Por Miguel Colunga
Ciudad de México, 1 de mayo (SinEmbargo/LaCiudadDeportiva).- Joao Havelange y Vito Corleone podrían tener la misma edad. Ambos, físicamente similares, cara grande, dobleces de piel que caen unos sobre otros, dibujan un rostro avejentado. Arrugas que en una historia romántica serían muestra de la experiencia al andar por la vida.
Pero tanto para Vito como para Don Joao, las arrugas son testigos de corrupción y manejos turbios del dinero y de los negocios. Como sucedía con el personaje principal de “El Padrino”, en el futbol de la década de los 70 y 80 nada se movía si Joao Havelange no quería. El oriundo de Brasil, nacido un 8 de mayo de 1916, todo lo analizaba con lupa. Miraba los pros y contras de las sedes de Mundial de Futbol y si bien le parecía daba el visto bueno.
Desde su llegada a la máxima autoridad del futbol, la FIFA, Havelange no la tuvo fácil. Señalado insistentemente de actos de corrupción, trazó una historia futbolística de 24 años. En dos décadas y media sumó dinero como nunca antes había registrado la FIFA. Pero también, sumó dinero a sus cuentas personales.
Para 1974, año en que Havelange tomó la silla de la FIFA, el cine norteamericano resplandecía con la segunda parte de “El Padrino”, que tuvo como actores principales a Al Pacino y Robert De Niro. En el futbol, Alemania Federal era sede del Mundial de Futbol y se alzó como campeona de esa justa deportiva.
Todo parece cuadrar a la perfección.
A raíz de una investigación realizada por la FIFA, llevada a cabo por al actual Presidente de la Federación, Joseph Blatter, es que se confirma lo que dirigentes y Presidentes de federaciones de futbol ya sabían: Joao Havelange es encontrado culpable de actos de corrupción, junto con otros trece dirigentes del futbol, se beneficiaron económicamente de sus cargos en la FIFA para llevar a sus cuentas hasta 20 millones de euros, entre 1992 y el año 2000.
Blatter no quiso dejar nada a la suerte. Creó una comisión investigadora de los casos de corrupción en el deporte, y así fue como encontró que Joao Havelange (dirigente de la FIFA entre 1974 hasta 1998); el expresidente de la Confederación Brasileña (CBF) Ricardo Teixeira -y también yerno de Havelange-; al paraguayo Nicolás Laoz; el expresidente de la Concacaf Jack Werner, como parte de una red de corrupción que supieron jugar sucio en pleno terreno de juego y pasar desapercibidos. La lista no termina ahí. Según la FIFA en próximos días se darán a conocer al menos otros diez nombres de dirigentes deportivos salpicados por un escándalo más de corrupción deportiva.
La corrupción de Havelange no se limita a lo deportivo. Según el portal de noticias El Confidencial, el brasileño también habría sobornado al fiscal suizo que llevó su caso y el de sus colegas, para que se le diera carpetazo y no fueran juzgados por estos delitos. “El delito nunca tuvo castigo en los tribunales porque Havelange y compañía consiguieron que las investigaciones del fiscal suizo Thomas Hidbrand archivaran el caso a cambio de un pago de 5 millones de euros“, refiere el medio electrónico.
Y es que la historia de cómo fue que Havelange triangulaba el dinero es digna de una cinta de Francis Ford Coppola. A través de una empresa de márketing llamada International Spors and Leisure (ISL), se gestionaban los derechos de transmisión televisiva de los mundiales. ISL, a final de cuentas, se fue a la bancarrota en el 2001, dejando un bache financiero a la FIFA, ya que ésta empresa le redituaba a la Federación de futbol aproximadamente 2,000 millones de euros.
¿Qué ha sido de los cuatro principales inculpados: Havelange, Teixeira, Laoz, Werner? Cada uno de ellos tiene sus propias historias de corrupción. Havelange dejó su cargo como miembro del Comité Olímpico Internacional.
Ricardo Teixeira vive exiliado en Miami, mientras le siguen lloviendo acusaciones de corrupción por la mala administración de las finanzas de la empresa ISL, en la que también está involucrado Sandro Rosell, Presidente del FC Barcelona desde el 2010, y que ambos hombres se beneficiaron con más de 12 millones de euros de la empresa de márketing.
Mientras tanto, Nicolás Leoz, se retiró de la FIFA “por motivos de salud”, cargando también con el Sambenito de corrupción al frente de la Conmebol.
Por último, Jack Werner, Presidente de la CONCACAF, aprovechó la ola de acusaciones y aceptó sus culpas. Sí, Werner dijo haber recibido 5 millones de euros directamente de la FIFA para construir un centro de entrenamiento en Trinidad y Tobago, a cambio de brindar apoyo a Blatter.
Al final, el centro de entrenamiento costó 20 millones de euros, cuya construcción se suma al expediente de Werner, por considerar que el dirigente defraudó a la FIFA con este centro deportivo. No suficiente, Werner saca sus demonios y explica que se comunicó en varias ocasiones con Havelange y que en este baile de cifras salen otros 5 millones de euros, provenientes de un préstamo y que terminaron siendo un donativo.
El Mundial de Futbol de Brasil 2014 está más cerca y es seguro que en el año venidero la FIFA y demás organismos de futbol quedarán como nunca antes, evidenciados por sus prácticas financieras dignas de “El Padrino”.