Baja California es el objeto del deseo para los políticos mexicanos. Más que el regreso de los priistas a la gubernatura, en manos de Acción Nacional desde 1989, el tricolor se juega desde la continuación del Pacto por México hasta el dominio del partido. Es la batalla entre el grupo del Presidente, Enrique Peña Nieto, y del coordinador de los diputados, Manlio Fabio Beltrones.
Ciudad de México, 1 de julio (SinEmbargo).- En Baja California no sólo está en juego la gubernatura. El estado es también una arena política en la que el 7 de julio se pondrán en juego tanto los intereses del Presidente Enrique Peña Nieto como del coordinador de los priistas en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones.
Ambos tienen intereses distintos: a Peña Nieto le preocupa que si gana el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se resquebraje el Pacto por México; al segundo le interesa consolidar su grupo, a través del candidato a Gobernador, Fernando Castro Trenti.
Beltrones sigue manejando su corriente política con poder preponderante en el Revolucionario Institucional. En 2001, cuando Elba Esther Gordillo renunció como secretaria general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) para unirse a Roberto Madrazo en la búsqueda por la dirigencia nacional del partido, Beltrones la relevó y el movimiento se hizo redituable.
La fuerza que Beltrones ganó durante la dirigencia de Madrazo podría abstraerse en un resumido análisis del investigador José Antonio Crespo, quien al presentar, por esas fechas, su libro De la hegemonía a la oposición, aseguró que Madrazo no reunía las condiciones de presentarse como líder totalmente renovado, fresco o nuevo, a pesar de su juventud.
En 2006, mientras Madrazo cambiaba la presidencia del PRI por la candidatura presidencial y líderes de todas las corrientes se peleaban por el cargo vacante, Beltrones no se enajenaba: miró, discretamente, hacía el Congreso de la Unión, donde acabó quedándose con la coordinación del partido y la Presidencia del Senado. Y desde donde se volvió un contrapoder real de Los Pinos.
Pasado todo ese tiempo, Crespo mantiene su análisis:
–¿Cree que aún cuando Peña Nieto ha hecho esfuerzos por quedarse con el control absoluto del PRI, Beltrones maneja su grupo aparte?
–Yo sostengo que en el PRI sí hay dos grupos: el de Manlio Fabio Beltrones y el de Enrique Peña Nieto- contesta vía telefónica por Sinembargo.
–¿Qué significa para Beltrones ganar Baja California?
–Lo fortalece. Un aliado nunca está de más. Lo fortalece frente a Peña Nieto.
–¿Qué significa para Peña Nieto un triunfo del PRI en Baja California?
–Debilita a Gustavo Madero (presidente nacional del Partido Acción Nacional, PAN). Y eso obliga a tener que hacer otro tipo de negociaciones dentro del Pacto por México. Entonces lo obliga a negociar más directo con Ernesto Cordero.
El amigo del ex Presidente Felipe Calderón fue depuesto recientemente como coordinador de la bancada del PAN en el Senado cuando 23 senadores, de 38 con que cuenta el grupo parlamentario, empezaron a levantar fuerte la voz contra los acuerdos suscritos a puerta cerrada entre su líder, Madero, y el partido en el poder. La queja, que además incluía críticas por el trato “sutil, de porras y fanfarrias” a Peña Nieto, ganó adeptos en la Cámara de Diputados. En medio de una guerra de lodo que viven los panistas, Cordero conduce sus embestidas para ir por la dirigencia nacional del partido.
Mientras a Peña Nieto le convendría perder Baja California y a Gustavo Madero ganar las elecciones para que los acuerdos del Pacto por México marchen con la inmediatez con que han salido las reformas educativa y de telecomunicaciones, a Cordero le conviene la derrota del PAN frente al candidato de Beltrones.
Mediante esta extraña combinación, no sólo él fortificaría su propia corriente sino también Beltrones. Cosas de la política.
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Los dos grupos en el PRI, sin embargo, han sabido llevar la fiesta en paz no sólo en este proceso electoral sino en lo que va del sexenio. Tal parece que aprendieron de sus errores: El hundimiento del partido en 2000 se originó debido a guerras internas por el poder. Las batallas se prolongaron todo el sexenio siguiente e impidieron la recuperación en las elecciones de 2006 y peor aún, el PRI pasó a ser la tercera fuerza política.
La conducta de unidad en el Revolucionario Institucional en torno a Peña Nieto así como, paradójicamente, las mismas disputas internas pero injertadas en el PAN, entre otros factores, desterraron de la Presidencia al partido de Felipe Calderón. Por eso, en el PRI, aunque haya desacuerdos domésticos con los grupos Toluca e Hidalgo, que dominan Los Pinos, nadie se avienta la bronca de contradecir la línea presidencial. Todas las quejas de priistas inconformes quedan off the record.
–Hasta ahora no se les ve confrontándose. Pero la política es de coyunturas, ya veremos más adelante- dice José Antonio Crespo.
Veinticuatro años después Baja California vuelve a ser punto de análisis.
A 61 años de dominio hegemónico del PRI, que inspiró a Mario Vargas Llosa para describirlo como el partido de la dictadura perfecta, el Revolucionario Institucional perdió el primer estado del país: Baja California, en 1989. Siempre quedará la sospecha de que el entonces Presidente, Carlos Salinas de Gortari, lo cedió al PAN como parte de una “concertacesión” política para avanzar en su proyecto sexenal, cambiar más de 40 artículos constitucionales, privatizar Teléfonos de México (Telmex) y otras empresas, suscribir el TLC con América del Norte, así como reformar la propiedad agraria, el régimen de las iglesias y hacer modificaciones sindicales.
La entonces candidata del PRI derrotada, Margarita Ortega Villa, con quien el actual candidato Castro Tentri trabajó en campaña, confiaría a amigos suyos por qué perdió: “Me quitaron los recursos, mientras al PAN le llovían los apoyos; desde el DF dieron la instrucción a Tijuana de que los priistas votaran de manera dividida; me hicieron una campaña misógina; y tuve al gobierno del estado en contra”.
El Presidente Peña Nieto, quien montado en su popularidad como Gobernador del Estado de México, viajaba los fines de semana a los estados a acompañar a los candidatos del partido, pero no ha ido a Baja California a apoyar al candidato de Beltrones. La única visita la hizo a principios de año cuando el nombre de Jorge Hank Rhon sonaba fuerte y registraba más de 40 puntos de ventaja sobre cualquier panista por lo que se daba como un hecho que podría convertirse en el candidato del PRI en el estado.
¿Vuelve la concertacesión a Baja California? Ésa es la pregunta que la clase política se está haciendo. Baja California junto con Guanajuato, donde domina otro grupo del PAN (el Yunque), es lo único que le queda al partido que hizo la hazaña en 2000 al echar al PRI de Los Pinos.
En la actualidad, como parte de los temas pendientes del Pacto por México están: la Reforma Política, la Reforma Hacendaria y la Reforma Energética, independientemente de algunos otros temas que los partidos estarán presentando como una agenda propia. Pero la energética es uno de los grandes proyectos del sexenio peñista.
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Manlio Fabio Beltrones sostuvo sus deseos de ser candidato presidencial del PRI hasta el último minuto previo a la inscripción de aspirantes para el proceso electoral de 2012. La mayoría de los 21 gobernadores del partido, así como sus principales organismos afiliados como Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Nacional Campesina (CNCO) y la CNOP se habían rendido ante la deslumbrante figura de Peña Nieto, el candidato más popular de los últimos tiempos.
El ex Gobernador del Estado de México, entonces de 45 años y con una esposa que había logrado los más altos raitings en televisión como protagonista de telenovelas, parecía un político indomable dentro y fuera de casa. Aún así, el combate estaba declarado por parte de Beltrones, un tipo con la escuela política del ex Secretario de Gobernación Fernando Gutiérrez Barrios de temperamento como el hielo e impresionante trayectoria. Le había hablado al oído a siete presidentes de la República y se consolidó como el gran custodio de la seguridad nacional de este país durante más de 30 años.
Hasta a finales de noviembre de 2011, Beltrones se hizo a un lado. “He decidido no participar en el proceso interno por la candidatura presidencial, optando por ser un hombre útil al interés de mi país y de mi partido”, redactó en un comunicado.
Dejó el camino libre a Peña Nieto y aseguró: “No habrá fractura en el PRI. No podemos permitirnos la división”. Unos meses después, Manlio Fabio Beltrones, también ex Gobernador de Sonora, se quedó con la coordinación de la Cámara de Diputados. Sin embargo, desde el proceso de transición él estuvo totalmente alejado del grupo más cercano del Presidente electo.
Estaban en el cuarto de guerra preparando la llegada a Los Pinos: Luis Videgaray Caso, Miguel Ángel Osorio Chong, Ivonne Ortega Pacheco, Emilio Chuayffet Chemor y Luis Enrique Miranda Nava. Esos hombres eran el primer círculo del nuevo emperador priista, pero el nombre de Manlio Fabio ni si quiera se mencionó por equivocación en el segundo o tercer círculo del grupo en el poder.
¿Hacía dónde se conduce Beltrones? Los priistas que hablan sin grabadora de por medio definen que es parte de la estructura y de los equilibrios de poder en México y que buscará llegar hasta donde le sea posible. En 2018, el coordinador de los diputados del PRI tendrá 66 años.
Víctor Espinoza, investigador del Colegio de la Frontera Norte, también cree que un triunfo del PRI en Baja California redimensionaría el poder de Manlio Fabio Beltrones.
-A nivel nacional está la existencia de grupos: el de Peña Nieto y Manlio. Son dos grupos fuertes y es evidente que empiezan a hacer sus sumas y restas de aquí al año 2018- dice el investigador.
Espinoza afirma que en el caso del PRI, en Baja California también hay dos grupos y el de Fernando Castro Trenti y el de Jorge Hank Rhon, quien se hizo a un lado para brindar cualquier apoyo al candidato de Beltrones.
-El rumor de que está negociada la derrota del PRI en la entidad, sin duda proviene de enemigos de Manlio Fabio porque en su lectura un triunfo de Castro redoblaría su poder. Pero eso no pesa acá, es una visión muy centralista- explica vía telefónica desde Tijuana.
El investigador cree, contrario a lo que se dice en los pasillos políticos, que un triunfo del PRI en Baja California beneficiaría a Peña Nieto.
Como sea, las elecciones se llevarán a cabo en seis días y por primera vez en 24 años, Castro Trenti tiene posibilidades de recuperar para el PRI el gobierno de la entidad que abrió paso a la democracia en el país, pero cualquiera que fuera el resultado puede reorientar la brújula de la política nacional.
¿Va hacía la candidatura presidencial aún sin el consentimiento de quien se ha quedado con el control del PRI?