En Nido de poesía, compilación de ocho autores mexicanos, el amor, la esperanza, muerte, soledad, naturaleza, vida cotidiana y arte son algunos de los temas de los que el lector puede disfrutar.
Ciudad de México, 1 de junio (SinEmbargo).- La poesía es un continuo viaje. Miles de mundos se abren cuando diversos poetas comparten su obra en un libro como sucede en Nido de poesía.
Este libro es el primero que la editorial LibrObjeto publica. Coordinado por Diana Ramírez Luna, cuenta con un prólogo escrito por Eduardo Langagne, el director general de la Fundación para las Letras Mexicanas.
En Nido de poesía, compilación de ocho autores mexicanos, el amor, la esperanza, muerte, soledad, naturaleza, vida cotidiana y arte son algunos de los temas de los que el lector puede disfrutar.
El libro surgió como producto de una convocatoria para difundir poesía en un portal digital. Posteriormente, cuenta la coordinadora de la obra, se optó por llevar al impreso este esfuerzo.
Así nació Nido de poesía, un libro que da un pincelazo a la diversidad temática que la poesía mexicana posee. Es, como dice Langagne, “un arcoíris de propuestas”.
Y el arcoíris inicia con la tonalidad violeta de Adriana Dorantes. El pasado, la muerte y el autoconocimiento, son los temas que la ganadora del Premio “Rosario Castellanos” destina en los seis poemas contenido en el libro.
El viaje por los colores con Arely Jiménez. La nacida en Aguascalientes comparte dos poemas sobre la vida cotidiana de un albañil (“y recuerda en murmullos: los niños, el gas, la luz, el agua, unos calzones para su mujer”) y tres fragmentos de otro titulado Cuadernos de viaje.
Si la poesía fuera de colores, la de Aldo Vicencio, el tercer autor de esta compilación, pone énfasis en la eternidad de los recuerdos.
Mientras Nadia López, ganadora del Premio a la Juventud 2018, apunta hacia la conexión de los humanos con la naturaleza; así como la importancia de preservar las lenguas originarias, en su caso, el Ñuu Savi, hecho que le ha valido el reconocimiento nacional.
José Méndez nos habla sobre la familia y sus recuerdos. Sus letras se convierten en calidez, como si el lector realizar el viaje por el color rosa del arcoíris. En particular destacan Primeras horas después del destello y Primer año de luz, este último una carta a un ser que inicia su camino por la vida.
Con Ingrid Valencia, la poesía se vuelve anhelo, el deseo de besos de mezcal hasta el momento en que “estoy mirándote partir”. Sus seis poemas pueden ser el viaje por el color naranja de este arcoíris poético.
Antonio Guevara nos lleva hacia la vigencia del ayer, de pieles y besos del pasado, de instantes que se pierden en deseos o resacas, o la percepción de un horizonte cada ez más lejano.
Finalmente, Jesús de la Garza comparte cinco poemas relacionados con la obra de Andy Warhol, misma que le hizo ganar el premio internacional de poesía Gonzalo Rojas Pizarro en 2017.
En síntesis, Nido de poesía es un gratificante viaje para todos los involucrados en la obra. Para los poetas al permitir que sus letras se revitalicen. Para la editorial por el esfuerzo realizado a la hora de compilar la obra. Y para los lectores que disfrutarán de miles de universos, letras y esfuerzos que nos hacen recordar que la poesía mexicana está viva.