandaron a pura cultura, para que no hagan nada, que no hagan investigación. Lo que ya no se quiere hacer en Veracruz es periodismo de investigación, está prohibido, todos deben conformarse con el boletín. Estamos hablando de que van 12 compañeros asesinados, cuatro desaparecidos y del 2000 a la fecha, 17 exiliados. Y cada que llama un Diputado y el mismo Gobernador a sus ‘Desayunos de la Libertad de Expresión’, se llena, porque desgraciadamente la prensa en Veracruz está al servicio de quien le echa de comer.
–¿Qué les dan en ese desayuno de la libertad de expresión?
–Pues mira ahorita un compañero se ganó un coche…
–¿Rifan automóviles?
–Sí, coches, pantallas, teléfonos, iPads. En el caso de Víctor Báez, un periodista asesinado que era director de Reporteros Policiacos, él fue a uno de esos desayunos, se ganó un coche y a la semana lo aventaron destazado enfrente del Diario de Xalapa. Le duró una semana su coche. Yo estoy muy en desacuerdo con que a la prensa se le tenga que dar dinero, no tiene que hacerlo. Entiendo que los sueldos son bajos, pero si exigimos prestaciones, seguro como gremio, posiblemente lo vamos a conseguir, pero para todos es más fácil recibir dinero. Apenas el Diputado Renato Tronco, que quiere ser Gobernador, hizo un desayuno de la libertad de expresión y hasta compañeros que han estado participando en marchas, lo ven como normal y se ganan el coche, las pantallas; no se dan cuenta que eso les traerá consecuencias malas: ‘yo te di, ahora tu me tienes que atender a mí’, esa es la realidad de Veracruz, así se maneja la política, el periodismo, así se maneja a la sociedad. Es una prensa ridículamente ultrajada por el gobierno. Puedes ver portadas con el boletín, ni la cabeza le cambian, es la misma foto y misma cabeza en todas las portadas. Cuando quemaron la Junta Local del INE, en Ruiz Cortines, llegamos los medios, atrás de nosotros venían unos albañiles, entonces los granaderos los detuvieron y nosotros les tomamos fotos. Lo grave de esto, no es esa detención sin sustento, lo grave es que la que dirigió la detención es una periodista. Ella fue la que le dijo a los policías: huélele las manos, ábrele la mochila, revísale esto y es una periodista que porta armas y que su hija está trabajando en la Procuraduría de Justicia.
–Rubén, ¿a quién le informaste y dónde solicitaste ayuda sobre las amenazas para venirte a México?
–He hablado con Artículo19, con el CPJ [Comité para la Protección de los periodistas], con los medios con los que colaboro, con Proceso y Cuarto Obscuro, con AVC, ellos están conscientes. Estoy buscando a Periodistas de a Pie, porqué en Veracruz no hay esa garantía. La Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas no sirve de nada. El día de la golpiza del 14 de septiembre a un compañero le dieron con toletes eléctricos en el corazón y la misma Comisión le dijo: ‘Mejor recibe dinero, no hagas escándalo, ya te pasó, ya te robaron’. He venido acá y me preguntan si ya me acerqué a la Comisión. No tienen idea de la corrupción que hay en esa Comisión. Yo no confío en ninguna institución del Estado, no confío en el gobierno, temo por mis compañeros, temo por mí. No es nada más Rubén, es familia, amigos, yo no quiero perjudicar a nadie más con eso.
–¿En Veracruz gobierna la represión?
–Viene una represión muchísimo más grande que la que tenemos hoy en día y recordemos que Javier Duarte, al inicio de su mandato dijo que era admirador de Franco, es un referente al que la gente no puso mucha atención y lo están viviendo los veracruzanos. Sólo le pido a la gente, a la sociedad y a los periodistas que volteen a ver a Veracruz, porque nos están matando a toda libertad de expresión.
–¿Cómo cambió tu vida luego de venir al DF?
–Me molesta mucho que una persona decida el rumbo de mi vida. Que por un capricho, una necedad, una inmadurez a todas luces notable, tenga que salirme de un estado al cual quiero muchísimo
–¿Cuántos años tenías allá?
–Ocho años, mi casa, mi empleo, mis corresponsalías, la gente que quiero y llegar acá, me da mucha tristeza más bien.
–¿Estás empezando de cero aquí?
–Pues no de cero, pero pues sí lo siento así. Me han apoyado mucho, pero me siento triste y muy enojado de que esté sucediendo esto y nadie haga nada. Que la prensa te saque columnas diciendo que es por llamar la atención, cuando no voltean a ver que hay 12 personas asesinadas. Que los mismos compañeros digan cuando te golpean en las marchas que es algo natural, gajes del oficio, no lo entiendo. Estoy preocupado por mis compañeros, porque les están cerrando las vías de comunicación. Me cuesta trabajo arrancar otra vez para acá. Ya no me acostumbro a la dimensión de la ciudad, es complicado para mí, porque los recursos que traigo comienzan a terminarse. El transporte aquí es caro, comidas más caras, la renta más cara, claro me está costando mucho trabajo y la intención que tengo es regresar, cuando el estado dé condiciones para poder trabajar, no quiero que exista un número 13 y 14. Es triste pensar en Veracruz, no hay palabras para decir lo mal que está ese estado, ese gobierno, la prensa, y lo bien que está la corrupción. La muerte escogió a Veracruz, la muerte decidió vivir ahí.