Se trata de un bajorrelieve olmeca de 1.8 metros de altura y 1.5 metros de ancho, el cual data del periodo Preclásico Medio. Representa a un “monstruo de la tierra” y tiene rasgos iconográficos que lo asocian con otras piezas de la Zona Arqueológica de Chalcatzingo.
Ciudad de México, 1 de abril (SinEmbargo).– México recuperó el Monumento 9 de Chalcatzingo, la pieza olmeda más buscada del país que fue hallada por la Unidad de Tráfico de Antigüedades de Manhattan, en Estados Unidos.
Se trata de un bajorrelieve olmeca de 1.8 metros de altura y 1.5 metros de ancho, el cual data del periodo Preclásico Medio (800-400 a.C.). Representa a un “monstruo de la tierra” y tiene rasgos iconográficos que lo asocian con otras piezas de la Zona Arqueológica de Chalcatzingo.
El Canciller Marcelo Ebrard informó en su cuenta de Twitter sobre la pieza recuperada que pronto regresará a México.
“Me confirma nuestro Cónsul Jorge Islas desde Nueva York que la pieza Olmeca más buscada por Mexico ha sido recuperada y está a punto de retornar a su casa, de donde nunca debió ser sustraída”, escribió.
Me confirma nuestro Cónsul Jorge Islas desde Nueva York que la pieza Olmeca más buscada por Mexico ha sido recuperada y está a punto de retornar a su casa, de donde nunca debió ser sustraída. pic.twitter.com/WWQ4H0eOE7
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) March 31, 2023
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó en un comunicado que la repatriación del Monumento 9 de Chalcatzingo, pieza arqueológica de gran relevancia originaría de esta región del actual estado de Morelos, se logró gracias al trabajo coordinado entre las secretarías de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y de Relaciones Exteriores, y las autoridades del estado de Nueva York, en Estados Unidos.
El Cónsul general de México en Nueva York, Jorge Islas, informó que la Unidad de Tráfico de Antigüedades de Manhattan le comunicó la recuperación de la relevante pieza arqueológica.
La restitución de este relieve permitirá el retorno a México de una creación olmeca cuya importancia es comparable a la de las icónicas cabezas colosales, toda vez que Chalcatzingo fue el único asentamiento ligado a dicha cultura que se fundó y prosperó en el Altiplano Central mesoamericano.
De acuerdo con el investigador del Centro INAH Morelos, Mario Córdova Tello, esta pieza de gran formato –que alcanza 1.8 metros de altura y 1.5 metros de ancho, y pesa aproximadamente una tonelada– data del periodo Preclásico Medio (800-400 a.C.), por lo que coincide con el esplendor del citado sitio arqueológico.
El también director del Proyecto Arqueológico Chalcatzingo, agregó que las fauces abiertas de la entidad simbolizan el acceso al inframundo y agrega que “sobre su boca se proyecta una secuencia de tres bandas concéntricas, figurando el acceso cruciforme a una caverna”.
Otro de sus elementos distintivos, añadió, son cuatro formas en las comisuras de la boca, la cuales simulan ser ramales de bromelias, una planta propia del Cerro Chalcatzingo y que también aparece representada en los Monumentos 1, 2 y 13 de la zona arqueológica, lo que corrobora su procedencia.
“Hay que recordar que el nombre Chalcatzingo, el cual puede traducirse como ‘el pequeño Chalco’, le fue dado por migrantes de la Cuenca de México durante el periodo Posclásico (900-1521 d.C.), por lo cual, dada la recurrente presencia de bromelias en los espacios y monumentos de elite, inferimos que la planta fue un rasgo identitario para los habitantes originales de la ciudad, ya que además es un elemento único en la iconografía olmeca en general”, explicó.
Entérate: El INAH, en coordinación con autoridades de México y Estados Unidos, recuperó el Monumento 9 de Chalcatzingo.
Más información en nuestro #boletin de prensa: https://t.co/W6rxCjgRcF#INAHVirtual pic.twitter.com/TOTYiYm4pB
— INAHmx (@INAHmx) April 1, 2023
Aunque se desconoce el modo y la fecha en la cual el Monumento 9 fue sustraído ilegalmente de Chalcatzingo, sí se tiene documentado que fue dado a conocer en 1968 por el arqueólogo David Grove en el número 33 de la revista American Antiquity, de allí que se piensa que, a inicios de la segunda mitad del siglo XX, ya se encontraba en Estados Unidos.
El arqueólogo Mario Córdova Tello celebró los esfuerzos y las gestiones que actualmente conducen los equipos jurídicos de la Secretaría de Cultura federal, del INAH y de la Secretaría de Relaciones Exteriores, así como el apoyo de las autoridades estadounidenses, para concretar esta recuperación y la inminente repatriación en el corto plazo.
“Este monumento es una pieza clave para las investigaciones sobre la iconografía olmeca, por lo que recibimos esta noticia con alegría y entusiasmo”, dijo.
El Gobierno de México agradeció a las autoridades de Estados Unidos, en particular, a la Unidad de Tráfico de Antigüedades de Manhattan, y señaló que esta recuperación “es muestra de lo mucho que puede lograrse a través de la cooperación entre países para beneficio de nuestras sociedades”.