La Secretaría de Salud lanzó una nota informativa sobre las repercusiones en la salud por el cambio de horario, luego de que el Presidente indicara la posibilidad de eliminarlo.
Ciudad de México, 1 de junio (SinEmbargo).- ¿Es dañino el cambio de horario por la llegada del verano o invierno? Esta mañana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador informó que su administración considera dejar de implementarlo debido a los daños a la salud que implica y porque el ahorro logrado es “mínimo”.
Durante la conferencia matutina, el Presidente indicó que “hay mucha posibilidad de quitarlo”, probablemente para octubre.
Sobre la razón de ello, el mandatario dijo que “es mayor el daño a la salud que la importancia del ahorro económico”.
Al respecto, una nota informativa de la Secretaría de Salud (SSa) ahonda en las alteraciones biológicas, psicoemocionales y sociales que el cambio de horario conlleva al desequilibrar el reloj biológico por las diferencias en el tiempo de exposición al sol.
“Varias Sociedades Internacionales del Sueño aconsejan un horario sin cambios y recomiendan mantener el horario de invierno de forma permanente (…) promueve un ritmo biológico más estable que el de verano, mejorando el rendimiento intelectual, y ayudando a disminuir enfermedades del corazón, obesidad, insomnio y depresión”, reza la nota.
En cuanto a las personas más susceptibles a verse afectadas se encuentran los adultos mayores y los menores, quienes necesitan más de siete días para adaptarse.
“La desincronización con el ambiente altera nuestro orden temporal interno causando problemas físicos y mentales, y dichos problemas se presentan más a menudo en los días posteriores al cambio de horario”.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, entre las repercusiones que puede ocasionar el cambio de horario se encuentran la somnolencia, irritabilidad, dificultad en la atención, la concentración y la memoria, así como cambios en el sistema digestivo que van desde mayor secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno del apetito.
En el ámbito psicoemocional, se mencionan depresión e ideas suicidas, dependiendo de horarios y latitudes.
En la esfera social, la nota indica que hay mayor riesgo en quienes requieren de un máximo de concentración para realizar actividades diarias, tales como pilotos, profesores y empleados. En el caso de los estudiantes, los daños se enfocan en mayor fatiga, menor productividad y más uso de estimulantes.
“Algunos estudios sugieren una asociación entre el horario de verano y el aumento de la ocurrencia de infarto cardíaco, especialmente en la primera semana después de ser implementado. Los posibles mecanismos incluyen la privación del sueño, la desalineación circadiana y las condiciones climáticas. El papel del género y la preferencia individual en los ritmos circadianos necesitan mayor evaluación”, continúa el texto.
“Un ritmo biológico más estable mejora el rendimiento intelectual, disminuye el riesgo de enfermedades del corazón, obesidad, insomnio y depresión”, dice la nota de la Secretaría de Salud.