“Este es el fin del caso”, dijo un alto miembro del Instituto de Asuntos Internacionales de Singapur, pues “los verdaderos responsables se escudan en la inmunidad diplomática y del Estado”, aseguró. Los abogados de las mujeres dijeron que ambas fueron peones en un asesinato político.
Las mujeres fueron detenidas después de que cuatro sospechosos norcoreanos salieron de Malasia tras el asesinato de Kim Jong Nam la mañana del 13 de febrero de 2017.
Por Eileen NG
Shah Alam, Malasia, 1 de abril (AP).- Dos años después del asesinato del medio hermano del líder norcoreano Kim Jong Un, un tribunal de Malasia retiró el lunes el cargo por homicidio en contra de la única sospechosa que continuaba detenida, quien se declaró culpable de una acusación menor y podría salir liberada pronto.
La medida de reducir el cargo contra la vietnamita Doan Thi Huong ocurre tres semanas después de un hecho incluso más sorprendente en el caso, cuando la fiscalía desechó inesperadamente los cargos de homicidio en contra de la coacusada indonesia de Huong, quien fue puesta en libertad de inmediato.
Ambas mujeres habían sido las únicas sospechosas que fueron detenidas después de que cuatro sospechosos norcoreanos salieron de Malasia tras el asesinato de Kim Jong Nam en la terminal del aeropuerto de Kuala Lumpur la mañana del 13 de febrero de 2017.
Oh Ei Sun, un alto miembro del Instituto de Asuntos Internacionales de Singapur, dijo que la decisión de no acusar de homicidio a las dos mujeres representa el fin del caso.
“Es prácticamente el final, debido a que los verdaderos responsables aparentemente se escudan en la inmunidad diplomática y el santuario de Estado”, dijo Oh.
Huong y la mujer indonesia, Siti Aisyah, han dicho que creían que participaban en una broma pesada para un programa de televisión y no sabían que eran parte de un asesinato. Ambas fueron arrestadas y acusadas de rociar la neurotoxina VX en el rostro de Kim.
Kim era el hijo mayor de la familia gobernante de Corea del Norte. Llevaba años viviendo en el extranjero, pero pudo representar una amenaza al Gobierno de Kim Jong Un.
Abogados de ambas mujeres han dicho previamente que ellas eran peones en un asesinato político con vínculos evidentes a la embajada norcoreana en Kuala Lumpur, y que la fiscalía no pudo demostrar que las mujeres tenían la intención de asesinar, algo que es crucial para sustentar un cargo de homicidio de acuerdo con las leyes de Malasia.