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General Gallardo

01/06/2018 - 12:00 am

Inteligencia

La cooperación conjunta y armónica de las partes de un todo, se acciona, se logra a través de los sistemas de información, es decir de la obtención y generación de información que una vez requerida para la toma de decisiones de gobierno y para la seguridad nacional, se transforma en INTELIGENCIA.

“El papel del CISEN consiste en alertar y proponer medidas de prevención, disuasión, contención y neutralización de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio”. Foto: Saúl López, Cuartoscuro

Antes de entrar en materia, un comentario, si el Estado es una comunidad/organización humana que al interior de un determinado territorio reclama para sí, el monopolio de la coacción física legítima, entonces hurgamos sobre un ente conocido como SISTEMA, cuyo funcionamiento se explica mediante las relaciones internas de sus partes: pueblo, territorio, gobierno, y de los mecanismos de control internos y externos que tienden a lograr el equilibrio de tal sistema: el Estado a través de los manejos de información, para lograr la paz, la convivencia, el desarrollo y la seguridad de la comunidad humana la cual se dio tal organización.

Decía en entrega anterior, la Constitución mexicana, previene para la defensa y seguridad de la nación, tres tipos de fuerzas: LAS FUERZAS ARMADAS, LA GUARDIA NACIONAL Y LA POLICÍA. (Art. 21, 31, y 89) Cada una de ellas tiene funciones específicas y jurisdicciones perfectamente bien definidas y delimitadas constitucionalmente, pero implícitas bajo un sistema organizativo basado en un principio sinérgico, entiéndase de cooperación conjunta y armónica de las partes de un todo para optimizar esfuerzos y garantizar la consecución de un objetivo: el desarrollo y la permanencia del Estado mexicano para sí y dentro de la comunidad internacional; luego se trata de un asunto de seguridad nacional.

La cooperación conjunta y armónica de las partes de un todo, se acciona, se logra a través de los sistemas de información, es decir de la obtención y generación de información que una vez requerida para la toma de decisiones de gobierno y para la seguridad nacional, se transforma en INTELIGENCIA.

Así las cosas, lejos de estos criterios sistémicos y sinérgicos, que puede producir un sistema de INTELIGENCIA, a contrario de cualquiera expresión democrática, nuestro país cuenta con un perfecto y sofisticado sistema de espionaje: “Un número indeterminado de ciudadanos mexicanos es considerado, por sí mismo o por las organizaciones en que participa, actor de una de las “amenazas” a la seguridad del Estado mexicano. Sin saberlo, a veces sin siquiera sospecharlo, activistas, campesinos, colonos, trabajadores, estudiantes, amas de casa, profesionistas, maestros, periodistas, políticos son objeto de espionaje y acoso por parte de los organismos de inteligencia, civil y militar del Estado mexicano”. (Contralínea 349)

Este adefesio, está conformado por la Secretaría de Gobernación, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, que se dice ser, “Un órgano de inteligencia civil al servicio del Estado Mexicano cuyo propósito es generar inteligencia estratégica, táctica y operativa que permita preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, dar sustento a la gobernabilidad y fortalecer al Estado de Derecho.

El papel del CISEN consiste en alertar y proponer medidas de prevención, disuasión, contención y neutralización de riesgos y amenazas que pretendan vulnerar el territorio, la soberanía, al orden constitucional, las libertades e instituciones democráticas de la población mexicana, así como el desarrollo económico, social y político del país”; se suma la Secretaría de la Defensa Nacional, Sección II del Estado Mayor (Inteligencia); sus pares en la Secretaría de Marina-Armada de México, Estado Mayor Presidencial y la Policía Federal.

Estas entidades de seguridad nacional son las que determinan motu proprio, cuáles son los intereses, objetivos y aspiraciones nacionales y cuáles las actividades que implican amenazas y riesgos para la nación. El Plan Militar de Defensa Nacional (a cargo de la Sedena) y la Agenda Nacional de Riesgos (a cargo del Cisen) son documentos que se guardan celosamente “en caja fuerte”, lejos de la mirada del Congreso de la Unión y más aún, de los medios de comunicación y la sociedad.

Con recursos públicos, que no son auditados se investiga y se “contienen, neutralizan o desactivan” a los “enemigos” de la nación, que pueden ser organizaciones estudiantiles, grupos de campesinos que se oponen a una minera, activistas, disidentes políticos e ideológicos del grupo en el poder. Todo, en nombre de la “seguridad nacional”. Tal es el hecho, que existen documentos de los organismos de inteligencia civil y militar que dan cuenta de la utilización de recursos públicos para infiltrar e intentar desactivar a movimientos sociales que realizan sus actividades políticas dentro de estos los marcos legales.

Pero a todo esto, ¿Qué es la inteligencia? ¿Qué abarca la inteligencia? Se denomina inteligencia a un producto, que es conocimiento, información elaborada. También, a una actividad o función estatal. Asimismo, a una organización, que suele constituir un conjunto de organizaciones.

Se expresa que “inteligencia, es el conocimiento que civiles y militares, que ocupan cargos elevados, deben poseer para salvaguardar el bienestar nacional”. De aquí se advierte que este conocimiento es requerido para salvaguardar el bienestar de la Nación, no de un gobierno, partido o grupo de individuos.

Así las cosas, “La inteligencia se refiere a información relevante a la formulación e implementación de política de un gobierno para promover sus intereses de seguridad nacional y para enfrentar amenazas a esos intereses de adversarios actuales o potenciales.

Esta puede incluir información acerca de asuntos políticos internos y desenvolvimientos sociales, así como estadísticas económicas y demográficas. Cuanto material de este tipo esté actualmente publicado, depende de la naturaleza del régimen político. En una sociedad democrática, este tipo de material está casi siempre a disposición del público. Un sistema autoritario, sin embargo, a menudo lucha por ocultar cualquier información sobre su política interna, economía, fuerzas militares, o sociedad. (Shulsky)

Si concebimos la inteligencia como un producto, debemos considerar que ese producto parte de una materia prima: la información. También, que ese producto se origina en un ciclo teóricamente eterno.

El ciclo de la inteligencia es el proceso por el cual se procede a la adquisición de la información, a su elaboración hasta convertirla en inteligencia terminada, y suministrada a los formuladores de decisiones.

Hablamos de la existencia de un ciclo, por cuanto se inicia, a través del planeamiento y dirección, presentes durante todo el ciclo, con la obtención de la información.

Se adquiere la información que ha sido determinada como necesaria a través del planeamiento, o de requerimientos formulados por consumidores de inteligencia que experimentan necesidades surgidas de acontecimientos súbitos o coyunturales.

La información obtenida, que puede provenir de fuentes abiertas o clandestinas, y entre estas últimas, de fuentes humanas, o de diversos sistemas técnicos, reconocimiento, es inicialmente tratada para otorgarle utilidad.

La información será traducida, y será sometida a procesos técnicos para mejorar su calidad, y transcrita al papel. Luego, la información será evaluada, analizada y correlacionada e integrada con la proveniente de otras fuentes, así como con el conocimiento existente sobre la materia.

Del análisis habrán de surgir los productos de inteligencia, análisis, evaluaciones. Estos deberán ser puestos a disposición exclusivamente de los consumidores previamente determinados, funcionarios responsables de formular políticas en las materias de que tratan los productos así diseminados. Obtenidos y utilizados aquéllos, los consumidores advertirán la necesidad de su actualización, o la existencia de otras necesidades. Tales circunstancias se harán del conocimiento de los planificadores y directores, o representarán nuevos requerimientos, reiniciándose el ciclo, cuya adecuada realización requiere una retroalimentación constante de los consumidores. (Goodman)

De estos trazos sobre cómo los sistemas de información, pueden producir INTELIGENCIA, para que las instancias destinadas constitucionalmente para hacer cumplir la ley, puedan a través de criterios sistémicos y sinérgicos, dar seguridad a la comunidad social e institucional del Estado; está sediento nuestro país, por tanto se debe impulsar la creación de un sistema de inteligencia de Estado, con los mecanismos de control adecuados tanto ejecutivos como legislativos y judiciales, para evitar desbordes y distorsiones que se puedan hacer por parte de las instancias que manejan este tipo de información.

Para lograr un cambio de régimen de un sistema autoritario a uno democrático, es necesario una reforma profunda a los criterios de inteligencia que históricamente ha manejado el poder público en México, a fin de imponer un control social y sostener un sistema de impunidad y privilegios.

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