López Obrador y Biden sostuvieron su primera llamada telefónica como jefes de Estado el 22 de enero. En aquella ocasión, los políticos hablaron sobre la necesidad de garantizar una migración segura y ordenada, así como la importancia de contener la COVID-19. Hoy se reunieron de manera virtual.
Ciudad de México, 1 de marzo (EFE/SinEmbargo).- Los presidentes de México y de Estados Unidos se abrazaron en público y se desearon lo mejor en su primer encuentro público, y luego despidieron a la prensa para empezar la plática puntual de su agenda en privado.
Andrés Manuel López Obrador dijo a Joe Biden que celebraba que la relación entre ambos países sea de respeto y esté basada en la autonomía. Biden pareció amable y de buen humor.
En un momento de su discursos, AMLO citó la frase atribuida a Porfirio Díaz, exdictador mexicano: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, pero destacó que ahora la frase puede pronunciarse como: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”. La cita provocó una gran sonrisa al Presidente Biden.
Joe Biden dijo que tratará a México como un “igual” porque ambos países son “más fuertes” cuando trabajan juntos. “Vemos a México como un igual, no como alguien que está al sur de nuestra frontera”, afirmó Biden al comienzo de la reunión, que se produjo de forma telemática debido a la pandemia, con ambos presidentes comunicándose a través de pantallas.
“Ustedes son nuestros iguales, y lo que ustedes hacen, y el éxito que tengan, tiene un impacto drástico en lo que ocurra en el resto del continente”, añadió.
Sentado entre una bandera estadounidense y una mexicana en el salón Roosevelt de la Casa Blanca, Biden aseguró estar “encantado” de conversar con López Obrador, el segundo líder de otro país con el que se reúne virtualmente desde que llegó al poder en enero, tras su encuentro telemático de la semana pasada con el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau.
“Estados Unidos y México son más fuertes cuando trabajamos juntos. No hemos sido vecinos perfectos el uno con el otro, pero somos más seguros cuando trabajamos juntos”, subrayó.
Recordó que, cuando fue vicepresidente de Estados Unidos entre 2009 y 2017, hizo cuatro visitas a México, y consiguió “conocer un poco el país y su gente”, y comentó que tiene en el Despacho Oval un busto del líder sindicalista con raíces mexicanas César Chávez.
Uno de los periodistas que tuvieron acceso al comienzo de la reunión preguntó a Biden si Estados Unidos enviará vacunas a México, y el presidente estadounidense respondió: “Vamos a hablar de eso”.
Poco antes, sin embargo, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo en su rueda de prensa diaria que Biden no tiene intención de compartir con México parte del suministro de vacunas contra la COVID-19 de Estados Unidos, como pide López Obrador, porque quiere garantizar primero que son suficientes para inmunizar a todos los estadounidenses.
En la reunión estuvieron presentes los secretarios de Estado y Seguridad Nacional de Estados Unidos, Anthony Blinken y Alejandro Mayorkas, respectivamente; además del asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, y la asesora del presidente para seguridad interna, Elizabeth Sherwood-Randall.
Completaron la delegación estadounidense la coordinadora de la frontera sur en la Casa Blanca y exembajadora estadounidense en México, Roberta Jacobson, y el encargado de Latinoamérica en el Consejo de Seguridad Nacional, Juan González.
Por parte de México asistieron, entre otros, el canciller Marcelo Ebrard; la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier; la titular de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez; el subsecretario de Defensa Nacional, André Georges Foullon Van Lissum; y el subsecretario de la Armada, Eduardo Redondo Arámburo, según la Casa Blanca.