La cantidad de agua inyectada y la profundidad son claves para entender el aumento de sismos desde el 2009, dijeron el jueves en la revista Science. Entre los sismos estuvo un temblor dañino de magnitud 5.8 en 2016, el más fuerte en la historia del estado.
WASHINGTON, 1 de febrero (AP) — Un nuevo estudio concluye que una importante causa de los miles de sismos que han sacudido Oklahoma en los últimos años es cuán profundamente se inyecta el agua residual en la tierra como parte de procesos para extraer gas natural, y no sólo la cantidad de agua.
Los científicos analizaron más de 10 mil pozos de inyección de aguas residuales en los que 363 mil millones de litros (96 mil millones de galones) de fluido _residuo de la fracturación hidráulica_ son bombeados cada año. La cantidad de agua inyectada y la profundidad son claves para entender el aumento de sismos desde el 2009, dijeron el jueves en la revista Science. Entre los sismos estuvo un temblor dañino de magnitud 5.8 en 2016, el más fuerte en la historia del estado.
Los reguladores estatales podrían reducir a la mitad la cantidad de sismos causados por esta actividad simplemente restringiendo la profundidad de las inyecciones de fluido en la tierra, dijo la principal autora del estudio, Thea Hincks, de la Universidad de Bristol, en Inglaterra. Las compañías que extraen crudo y gas no deberían inyectar agua residual a entre 200 y 500 metros (600 a 1500 pies) del zócalo. Esa es la capa rocosa estable en la profundidad de la tierra, compuesta usualmente de rocas metamórficas e ígneas.
Esa región está cruzada usualmente por fallas tectónicas. Mientras más se acercan las inyecciones a las fallas, más probable es causar un sismo, dijo Matthew Weingarten, geofísico de la Universidad de Stanford, que no fue parte del estudio.
Experimentos en laboratorio muestran que las rocas del zócalo son más susceptibles a sismos porque “poner líquidos en una roca la debilita”, dijo el coautor del estudio Thomas Gernon, geólogo en la Universidad de Southampton.
Estudios previos han apuntado al volumen de agua inyectada como causa. Gernon dijo que el volumen genera sismos, pero cuando se redujeron los volúmenes, los temblores no bajaron como se esperaba. Eso se debe a que es más importante dónde se inyecta el agua, dijo.
Los autores dijeron que las conclusiones solamente se aplican a los sismos en Oklahoma.